Boca estuvo sin estar. En una Bombonera sin público, estuvo flojo de mandíbula ante un Aldosivi con ganas y perdió 3 a 0.
Lionel Pasteloff @LionelPasteloff
Lunes 25 de mayo de 2015 00:00
Foto: Télam
Luego de los miles de coletazos que trajo la desclasificación copera del xeneize, llegaba la hora de poner el cuerpo por el torneo local. River ya había acusado (o se había excusado) en su derrota ante Cruzeiro los ecos del bochorno en el cruce copero. El equipo de Arruabarrena tenía un rival a priori accesible para comenzar a enderezar la nave.
Pero toda presunción que pudiera establecerse contemplaría a ambos equipos en plenitud mental, ítem que hoy no puede incluír a Boca. De entrada erró un mano a mano por intermedio de Chávez. Aldosivi fue a ver qué pasaba y se encontró con el gol a los siete minutos, tras un cabezazo de Lequi. El local mantuvo el desorden y cierta falta de ideas que venía ostentando, pero fue para adelante. Gago tuvo un cabezazo que fue despejado en la línea y Osvaldo lo tuvo de chilena. Un cabezazo de Lodeiro también bordeó el gol y hasta hubo un penal mal cobrado que el ex delantero de Huracán erró. El primer tiempo mostraba a Boca en desventaja pero acechando. También lo encontraba con varias tarjetas, dato no menor.
En el complemento los de Arruabarrena no llegaron a hacer pie y Roger Martínez, llevándose puesta a toda la defensa, marcó el 2-0. Inmediatamente, Pablo Pérez exteriorizó el descontrol que cargaban varios jugadores locales (él sobre todo) y con un foul se ganó la segunda amarilla. Dos goles abajo y con uno menos, era hora de sacar fortaleza anímica y carácter.
Pero este Boca desde hace rato viene mostrando dudas cuando hay que tener certezas, y debilidad cuando hay que hacerse fuerte. Frente a un Aldosivi que fue ganando en atrevimiento pero aún con uno más se dejaba avasallar, no encontró caminos, se mostró endeble, dubitativo y sin rebeldía. Osvaldo se debatió entre la frustración y seguir errando goles. El juego se hizo lento, reiterativo y la falta de eficacia fue la gran protagonista. El visitante se valió de otro error individual (esta vez, de Monzón) para poner el 3 a 0, obra de Vildozo.
A Boca le duele la derrota, pero no tanto por el invicto, la localía o el rival. Se acumulan las instancias que requieren dar un paso adelante en las que este plantel (el nuevo y el heredado de Bianchi) no da la talla. Faltan líderes y los que están no son la solución. Tal vez suene exagerado ante el primer traspié del torneo, pero este partido evidencia más que eso. El liderazgo que faltó hoy, escaseó en las series coperas contra River y cuando hubo que poner la cara por el Virrey. ¿Obtendrá el mismo respaldo Arruabarrena?. Está claro que el vacío que deja una dirigencia mediocre y sin rumbo se puede trasladar a los mandos menores, pero la camiseta se la ponen solamente once. Habrá que ver si vuelven de las mini-vacaciones.