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Red Internacional
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UNAM / RECTORÍA. Fernando Castañeda: De la FCPyS, ¿a rectoría?

El pasado 24 de septiembre, la Junta de gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México emitió la convocatoria para la elección de rector del próximo periodo 2016- 2020. Desde entonces distintas figuras han revelado su intención de llegar a ocupar dicho puesto, entre ellos Fernando Castañeda Sabido, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Yara Villaseñor

Yara Villaseñor Socióloga y latinoamericanista - Integrante del MTS - @konvulsa

Viernes 2 de octubre de 2015

Es de conocimiento de la comunidad universitaria que este año, la Junta de Gobierno debe elegir un nuevo rector que sustituya al doctor José Narro Robles, quien concluye su segundo periodo como rector de la UNAM.

Rosaura Ruíz, actual directora de la Facultad de Ciencias y Sergio Alcocer, miembro del gabinete de Enrique Peña Nieto fueron los primeros en revelar su intención por llegar a ocupar la rectoría universitaria. Sin embargo, una vez que ha salido la convocatoria, los nombres de académicos e intelectuales que han manifestado su interés por ocupar este lugar creció exponencialmente.

Fernando Castañeda Sabido, uno de ellos, fue electo director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) en 2008. En 2013, al igual que Rosaura Ruíz fue uno de los 65 candidatos anunciados por la Junta de Cooperación Política de la cámara de diputados, para ocupar uno de los 5 lugares dentro del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE).

Su trayectoria como director de la FCPyS ha estado signada por diversos problemas como el narcomenudeo, la inseguridad en la facultad, el problema del ambulantaje, la implementación de cámaras y las modificaciones al plan de estudios. En este último rubro, destaca la aprobación de un plan de estudios que entró en vigor con la nueva generación de primero que, tras pocos meses de operar ha sido profundamente cuestionados por los alumnos de primer semestre.

Su gestión dentro de la FCPyS

Durante su período de gobierno en esta facultad, hubo ciertas mejoras en las instalaciones como la construcción de una columna de escaleras en cada uno de los edificios A y B de salones, con sus respectivos baños, y la reactivación de la Enfermería. Esta última no duró, pues aún ahora la facultad cuenta con un dudoso (inexistente) servicio médico para responder a su lejanía de Servicios Médicos Generales. No obstante, estas mejoras no surgieron por iniciativa de la administración. Fueron producto de un proceso de autoorganización estudiantil llamado “No Me Quiero Morir En Polakas”, que por su masividad tuvo la capacidad de sentar al director e imponerle un diálogo público. La maniobra de la administración fue descomprimir mediante tres diálogos cuya asistencia decayó por y llegar a “acuerdos” -no resoluciones-, sin firmar su compromiso en implementar las reivindicaciones del estudiantado.

Las principales denuncias cuestionaban la suciedad en los baños y sus interminables filas, así como el poco material para aseo que se brindaba a los trabajadores; la inseguridad que representaban los atasques humanos en las escaleras únicas de cada edificio, así como distintos escenarios de inseguridad (zonas rojas en horarios con menos afluencia o nocturnos, ingreso de población externa que consumía sustancias o asaltó en varios casos a distintos alumnos. Quizá el problema más conocido durante la administración de Fernando Castañeda como director de la FCPyS, haya sido el problema del narcomenudeo. En su edición 2010, la revista Proceso evidenció cómo durante las administraciones de Castañeda Sabido la facultad de Ciencias Políticas y Sociales se convirtió en uno de los mayores puntos de venta, por su excelencia, del sur del Distrito Federal.

En una entrevista ofrecida para este semanario, Castañeda declaró que el problema de narcotráfico era un problema de escala nacional que no tenía relación directa con el problema dentro de la facultad, y que la incapacidad de las autoridades para tomar acciones al respecto, radicaba en la falta de pruebas de que no sólo se consume al interior, sino que es un punto de venta. Mencionó que de tener dichas pruebas se podría entonces pedir apoyo a instituciones como la Procuraduría General de la República, para actuar en conjunto con las autoridades de la facultad, cosa que atenta directamente contra la autonomía universitaria.

De esta manera, mientras en palabras del director ´las autoridades de la facultad hacían todo lo que podían’, temas desprendidos de esta problemática y que atañen a la comunidad estudiantil, docente y trabajadora, como el acoso y los asaltos, continúan pasando por alto.

Otro tema que provocó gran descontento en la comunidad estudiantil, fue la aprobación de nuevos planes de estudio, en cuyo caso, como en la mayoría de las decisiones que se toman en la universidad, no fue tomada en cuenta la voz del estudiantado para su modificación. Castañeda promovió la implementación de estos planes de estudio, meses antes de terminada su gestión como parte de una serie de reformas a planes de estudio de diversas facultades de esta universidad, como ciencias, donde se mide la funcionalidad de las carreras según estándares de productividad comercial al servicio de las grandes empresas. Algunos académicos han denunciado que el edificio D, de reciente construcción, es el resultado del Convenio entre la FCPyS y el INE de realizar la consulta “voto informado” en la UNAM antes de las elecciones recientes.

Castañeda en busca de Rectoría

Poco antes de que la Junta de Gobierno diera a conocer la convocatoria para la elección de rector, Castañeda Sabido hizo pública su intención de postularse, confirmando así los rumores que desde meses antes lo señalaban como uno de los posibles candidatos.

En una entrevista ofrecida para El Universal, deja ver cuál es su visión del papel que podría desempeñar de llegar a ocupar este cargo. Quizá la declaración que resulta más polémica es cuando menciona que la matrícula no debe incrementar, pues es básicamente esto lo que ha provocado problemas de organización que generan inoperatividad, argumentando la insuficiencia de aulas y planta docente.

Además deja en evidencia que su interés radica en poder poner a la universidad al servicio de la competencia mundial, aumentando como él lo denomina la producción de ’capital humano’. Por otro lado, dejó claro una vez más que en caso de requerirse no dudaría en pedir apoyo de gobierno federal para ’salvaguardar’ la seguridad de la institución.

El movimiento estudiantil durante la gestión de Castañeda

Debido al trabajo realizado en generaciones posteriores que hoy confluyen con generaciones de nuevo ingreso, el movimiento estudiantil de la FCPyS concentra mucha potencialidad. Por ejemplo, los estudiantes de primer ingreso han iniciado un proceso de discusión sobre las consecuencias del plan de estudios y la posibilidad de echarlo atrás.

Al mismo tiempo, han podido confluir con generaciones anteriores, en particular de las carreras de Relaciones Internacionales (RRII)y Sociología, que en su momento cuestionaron el claro lado tecnificante de estos planes, así como de otros aspectos de antidemocracia universitaria al interior de la FCPyS. Aunque los planes de estudio no se echaron para atrás, plantearon la necesidad de que el estudiantado tenga incidencia en la formación de los planes de estudio y dejaron una experiencia más de lucha.

Lo mismo ocurre en el caso de varios procesos asamblearios para discutir programa y composición de planillas únicas al Consejo Técnico, como en la carrera de Sociología y RRII, o de planillas que cuestionan la tecnificación de la educación al Consejo Universitario.

Generaciones de nuevo ingreso, que vienen del proceso de Ayotzinapa en prepas, vocas, bachos y CCH’S, hoy confluyen con generaciones más jugadas que hemos enfrentado a la administración en diversos momentos en defensa de la educación pública, contra la represión y en solidaridad con diversas luchas, como el SME en el 2010, el #YoSoy132 en 2012, los paros contra la reforma educativa y la represión al magisterio en el 2013 y Ayotzi el año pasado.

Es este movimiento estudiantil, del que desde la Juventud del MTS hemos sido parte activa y orgánica, peleando una política que desarrolle la autoorganización, la unidad con los trabajadores y la independencia política del movimiento estudiantil de los partidos del régimen, cuyos intereses se disputan en Rectoría.

Es con este movimiento estudiantil, que hoy debe cuestionar el proceso de imposición en Rectoría, aprovechando los empujes surgidos con Ayotzinapa, con el que queremos confluir en la tarea de construir una gran organización revolucionaria, que levante una política anticapitalista y socialista para la juventud, las mujeres y la clase trabajadora.