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Red Internacional
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Tribuna Abierta. ¿Funcionará la trumpeconomía?

Las fuerzas que se mueven detrás del fascista Trump, el presidente electo de los EE.UU., son muy reaccionarias y complejas. Mucho de lo que pase en el mundo dependerá de cómo se desempeñe esta derecha en el poder; especialmente en la economía pues una de las razones más importantes del triunfo de Trump es que ofreció cambios en aspectos económicos, como la apertura comercial impuesta por las corporaciones en el TLC por ejemplo.

Miércoles 23 de noviembre de 2016

Recordemos que la derecha panista que desplazó en nuestro país a la derecha priísta no pudo hacer funcionar la economía mexicana, pues tanto Fox como Calderón, enfrentaron la recesión estadounidense de 2001 y la crisis de 2008.

Debieron entregar el poder de nueva cuenta a la derecha priísta cuyas apuesta por el capitalismo global ha sido notoria y también ha padecido la débil recuperación de la economía estadounidense y los problemas de la economía mundial. En México, la derecha panista no ha tenido el aval de la economía para instrumentar algunas de sus políticas, por ejemplo las discriminatorias contra las mujeres o las religiones no católicas. La derecha fascista de Trump deberá tener algunos éxitos económicos para que no le suceda lo que a la derecha panista.

Michael Roberts, un marxista británico, analiza las propuestas económicas del futuro presidente de los EE.UU. en “Evaluando la trumpeconomía”[1] donde afirma que las propuestas del republicano son una mezcla de keynesianismo y neoliberalismo. Destaca Roberts que las bolsas estadounidenses que habían apostado por Clinton han venido mejorando a pesar de la derrota de su candidata.

En lugar de la debacle que algunos analistas bursátiles pronosticaron si triunfaba Trump, ha ocurrido lo que se muestra en la gráfica con el índice más representativo de las empresas estadounidenses, el Standard and Poor´s 500 de los EE.UU. Ha habido una subida moderada del precio de las acciones. Como señala Roberts las grandes corporaciones estadounidenses piensan que la trumeconomía será buena para ellas después de todo.

Índice Standard and Poor´s 500 entre octubre 21 y noviembre 21 de 2016. Fuente Finance Yahoo.

Entre las medidas neoliberales anunciadas por Trump está una disminución de los impuestos a las empresas y entre las keynesianas gastar 1 billón de dólares en infraestructura que se cubriría con deuda gubernamental.

Roberts destaca algo de lo que ya están haciendo los intelectuales ligados al poder, acomodarse con el nuevo mandón:

“Pero ahora algunos keynesianos aplauden el enfoque de Trump como ´una ruptura con el neoliberalismo´. El gran historiador y biógrafo de Keynes, Robert Skidelsky, nos dice que ´Trump también ha prometido un programa de inversión de infraestructura de entre $ 800 mil millones de dólares y un billón que será financiado con bonos, así como una reducción masiva de los impuestos corporativos, Crear empleo y fomentar el crecimiento. Esto, junto con una promesa de mantener los beneficios sociales, equivale a una forma moderna de política fiscal keynesiana´. Skidelsky continúa: ´A medida que Trump pasa del populismo a la política, los liberales no deben apartarse con disgusto y desesperación, sino más bien comprometerse con el potencial positivo de trumpismo. Sus propuestas necesitan ser discutidas y refinadas, no descartadas como delirios de ignorantes".[2]

Roberts no augura buenos resultados para las propuestas económicas de Trump. Algo semejante instrumentó el primer ministro japonés Shinzō Abe3 desde diciembre de 2012, presuntamente para combatir dos décadas de estancamiento sin que haya habido logros significativos.

Sin embargo, señala Roberts, los EE.UU. requieren lo que dice Trump. La infraestructura estadounidense se ha deteriorado evidentemente. La edad promedio de los activos fijos es de 22.8 años, la peor con datos desde 1925. El gasto gubernamental estadounidense ha caído del 1% del PIB al 0.5% durante las últimas tres décadas.

No hay duda que la propuesta de Trump ayudará un poco al crecimiento estadounidense. No mucho, porque un billón de dólares gastado durante cuatro años no será tan significativo. Además, enfatiza Roberts, no hay evidencia clara de que el gasto del gobierno cree empleos duraderos.

Los keynesianos como hace Skidelsky recuerdan el “Nuevo trato” de Roosvelt para combatir la crisis de los años 30; sin embargo la tasa de desempleo se mantuvo alta hasta que EE.UU. entró a la Segunda Guerra Mundial. Como destacó Paul Krugman, el estadounidense y gurú keynesiano, en su libro, End Depression Now, “fue con la guerra con lo que se logró el pleno empleo y la recuperación económica.”[4]

En resumen, Roberts no augura buenos resultados para la trumpeconomía. Eso debilitará a la extrema derecha de Washington. ¿Habrá de compensar eso con medidas sociales más extremas? Ojalá y no, pero no es descartable esa posibilidad.


Citas:

1. M. Roberts, “Testing Trumponomics”, noviembre 18 de 2016.
2. Roberts, ob. cit.
3. Ver http://www.japan.go.jp/abenomics/
4. Roberts, ob. cit