El policía Ricardo Ayala está procesado, acusado de “homicidio en grado de tentativa” tras dispararle tres tiros al joven de 20 años, el 9 de noviembre en el barrio de La Boca. Sin embargo, el juez no le dio prisión preventiva.
Viernes 27 de noviembre de 2015
El juez de instrucción en lo Criminal, Osvaldo Rappa decidió otorgarle el día de ayer la “inmediata libertad” al agente de la Policía Metropolitana Ricardo Ayala, quien permanecía detenido luego de darle tres tiros a Lucas Cabello, de 20 años, el 9 de noviembre en el barrio de la Boca. Mientras el joven sigue internado en estado estable pero grave, el efectivo fue procesado por el delito de “homicidio en grado de tentativa, agravado por su condición de ser miembro de una fuerza de seguridad, con exceso en ejercicio de legítima defensa” y fueron embargados sus bienes por una suma que asciende a los 300 mil pesos, según informaron fuentes judiciales.
Nahuel Berguier, uno de los abogados de la familia de Cabello, declaró a la Agencia Télam que “del expediente surge con claridad que hubo un intento de entorpecer la investigación por parte de la Policía Metropolitana, por lo cual vamos a pedir que se revoque la orden de liberarlo al tratarse de un delito de tal gravedad". El juez llevó adelante la decisión pese a que, días atrás, una testigo del caso denunció intimidaciones de la Metropolitana y aseguró que desde el Ministerio de Desarrollo Social le ofrecieron una casa para que favorezca con sus declaraciones al policía que baleó a Cabello
Por su parte, familiares y amigos de Lucas Cabello junto docentes y vecinos de La Boca realizaron ayer por la tarde un festival contra el gatillo fácil en la Escuela de Educación Media N°7, donde estudió la victima. “Tengo miedo por mi familia, no entendemos cómo lo liberaron si se sabe que es culpable. No es justo que al efectivo le hayan dado la libertad mientras Lucas está peleando por su vida", declaró Rubén Heredia, padre de Lucas.
Pista falsa
“Mi hijo fue baleado por el agente Ayala de la Policía Metropolitana en la puerta de nuestra casa, cuando venía de comprar comida en la panadería de la esquina. No se trató de un enfrentamiento, ni de un tiroteo como dice la policía. Este policía lo interceptó cuando estaba por entrar a nuestra casa, sin motivos, y le disparó tres veces. El primero, fue para bajarlo a Lucas. Y los otros dos, para rematarlo cuando ya estaba tirado en el suelo, ensangrentado, a tres pasos de su hija de 2 años, que vio todo”, declaró la madre de Lucas en una carta publicada dos días después de los hechos, en la que le exigía a María Eugenia Vidal que se rectifique de sus dichos. Es que la Vicejefa porteña -y Gobernadora electa de la Provincia de Buenos Aires- había asegurado que el suceso había tenido origen en un episodio de violencia de género, pese a que tanto la familia, como los testigos y el propio subjefe de la Policía lo negaron.
Pese a las intenciones de la Metropolitana y del Gobierno de la Ciudad de hacer su propia y conveniente reconstrucción de los hechos, la rápida movilización de los vecinos de la Boca, junto a la familia de Lucas, permitió que la historia hoy se cuente como fue: la de un agente que disparó a quemarropa sobre el cuerpo de un pibe de 20 años, armado con un sanguche de milanesa que traía de la panadería.
Antecedentes
Se trata de otro caso de gatillo fácil en manos de la Metropolitana que, desde su creación, mató a 28 personas e hirió a 111 como consecuencia de intervenciones violentas. En diciembre del año pasado, el oficial Daniel Germán Castagnasso, acompañado por el subinspector José Daniel Soria Barba, atropelló y mató a Nehuén Rodríguez, en el barrio vecino de Barracas.
Estable pero grave
Mientras tanto, Lucas Cabello continúa internado en el Hospital Argerich en estado “estable pero grave y con funciones físicas gravemente afectadas” por los tres balazos que recibió por parte de Ayala. Los disparos fueron en el abdomen, la mandíbula y los testículos.