Desde horas de la mañana del viernes 18 de septiembre, el parlamento peruano debatió la posibilidad de destituir al presidente Martín Vizcarra por incapacidad moral.. El presidente de la República se hizo presente en el debate, pero evitó hablar de su responsabilidad en el caso de corrupción del cual se le acusa.
Viernes 18 de septiembre de 2020 21:21
Agencia Andina
El Congreso peruano, dominado por la oposición, debía reunir al menos 87 votos de 130 legisladores para destituir a Martín Vizcarra. Sin embargo solo 32 legisladores votaron a favor de la destitución, 78 en contra y 15 se abstuvieron, por lo que la moción fue archivada.
Durante la semana que paso el presidente y su entorno más cercano hicieron todo lo posible para desdibujar el pedido de destitución presidencial, golpeando para ello al presidente del Parlamento y al presidente de la comisión de fiscalización de este poder del estado, a los cuales acusaron de “sediciosos y golpistas”, incluso interpusieron una denuncia ante el Tribunal Constitucional cuyo objetivo de fondo era posponer de manera indefinida la fecha de votación de este pedido que ha generado que la supuesta incorruptibilidad del presidente sea puesta en tela de juicio.
La estrategia del ejecutivo de prolongar la votación, que buscaba también sacar el tema de la agenda política nacional, se cayó cuando el jueves pasado el Tribunal Constitucional voto en contra de la demanda del ejecutivo lo cual dio carta libre para que la votación por la vacancia corra.
Por esa razón, Vizcarra se vio obligado a presentarse ante el pleno del Congreso en la mañana del viernes 18 de septiembre donde hablo solo por 13 minutos. En su presentación, Vizcarra centro su estrategia en cuestionar la forma como se obtuvieron los audios donde se pone en evidencia su probable vinculación a temas de corrupción, sin embargo, jamás se atrevió a desmentir la esencia de las denuncias en su contra y la forma como trato de obstruir las investigaciones por tráfico de influencias a favor de Richard Cisneros.
En su intervención Vizcarra también aprovecho para responsabilizar a su ex secretaria de Palacio Karen Roca de la crisis política y mostró sendas cartas notariales de ella donde se desdice de sus declaraciones expuestas en los audios donde, claramente, menciona que la Marina de Guerra espiaba a los Parlamentarios a través del “chuponeo” de sus teléfonos y que el Ministro de Transporte Carlos Estremadoyro era “el cajero del presidente” de la Republica.
Esta estrategia de descalificación del mensajero y de la forma como se obtuvieron las pruebas, es muy común en personajes vinculados a malos manejos del sector público. Fue utilizada anteriormente por el fujimorismo, el aprismo, el ollantismo y todos los sectores comprometidos en casos de corrupción cuyos líderes terminaron tras las rejas.
Al presidente Martin Vizcarra se le acusa de obstruir las investigaciones sobre el contrato de Richard Cisneros, el cual se habría dado para pagar favores políticos por parte del ejecutivo a este personaje vinculado a la farándula pero que, sin embargo y como lo evidencian las investigaciones periodísticas, sería muy cercano al presidente Vizcarra y a su entorno. La crisis política estallo cuando se hicieron públicos unos audios donde se escucha al presidente tratando de manipular las declaraciones de dos de sus funcionarias ante la fiscalía y la comisión de Fiscalización del Parlamento.
Más allá que las denuncias contra Vizcarra fueron promovidas por Congresistas comprometidos con la corrupción, estos hechos han golpeado la imagen del mandatario quien se auto proclamaba como un “luchador contra la corrupción”, lo cual, y debido a la profunda descomposición del régimen político peruano, lo llevo a tener elevados índices de popularidad, esto fue potenciado por la estrecha relación del presidente con los grandes empresarios y los medios de comunicación. Eso le ha permitido a Vizcarra mantenerse en el poder con relativa estabilidad, hasta ahora, a pesar que no cuenta con bancada parlamentaria ni con un partido político propio.
Declaraciones públicas de algunos grupos políticos como el fujimorismo, el Frente Amplio, Alianza para el Progreso, el Partido Morado, entre otros, fueron el anticipo de que la moción de vacancia no iba a prosperar.