Recibimos y difundimos artículo sobre fútbol, derechos de televisación. Similitudes entre el caso argentino y el uruguayo.
Lunes 27 de marzo de 2017
La semana pasada fueron otorgados los derechos de transmisión del fútbol argentino a la empresa Fox y Turner, en realidad no fueron otorgados sino que devueltos tras los años donde el gobierno kischnerista se los quitó creando el proyecto “fútbol para todos”, donde el deporte era televisado por tv abierta.
Este evento fue muy festejado por los periodistas de Fox bajo promesas de trasmisiones de calidad, ya que “fútbol para todos” era considerado un arma política por el gobierno macrista y una pérdida de dinero en las arcas del estado... si bien es verdad que fue un arma en cierta medida usado por el gobierno de Cristina Fernández, también la decisión de la devolución de los derechos lo fue, ya que integrantes de la AFA, en varias oportunidades plantearon que el presidente presionó para que los derechos sean otorgados a FOX.
Pasando de intrigas políticas, hay otro elemento que preocupa en la decisión, es el monopolio de ciertos eventos culturales. Por más que a muchos intelectuales de vanguardia les pese, el deporte es parte de nuestro acervo cultural y nuestra forma de ser como rioplatenses (para bien o mal, recordar el mundialito y el mundial del 78 y cómo las dictaduras lo utilizaron para sus propios fines). En el caso argentino, Fox controla todos los deportes populares junto a la alianza con Torneos y Competencias. Logra casi exclusividad del Fútbol argentino en todas sus divisionales, el básquetbol, el tenis, vóley, automovilismo, boxeo y algunos deportes menores.
¿En nuestro país estamos lejos? La empresa Tenfield no solo maneja los deportes ya mencionados arriba sino que le suma el carnaval y algunos recitales o eventos "de prestigio". Está bien - se dirá - que antes los canales no se preocuparon por transmitir estos eventos, pero las reglas del juego han cambiado, la imagen y su poder han variado, el transmitir en vivo no es igual ahora que antes.
Pero no solo el monopolio de un medio es malo por sí mismo, sino que marca agenda cultural, dice qué cosas son valiosas de apoyar y qué no, invisibiliza ciertos elementos y hace visibles otros, al igual que genera un tipo de discurso afín a sus intereses y que es copiado por todos y los que no lo hacen quedan en la tangente. Hasta marca una forma de hacer "periodismo" y cómo ser periodista.
Tenemos una Ley de Medios tanto en Uruguay como en Argentina, pero esa ley es utilizada y llevada para el lado que convienen. El tener la opción de optar por el medio que quiero es parte de ese derecho que usa el monopolio para fundarse y no hay un ley de medios real mientras seamos presos de monopolios mediáticos cada vez más grandes, más fuertes y con mayor injerencia política.