Escrita y dirigida por Adrián Di Stefano, la obra teatral “La misma herida” está inspirada en las atrapantes historias de vida de los artistas Frida Kalho y Diego Rivera, con la aparición en escena de León Trotsky y Chavela Vargas. Se presenta todos los Sábados a las 21hs en el teatro Manzana de las Luces, Capital Federal.
Laura Achiou @lau_achio
Sábado 9 de mayo de 2015
Adrián Di Stefano nos invita a un viaje de poesía teatral, con destino en Coayacán (México), tierra de un inmenso acervo cultural en tiempos donde las influencias históricas y culturales inspiraban a decenas de artistas y escritores que marcaron la primera mitad del siglo XX. Entre esta generación de escritores, poetas y pintores críticos del régimen en México de los ’30, las historias de vida de Frida Kahlo y Diego Rivera son sin duda, una huella paradigmática.
“La misma herida” está inspirada en la vida personal y pública de estos personajes, mostrando determinados hechos que formaron parte de su reconocida trayectoria. La obra interpela por su carga histórica, por la sensibilidad que transmiten sus protagonistas y porque nos permite ser testigos de una época que aún tiene mucho por transmitir.
Las primeras escenas transcurren alrededor del primer encuentro entre Diego y Frida, (Magda) donde ella le muestra sus pinturas al maestro muralista con la expectativa de recibir una humilde devolución. Se destaca el momento de mayor dolor y sufrimiento de la artista, causado por el accidente que le destrozó la columna vertebral obligándola a usar tortuosos corsés de yeso por muchos años. En ese momento catártico de su vida, comienza a pintar los cuadros más simbólicos de su carrera.
En sus propias palabras: "Después del accidente, ya no fui la misma. Pensé que el crecimiento en años, por aquellos meses de ostracismo me habían sentenciado. Pero lejos de abatirme y deprimirme, provocó mi reacción que ya nadie podría evitar. Mi tiempo libre se ocupó creando. Mi mente abierta no cerró sus puertas. Mi avasallar no midió fronteras. Y me propuse vencer a toda costa...".
Al tratarse de vidas conocidas masivamente en la cultura popular, es difícil escaparse del contexto social y político donde jugaron un papel polémico e intenso. La llegada de León Trotsky a la Casa Azul – papel interpretado por el director mismo – es presentada a través de breves diálogos entre el dirigente revolucionario ruso y Frida, discutiendo los conceptos de “libertad”, “desigualdad”, “amor y deseo”. Se logra una interesante composición en el guión, combinando las ideas revolucionarias y la mención a la Teoría de la Revolución Permanente, con la creatividad poética que caracterizan las reflexiones profundas de ambos personajes.
La aparición de Chavela Vargas es también un acierto sorpresivo de la obra. Nos contagia su instinto enérgico y su canto visceral. La relación íntima que aparece entre ella y Frida, nos deja sedientos por conocer más rincones desconocidos de aquel vínculo.
Otro de los retratos importantes de la obra es el viaje que realizan ambos a Nueva York en 1933, cuando le encargan a Diego Rivera un mural para el Centro Rockefeller. Allí, las condiciones que había impuesto el pintor no son aceptadas por la familia multimillonaria. Al pintar la figura del revolucionario Vladimir Lenin, el mural fue rechazado y termina siendo destruido. La vuelta de la pareja a México representa un momento duro de esta historia, donde se perciben claramente las contradicciones latentes de ambos.
La actriz protagonista, Rosario Lázaro, interpreta a Frida Kahlo con admirable pasión y compromiso, logrando transmitir con gran sensibilidad la esencia natural de la artista. Atravesando los momentos más simbólicos de su vida, como las consecuencias del accidente en su cuerpo y alma, la relación cuestionadora con Diego y con su hermana Cristina, su bisexualidad abierta, logra ilustrar esa personalidad arrolladora, el cruce entre el arte, la superación y su vida misma. No en vano el escritor y poeta surrealista André Breton escribió sobre ella: “La obra de Frida Kahlo es una cinta de seda alrededor de una bomba”.
Entregarse a la propuesta del director de "La misma herida" es adentrarse a un viaje que de seguro será placentero. Es que por más que se haya visto la película sobre Frida Kahlo o se haya leído su biografía, tenerla a pocos metros es realmente impactante y conmovedor.
"La misma herida" se presenta todos los Sábados a las 21hs en la Manzana de las Luces (Perú 272), Capital Federal.