Desde hace años les estudiantes de la facultad de Filosofía y Humanidades de la U de Chile, hemos denunciamos que son múltiples los problemas que se mantienen. Solo para dar dos ejemplos, los aranceles han subido anualmente, haciéndolos cada vez más impagables, y no existen las condiciones de infraestructura para poder aguantar largas jornadas de estudio en la Universidad porque no hay casino que entregue comida al estudiantado. Esto en un contexto de carestía de la vida en general, que dificulta aún más poder estudiar si es que se tiene que trabajar.
Miércoles 20 de marzo de 2024
Es realmente escandaloso que hace exactamente 2 años se inauguró el nuevo edificio de nuestra facultad, pero con una deficiencia enorme, el casino no estuvo ni está apto para funcionar, dejando así a miles de compañeres sin poder alimentarse, y después de movilizaciones por esto solo se nos ofreció el comprar comida en “Foodtrucks” o carros de comida cuyos precios son bastante elevados para el segmento que viene de familias trabajadoras.
Los argumentos que dan las autoridades para aún no abrir el casino es que faltan trámites que dependen de la municipalidad, que tienen que ver con los permisos para que se pueda procesar y vender alimentos. Además de que aún no están todas las condiciones técnicas (electricidad, gas, desagüe) para que pueda funcionar. No podemos olvidar que solo a unos meses de haberse inaugurado el edificio el 2022, con la primera lluvia del año el casino tuvo filtraciones dejándolo inutilizable hasta para usar los microondas que hay allí. Una vergüenza arquitectónica.
Además, las promesas que han hecho las autoridades de Filo&Hdes no van en el camino de terminar con la precariedad que vivimos a causa de la educación de mercado. Dicen que cuando esté todo listo para que comience a funcionar el casino, este estará a cargo de alguna empresa contratista que gane la licitación para funcionar allí. Pero esto es claramente una continuación del negocio que se hace con las platas de la educación. En la movilización (paro y toma del campus JGM el 2022) entre estudiante y trabajadorxs discutimos que la mejor forma de dar solución a este problema es que sea la facultad quien se haga cargo de la alimentación, para así contratar a las y los trabajadores que hagan los almuerzos y no sean subcontratados (o sea, precarizados) y que realmente la comunidad educativa pueda tener incidencia en cuanto a la calidad de la comida y los precios que se ofrecerán.
Es por esto que desde la agrupación VENCER, planteamos que esta problemática debe volver a discutirse en asambleas de facultad y de carreras, como también en asambleas triestamentales (estudiantes, funcionarios y académicxs) para poder tomar una posición unificada y luchar para solucionar urgentemente el problema. No podemos dejar en manos de las autoridades este asunto porque ya han mostrado ser, de mínima, dilatantes, cuando somos las y los estudiantes y trabajadores quienes no podemos soportar más que la facultad no tenga casino.
El contexto que en que esto está pasando
El inicio de clases este año ha sido acompañado por distintas protestas contra la precariedad en la que se encuentra la educación pública. Primero fue el turno de docentes del Servicio Local de Educación Pública de Atacama, que tuvieron que hacer una huelga de hambre para que el gobierno escuchara sus demandas en torno a problemas de infraestructura, riesgo de incendios, problemas con las redes de electricidad, falta de recursos, etc.
Desde hace una semana las y los docentes de la comuna de Antofagasta se movilizan por la responsabilidad de las autoridades educativas en el suicidio de la profesora de inglés Katherine Yoma, quien denunció acoso, agobio y la indiferencia de sus jefes. Sin duda se llegó a un punto de inflexión en la comuna con el suicidio de esta profesora, que expresa de manera brutal lo delicada que es la situación de la mayoría de las y los profesores en el país.
En cuanto al mundo estudiantil, desde secundaries y universitaries aún no se retoman las movilizaciones, pero la explicación podemos encontrarla en la desorganización que existe y en el rol de las y los dirigentes de las federaciones y centros de estudiantes que mantienen al “movimiento estudiantil” en pasividad. No es que no hayan problemas en nuestras facultades.
Además, esto se conecta con lo que viene sucediendo en Antofagasta, donde les docentes denuncian el autoritarismo que sufren. Tenemos que acabar con que las decisiones las tomen unos pocos, y tenemos que luchar para avanzar en una democratización profunda de las comunidades educativas y de la educación pública en general. Con participación triestamental (estudiantes, trabajadorxs y académicos/docentes) para que así seamos todes quienes tomemos las decisiones y resolvamos los problemas de cada escuela, liceo y facultad universitaria.
Esto no puede ir desligado de un enfrentamiento con el gobierno que ha demostrado el total abandono al sistema público de educación. Sigamos el ejemplo de Atacama y Antofagasta, y retomemos organización y la movilización para conquistar una educación pública gratuita, democrática y de calidad.
Yuri Peña
Licenciado en Historia. Estudiante de pedagogía en la U de Chile. Militante de VENCER y del Partido de Trabajadores Revolucionarios