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Red Internacional
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OPINIÓN. Frente a la política del FA y PC, que dieron "luz verde" a proyecto que criminaliza protestas ¿qué partido construir?

Amplio rechazo ha existido en torno a la aprobación en la cámara de Diputados de la ley contra la paralización y ocupación de los lugares de trabajo y contra el derecho a la manifestación, en dónde tanto sectores del Frente Amplio por medio de su aprobación y el Partido Comunista cuyo bloque se dividió entre la vergonzosa abstención y el rechazo. Es necesario el paro y movilización para derrotar esta ley.

Jueves 5 de diciembre de 2019

Foto: Agencia uno

Estamos a más de 45 días de revuelta popular, donde amplios sectores de jóvenes tanto pobladores, estudiantes secundarios y trabajadores mostraron lo más aguerrido en la movilización contra la represión. El pasado miércoles en la Cámara de Diputados se aprobó una ley que busca criminalizar la protesta y los métodos de lucha que no acomodan a los grandes empresarios y sus políticos corruptos. Han sido constantes los montajes e instalaciones mediáticas para desacreditar a la querida "primera línea" y sus medios para hacerle frente a los disparos de perdigones, bombas lacrimógenas y agua con químicos irritantes, que hasta ahora, tiene decenas de heridos y mutilados.

Este escenario genera varias sensibilidades. Es por eso que debemos comenzar por los motivos que dieron origen a esta revuelta. Las paredes y las calles decían: "Chile despertó, no son 30 pesos; son 30 años", 30 años de abusos e injusticias hacia el pueblo trabajador y los sectores populares.

Luego de más de un mes de protestas a nivel nacional vemos como, por una parte existe la legítima sensación de que “no hemos ganado nada” y se ve una necesidad imperante de darle un impulso a la lucha; pero por otro lado, de la mano con esto, aparece un profundo cuestionamiento a los principales partidos del régimen político. Tanto de la Derecha asesina, que es la responsable de las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos, como a los sectores de la ex Concertación y su cocina renovada traída desde los años 90 a la actualidad, pero también los sectores de la centroizquierda, que desde un principio decían estar con las demandas del pueblo trabajador, como lo son el Partido Comunista y el Frente Amplio.

Toda esa rabia expresada, hoy no tiene cómo canalizarse. Amplias capas de trabajadores y jóvenes miran con reticencia a los principales partidos, como efecto de las contantes traiciones que hemos vivido durante el último tiempo. Esto muestra nuevos desafíos. La revuelta por sí sola no ha sido capaz de sacar a este gobierno asesino, y el único hito que pudo desestabilizar la economía y poner a la defensiva al gobierno fue la huelga general del 12 de octubre, donde paró casi en su totalidad el sector público y varios sindicatos del sector privados depusieron sus jornadas laboral para expresar su malestar. Es importante poder reponer esta idea, pero no confiando en las dirigencias de la CUT ( dirigida por el PC) o el Confech (Dirigida por el Frente Amplio),. Hoy necesitamos levantar comités de base, donde los propios trabajadores, estudiantes y pobladores en sus espacios territoriales y de producción puedan discutir un pliego de reivindicaciones, tomar decisiones y definir acciones ascendentes que tengan por objetivo lograr todos nuestras demandas. Las decisiones no se agotan en una discusión parlamentaria como nos intentan hacer creer. Nosotros debemos ser capaces de hacer política, dotando de poder a cada trabajador, tomando en cuenta sus opiniones y expresiones. Democratizando cada espacio en este escenario, tomando todas las iniciativas y respetando las definiciones de base.

La luz verde de sectores del Frente Amplio y el Partido Comunista a la ley que busca prohibir la protesta social

La aprobación de uno de los proyectos más violentos y antidemocráticos desde el retorno a la Democracia y contrario al derecho legítimo a manifestarse y en el caso de la clase trabajadora a realizar paralizaciones y huelgas, fue aprobado este miércoles en la cámara de Diputados. Un verdadero apoyo a la política criminalizadora del gobierno de Sebastián Piñera, quien continúa impune por las violaciones a los Derechos Humanos e insiste en imponer leyes derechamente dictatoriales. La luz verde que salieron a darle sectores del Frente Amplio por medio de su aprobación "en general"- como Jackson, Boric, Yeomans, Winter, Castillo, Crispi, muestran la política de estos partidos que le abren el camino a la derecha, que a espaldas del pueblo legislan y nos llaman a confiar en la cocina parlamentaria, usando los métodos de la vieja Concertación.

Es urgente que todas las organizaciones sociales, de izquierda, organismos de DDHH, centrales sindicales y toda la población, convoquen a nuevas movilizaciones para derrotar la agenda represiva de piñera. Particularmente organizaciones como la CUT (dirigida por el PC, cuyo bloque votó dividido entre la vergonzosa abstención y 2 diputados que rechazaron) que es parte de la Mesa de Unidad Social, no pueden junto a otras organizaciones sindicales y sociales deben rechazar esta ley, no aceptar que se pasen a llevar cuestiones tan elementales como el derecho a huelga y la manifestación social y convocar a la movilización y el paro para derrotar esta ley represiva en el Senado.

Entonces, ¿qué partido construir?

Esta es una pregunta que buscamos plantear a los sectores del Frente Amplio que honestamente se mantienen en sus respectivas organizaciones, como quiénes han renunciado o abandonado estas por la política y práctica que han mantenido durante este proceso de multitudinarias movilizaciones. Pero también interpelamos a esa juventud de miles de trabajadores, estudiantes secundarios y universitarios que sabemos que despertaron a la vida política y ven que ya no dan lo mismo las pensiones miserables para nuestros abuelos, los sueldos que se van en deuda y hay que hacer magia para llegar a fin de mes, el endeudarse 15 o 20 años para pagar una carrera que luego no tendrá campo laboral y a lo único que podemos acceder es a ser aún más precarizados.

Esto es lo que nos ofrece este régimen político y quienes lo sostienen. Ya no da lo mismo quienes decidan ni quiénes hagan la política por todos nosotros y nosotras. Necesitamos un partido político de “nuevo tipo”. En donde no sigan siendo los viejos partidos, ni los que buscan por medio de maniobras y traiciones directas mantener a los viejos corruptos y seguir engañando a quienes nos movilizamos. Ellos continúan hablando y decidiendo por todos y todas, necesitamos un partido que se plantee de fondo transformar la vida desde una perspectiva revolucionaria y anticapitalista. Necesitamos enfrentar esta ley, pero también a los empresarios que son los más beneficiados con todo esto, siguiendo con sus ganancias intactas. Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios planteamos una perspectiva que se una a la clase trabajadora con independencia política de los empresarios y sus intereses, para así hacerle frente a los planes represivos de Piñera.