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Red Internacional
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CRISIS SENAME. Formalización por tortura en el SEMANE

Se profundiza la crisis del SENAME tras la formalización por tortura a niños de la red en situación de privación de libertad.

Martes 20 de diciembre de 2016

Tras los avances en la investigación del caso de Lissette Villa (11 años) y descubrir que su muerte fue producto de la asfixia recibida por dos profesionales de la institución donde vivía. Es que se destapa una de las mayores crisis del SENAME en el último tiempo.

Los hechos de desatan, en el contexto en que Lissette Villa tras vivenciar una crisis de ira, recibió por parte de las profesionales del centro de reparación especializada de administración directa (CREAD) Galvarino “primeros auxilios” inadecuados, en tanto, se sentaron en la espalda de la adolecente, quitando su posibilidad de respirar. Por lo que, finalmente la joven muere asfixiada.

Este caso se suma a los 251 casos que el Ministerio Público se encuentra investigando. Donde, si bien, hay negligencia y malos tratos por las profesionales cuestionadas en su rol, cabe mencionar que esta grave situación, es decir, la vulneración y maltrato a cientos de niños y las desesperadas e inadecuadas estrategias de emergencia utilizadas, son el reflejo de la falta de interés por el ámbito proteccional y reparatorio de todos aquellos niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de vulneraciones. Teniendo por protagonista a Marcela Labraña (de la Democracia Cristiana), ex directora del SENAME, quién fuera removida tras la salida a la luz de estos graves casos.

Así mismo, cabe mencionar el nivel de precarización laboral que sufren los trabajadores del área de protección a la infancia, quienes trabajan para instituciones privadas que exigen altos niveles de metas, pero nulas condiciones para desarrollarlas. Donde muchas veces estas instituciones privadas mal llamadas sin fines de lucro, terminan desensibilizándose con las problemáticas de la infancia viendo a los niños, niñas y adolescentes afectados como meras cifras por las que el Estado subvenciona, por tanto un negocio rentable, sin fiscalización efectiva.