La escritora mexicana desfila en esta novela odio contra las aberraciones que se viven en su país y en Latinoamérica. Espeluznante a punto tal que apasiona.
Viernes 10 de febrero de 2023 23:24
Foto: Aristegui Noticias
Al principio pensé que era vértigo, náuseas provocadas por la congoja que llevaba atorada los últimos días cuando desperté obsesionada por seguir el minuto a minuto de tal o cual juicio por femicidio en los medios. A muchos nos pasa. Seguí leyendo la novela, pasaron las páginas y ahí estaba, ese choque frontal entre historias ficcionales (y no tanto) de realidades tan caucicas repletas de sufrimiento y las opciones para encontrar el “ojo de huracán” para juntar fuerzas y superar la tormenta. En ese estado leí Temporada de huracanes, la novela de Fernanda Melchor (2017, Randon House).
La novela inicia con el encuentro del cadáver de la Bruja y finaliza con su entierro en una fosa común. Al terminar, el cuerpo caliente y abandonado queda a la espera, la voz de los personajes -como un vendaval que gira en círculo- se despliegan alrededor del tiempo y la muerte violenta de esta mujer despreciada por muchos. Todo se ve mal y el temporal de huracanes está por comenzar. No obstante, como el agua que está por caer sobre los cadáveres, puede que haya una salida del ojo de la tempestad.
El descubrimiento del cuerpo sin vida empuja las voces narrativas de diversos personajes que cuentan sus historias, su relación con la muerta, los años recientes vividos en el poblado y la región, y las condiciones actuales de éstos. Los personaje se presentan como testimonios periciales o entrevistas. Aunque entre ellas sean diferentes, hay ciertos rasgos que apuntan hacia un narrador descentrado. A la "otra Bruja" se la describe como una hechicera que heredó oficio y hogar de su madre fallecida y a quien rodean toda clase de leyendas, por lo cual los habitantes de La Matosa le temen y respetan a partes iguales. “Nadie en el pueblo supo nunca cómo se llamaba aquella pobre endemoniada; si ella misma nunca quiso decirles su nombre verdadero: decía que no tenía, que su madre nomás la chistaba para hablarle o la llamaba zonza, cabrona, jija del diablo”.
Los últimos que la vieron viva
Parafraseando al primer capítulo de A sangre fría (Truman Capote), ese policial negro basado en un asesinato cruel y su posterior investigación, el hilo une los relatos de quienes la vieron días previos.
Desde el principio hay un indicio sobre quién fue el asesino, sin embargo, esto pasa a segundo plano. Melchor habla sobre aborto, revictimización, feminicidio y misoginia sin mencionar estas palabras. Lo hace a través de imágenes crudas, la pobreza, los prejuicios, las supersticiones y la violencia son muy evidentes. El calor, el mar, los vicios de los varones, el cariño silencioso de otras tantas mujeres a quienes la víctima ha ayudado en algún momento.
Porque todos conocían a la asesinada y cucheaban sobre ella. “Todo el mundo sabía de los ruidos que provenían de ahí adentro (la casa de la víctima) , los gritos y lamentos que se escuchaban desde la vereda y que la gente se imaginaba que eran las dos brujas fornicando con el diablo, aunque otros más bien pensaban que nomás era la Bruja Vieja que se estaba volviendo loca ... sobre todo por haber procreado a esa heredera satánica, porque ya para entonces la Bruja presumía, cuando las mujeres se atrevían a preguntarle quién era el padre de la Chica”
Algunos de los acontecimientos que aquí se narran, son reales. Todos los personajes son imaginarios
En ese clima, las mujeres intentan escapar de las palizas de sus maridos, de embarazos no deseados, de dolores de los que no llegan a saber su origen. Los hombres, sin ser enemigos de sus compañeras, cargan con el peso de no poder llevar un plato de comida a su familia. Uno de los personajes busca una “chamba de petrolero” de su pueblo, le dicen que no lo intente en vano, no lo tomarán porque no tiene contactos en la empresa.
La política sucia, corrupta, la de los partidos tradicionales, que lejos está de resolver los problemas de la mayoría de los pobladores de La Matosa ( ese pueblo ficticio que nos retrotrae a tantos reales) tiene cuerpo en Pérez Prieto, el candidato. Él hace campaña con la necesidad de dinero: “Nomás por hacer eso los del Partido le daban doscientos varos por día y doscientos varos además por cada persona que él llevara a registrarse, más comestibles a granel que entregaban cada semana, más herramienta para el campo y hasta material de construcción, y eso que Munra en su vida había votado nunca por nadie” cuenta uno de los personajes.
Fernanda Melchor lleva a un grupo de niños a encontrar un cadáver flotando en las aguas turbias de un canal de riego cercano a la ranchería de La Matosa. Los obliga a encontrar sin vida a La Bruja, y empuja a los habitantes de un pueblo hundido en las altas temperaturas, a procurar deshacerse de responsabilidades. Un grupo de muchachos es señalado, todos los iniciales del chusmerío y degradaciones sociales los apuntan. Pero hay una esperanza en la tormenta. “¿Ya vieron? ¿La luz que brilla a lo lejos? ¿La lucecita aquella que parece una estrella? Para allá tienen que irse, les explicó; para allá está la salida de este agujero”.
Para seguir leyendo
Fernanda Melchor es una periodista y escritora nacida en Veracruz en 1982. Entre los años 2002 y 2011 se dedicó a buscarle el pulso a la ciudad donde nació a través de los testimonios de sus habitantes, un ejercicio que la llevó a escribir los doce relatos de no ficción de su primer libro de crónicas Aquí no es Miami. Falsa liebre en el año 2013, pero fue con Temporada de huracanes, en 2017, cuando su nombre arrasó en la escena literaria con esta obra que se tradujo a más de quince idiomas y coronó su aparición con varios premios, entre ellos la nominación como finalista del Premio Booker Internacional junto a Schweblin y Cabezón Cámara. En abril del año pasado, Netflix anunció en sus redes sociales que producirá una adaptación cinematográfica de esta novela y será dirigida por Elisa Miller. Páradais, publicada en 2021, abarca dos de los grandes males que laceran México: la violencia hacia las mujeres y la desigualdad social. Ya la estamos leyendo. Allí donde la vida se vuelve elástica, la bronca se estira y aparecen las nuevas oportunidades, allí encontramos a Fernanda Melchor.
Te puede interesar: Nueva publicación. "Mujeres, revolución y socialismo". Con textos de Marx, Luxemburg, Kollontai, Zetkin, Lenin y Trotsky, entre otrxs.
Te puede interesar: Nueva publicación. "Mujeres, revolución y socialismo". Con textos de Marx, Luxemburg, Kollontai, Zetkin, Lenin y Trotsky, entre otrxs.