En el marco de una crisis económica que el Gobierno no puede encaminar, se expresó fuerte el rechazo en las calles de su política represiva.
Viernes 27 de julio de 2018
Movilización contra el plan represivo de Macri y las Fuerzas Armadas - YouTube
En la lluviosa tarde de jueves porteño, la clásica ronda de las Madres de Plaza de Mayo no fue una más. Distintas organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos nucleadas en el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ) se acercaron hasta allí para encabezar el repudio al decreto de Mauricio Macri que permite la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interna. Allí también pudo verse a Nora Cortiñas, quien fiel a su lucha inquebrantable contra la impunidad de ayer y de hoy portaba un cartel que señalaba: “Ayer le dijimos que NO a Milani y la Ley Antiterrorista, hoy le decimos NO al decreto 683. NO a las Fuerzas Armadas en las calles”.
Al igual que aquel sábado 30 de abril de 1977 donde comenzaron a reunirse frente a la Casa Rosada, las Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora) realizaron su ronda para rechazar el nefasto Decreto 683. Anunciado en el excentro clandestino de detención Campo de Mayo, la reforma presentada profundiza la orientación de impunidad para los militares y genocidas al mismo tiempo que representa un salto represivo, en sintonía con las recomendaciones del comando sur de los Estados Unidos para América Latina.
“No es casual que Macri haya dictado su medida antidemocrática pocas horas después de terminar su reunión con Christine Lagarde, el Fondo Monetario Internacional y el G20. ¡Es que su ajuste no pasa sin represión!”, señalaron en un documento unitario los integrantes del EMVyJ. “En los considerandos del Decreto 683, Macri dice que es para “proteger la soberanía e independencia de la Nación, su integridad territorial, sus recursos naturales, su capacidad de autodeterminación y la protección de la vida, la libertad y los derechos humanos de sus habitantes. ¡Nada más hipócrita! ¡Si alguien ataca “la soberanía y la independencia nacional, la integridad territorial, los recursos naturales y la vida, la libertad y los derechos humanos” son precisamente el FMI, el G20 y las corporaciones que de la mano del gobierno, la falsa oposición y los cómplices civiles y sindicales, aplican despidos, bajos salarios, devaluación, tarifazos, pago de la deuda externa a costa del hambre del pueblo y que saquean nuestros territorios y nuestros bienes comunes de una punta a otra del país! Y no es una hipótesis de conflicto: es una realidad” aseguraron.
El acto también contó con la presencia de Sergio Maldonado y Andrea Antico, quienes se sumaron al rechazo y convocaron a la movilización que se realizará este miércoles 1 de agosto a un año de la brutal represión de Gendarmería en la comunidad de Cushamen que terminó con la desaparición y posterior muerte de su hermano Santiago.
Ahora en Plaza de Mayo: #NoALosMilitaresEnLasCalles, #JusticiaPorSantiago, dos reclamos que se unen. pic.twitter.com/qbkii4tT0U
— Frente de Izquierda (@Fte_Izquierda) 26 de julio de 2018
Terminada la ronda en Plaza de Mayo y la lectura del documento, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Correpi y Venceremos se movilizaron hacia el Ministerio de Defensa, ubicado en Paseo Colón y Alsina, donde concentraban otros organismos de derechos humanos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la Liga por los Derechos del Hombre, H.I.J.O.S., el CELS y la Asociación por los Derechos del Hombre se dieron cita para repudiar la medida del ministro Oscar “El Milico” Aguad y Mauricio Macri. Allí también pudo verse la presencia de la CTA y organizaciones como La Cámpora, Movimiento Evita, y Libres del Sur entre otros, en un amplio abanico que repudió la reforma anunciada. Del otro lado de las vallas, un fuerte operativo policial desplegaba carros hidrantes y cientos de efectivos dispuestos en la sede del ministerio.
Consultada por La Izquierda Diario, Myriam Bregman se refirió al planteo del FIT de derogar el decreto y aseguró que “Macri recitó otro libreto dictado por Lagarde y el FMI. Saben que el ajuste no pasa sin represión y no desconocen que hay un enorme malestar social que llevará a la profundización de la protesta”. La legisladora porteña planteó que “tras el eufemismo de ’objetivos estratégicos´ esconden qué es lo que quieren salvaguardar con las Fuerzas Armadas al mando: no quieren protestas en las calles, ni frente a las multinacionales, ni allí donde consuman el saqueo a nuestros recursos naturales a costa de la represión a los pueblos originarios. El objetivo estratégico es reprimir la protesta social frente a la profundización del ajuste”.
Con la lucha contra la represión y la impunidad como bandera
Tras la salida de la dictadura, los juicios y condenas a algunos de los genocidas que actuaron en ella fueron arrancados por la movilización popular. La persistente lucha de Madres de Plaza de Mayo, exdetenidos desaparecidos, hasta organismos de derechos humanos que cuentan con un amplísimo apoyo social, lograron que fueran enjuiciados algunos genocidas (aunque muchos gozan de impunidad) y que los militares no puedan patrullar por las calles. Lejos de cualquier “consenso democrático” al que se refieren distintas alas del peronismo y el kirchnerismo, es esta misma lucha la que puso fin a las leyes de “obediencia debida” y “punto final” y la que en mayo del año pasado volvió a enfrentar la impunidad con cientos de miles de personas repudiando el fallo del “2x1” de la Corte Suprema de Justicia a los genocidas condenados.
Desde su asunción el Gobierno ha dado sobradas muestras de querer profundizar la política de “reconciliación” de las Fuerzas Armadas con la sociedad civil. Así lo volvió a ratificar Mauricio Macri cuando aseguró tras los anuncios que estas son “las Fuerzas Armadas de la democracia”, intentando ocultar la participación de cientos de militares que participaron en el genocidio y que hoy ocupan los altos mandos, como lo fue el exjefe del Ejército César Milani.
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Con una crisis económica que se profundiza cada vez más, el Gobierno ha resuelto en los últimos días publicar el decreto sobre la intervención de las Fuerzas Armadas en seguridad interior y anunciar la saturación de efectivos de la Policía en los barrios del conurbano, lo que representa una verdadera militarización. La intención es doble: retomar la agenda “securitaria” cuando la economía lejos de arrancar se deteriora, y prepararse para las consecuencias sociales que traerá la profundización de la crisis.
Frente al nuevo saqueo que preparan bajo las órdenes del FMI, enfrentar el fortalecimiento del aparato represivo del Estado es una tarea indispensable.