En 1998 Contraimagen comenzaba un ensayo fotográfico, sobre los trabajos que desarrollan los obreros del Astillero Río Santiago, sus condiciones. Desde el momento en que comienza un barco hasta su botadura.
Miércoles 14 de noviembre de 2018
Fotografías: Contraimagen 1997/1998
Contraimagen nace en el año 1997, conformado por militantes del PTS-FIT junto a artistas independientes. Gran parte de la experiencia acumulada por aquellas compañeras y compañeros, como Diego Aleixo quien hoy nos transmite sus vivencias y el por qué de haber realizado un ensayo fotográfico sobre las tareas que desempeñan los trabajadores del Astillero Río Santiago, y tantas y tantos otrxs compañerxs, es de lo que nos nutrimos en Enfoque Rojo. Las primeras experiencias de muestras fotográficas como herramientas políticas y el abordaje en el mundo del fotoperiodismo, tiene sus origenes en aquellas experiencias militantes. Coberturas como la visita de Bill Clinton (ex presidente de los EEUU), las jornadas revolucionarias del 2001, las experiencias de fábricas recuperadas como la emblemática Zanon y Brukman, entre otras.
Entrevista:
Enfoque Rojo: ¿Cómo surgió la idea del ensayo fotográfico sobre el Astillero?
Diego:Hubo un conflicto en un momento y fuimos a ver unos amigos de La Plata, y nos enteramos que había una fábrica que era el Astillero Río Santiago. Fue impactante cuando la vimos. Cuando tomamos conciencia de la dimensión que tenía ese lugar, nos quedamos totalmente sorprendidos, porque era un lugar que estaba preparado para más de 10000 trabajadores y todo era monumental ahí. Me acuerdo conocer la ciudad de Berisso y Ensenada y ver todo lo que se generó alrededor del Astillero te ponía la piel de gallina. Cuando íbamos, fantaseábamos lo que habrá sido eso en la época de esplendor, esa monumentalidad de los vestuarios, de las áreas comunes de laburo.
Me acuerdo que en la escuela de Avellaneda teníamos a Gustavo Alemany, que era el director de la escuela de fotografía, un buen tipo. Y me acuerdo que lo fui a ver y le dije: "Gustavo, necesito una nota porque quiero hacer un ensayo fotográfico en el Astillero y si voy con una nota de la Escuela que me valide me van a dar bola". Recuerdo que fui a la oficina de Prensa y Ceremonial, que era una oficina que nunca la tocaron desde 1970, y me atendió el Jefe de Prensa y Ceremonial del Astillero, y me recibieron súper bien, muy tranquilo. Y me dieron una credencial con la que podíamos entrar todo el tiempo, en cualquier momento, en cualquier horario. No creo que ahora esté tan sencillo el ingreso y demostrar que ahí se trabaja, hoy quieren demostrar todo lo contrario. El Astillero tenía unos personajes geniales. Me acuerdo que nos hacían subir a unas grúas que eran para transportar esas chapas que eran de dos pulgadas. Vos pensá que el buque al que hicimos relevamiento, que era un buque de silo grano de dimensiones monumentales , tenían espacios con una acústica muy peculiar, un lugar muy particular y dentro del astillero.
La grúa tenía un mega magneto cuya función era agarrar las piezas de las chapas y moverlas de un lugar a otro, de un área a otra. Y me acuerdo que nos decían: “Bueno, ¿vos querés hacer una buena toma de este lugar?”, y nos subió a la grúa que recorría todo el Astillero. En algún lado hay tomas de cámara desde esa grúa, que era como un travelling hermoso por todo el Astillero, que me acuerdo lo habíamos puesto con música incidental, y había quedado muy lindo. De ahí salieron fotos, camadas en blanco y negro y en color.
E.R.:¿Cómo desarrollaron el trabajo fotográfico en el Astillero?
Diego:Pasábamos horas ahí adentro, contaban historias terribles, por ejemplo del dique seco, que es un lugar donde entran los barcos a reparación, pero que se llena y vacía de agua. Entonces, el buque entra al dique seco y unas bombas que están adentro del dique van sacando el agua del interior del dique y se va elevando. Y eso hace que si necesitas una reparación del casco o pintarlo, lo sacás, lo pintás y después lo volvés a llenar de agua. Y se va. Han metido barcos en el dique seco y ha habido gente en la cubierta de un barco y que haya salido otro barco y haya quedado con una linga de acero amarrada todavía al muelle, que ha cortado al medio a un tipo que estaba en la cubierta. Es muy duro el trabajo en el astillero.
En una de las fotos del archivo estoy adentro de una de las costillas internas del barco. Eso después se recubría y era donde se almacenaban los granos. Va uno caminando, se tropieza con una manguera de oxígeno, porque todas las maquinarias de ahí funcionan con oxígeno, son neumáticas, y quedaba saliendo oxígeno en uno de esos compartimientos Y si un tipo iba, se prendía un cigarrillo volaba todo. Y estimo que esas cosas deben seguir sucediendo. Las condiciones adentro eran complicadas, estábamos todo el tiempo bastante tensos, porque no sabes de dónde podría venir una chapa volando o algo.
E.R.: Los trabajadores ahí conviven con eso todo el tiempo ¿lo tienen naturalizado?
D: Si, de hecho, me puse a hablar con un tipo que era soldador y me contaba, ellos usan un delantal que creo que es de plomo, para protegerse de las radiaciones que emiten la soldadora, porque pueden dejar estéril.
También descubrís cosas que no te imaginás. Una anecdota que me pasó ahí fotografiando es que un día me quedé hablando un rato con un soldador, que me contaba: “mi hijo juega al futbol, es bueno, le está yendo bien” y otro después me dice, “Es el papá de Palermo”. El viejo de Palermo laburó hasta la muerte en el Astillero, era soldador, era maestro soldador. Tiene un término que le dicen que no me acuerdo cómo es, el soldador de categoría máxima, que es como muy requerido ya que no es algo que hace cualquierda y necesitas mucha experiencia. Ahí hay soldadores que son para determinadas cosas, para determinado tipo de buques son muy requeridos. Pero bueno, siempre nos contaban que justamente el diferencial que tiene el astillero es que los buques tardan mucho más que cualquier astillero coreano o taiwanés. Un buque petrolero o un buque de granos en un artillero asiático lo hacen en menos tiempo que acá, sin embargo hay empresas que todavía lo siguen haciendo acá porque quieren que el buque tenga más vida útil mas larga.
E.R.: De los fotógrafos que estudiaban con ¿quienes más se referenciaban para ese ensayo?
D: Nosotros estábamos alucinados con Salgado en esa época, era como un Dios para nosotros, tenía algo en cómo mostrar a la gente trabajadora de otra manera. En foto, en Avellaneda, tuvimos a un profesor, Esteban Marco, que era nuestro profesor de Visión y Diseño, que había sido docente de la Bauhaus de Chicago y tenía una formación muy buena. Antes de cada cursada nos daba para hacer unos ejercicios de relajación para relajar la visual y entrar como a un mundo de concentración más interesante. Era un genio. Y fue quien nos hizo conocer a muchos fotógrafos que retrataban trabajadores, y nos hablaba de su experiencia en la Bauhaus, ahí descubrimos ese mundo de las escuelas de arte y oficio. Hay fotos del Astillero que sacamos que son muy del estilo de Rodchenko. Flashábamos con Rodchenko también.
Nos íbamos a la pizzería de la esquina de la escuela de Avellaneda (IDAC) y seguíamos hablando con él horas. Para mi es una pena haber tenido material fílmico tan diferente en ese ensayo, películas diferente, reveladores diferentes, era la única forma de sacar fotos, conseguíamos lo que podíamos. Bueno, salvo la gente que tenía plata podía comprar siempre la misma marca de película.
E.R.: ¿Podías andar por cualquier lugar del Astillero, cómo te sentías ahí?
D: Sí, andabas por donde querías, había libertad total, Los laburantes ahí tenían una onda impresionante. Los trabajadores adentro del astillero te cuidaba, estaban haciendo su trabajo y no tenían por qué, pero sabían que estabas ahí, y todo el tiempo cuidándote. Comíamos con ellos incluso. Fue una experiencia increíble, además en general trabajo fotográfico que hacíamos terminaba en una muestra callerjera, en una facultad o en algún lado para difundir los conflictos y las intervenciones que hacíamos en aquellos años.
Enfoque Rojo
Agrupación de fotógrafas y fotógrafos integrado por militantes del PTS e independientes. En tiempos donde unos pocos son los dueños de todas las cosas, donde los grandes poderosos también se apropiaron de la “verdad” haciendo de la noticia una mercancía más... Nosotros hacemos periodismo militante, informando con rigurosidad periodística, aportando ideas para tomar partido y para cambiar de raíz la realidad. Porque aquella pretendida imparcialidad no es tal, cuando de un lado existe una minoría amparada por todo el aparato del Estado, y del otro, una inmensa mayoría que día a (…)