En medio de la Guerra Fría, el fútbol ponía frente a frente a un equipo símbolo del poder del dinero de la industria cementera, contra otro que llevaba en la camiseta una hoz y un martillo.
Martes 19 de julio de 2016
Foto: Delirio. Orte festeja la guapeada de Husillos y Olavarría entera grita el gol de Loma Negra ante la URSS.
Corría el mes de abril de 1982. En plena Guerra de Malvinas, la pelota seguía rodando en Argentina. Efectivamente, el torneo Nacional 82 se disputaba sin ninguna interrupción y la Selección jugaba sus últimos amistosos de cara al Mundial en España, uno de ellos frente a la Unión Soviética que también disputaría el Mundial. El amistoso versus Argentina era todo un atractivo, pues se trataba del último campeón del mundo, ahora con Maradona entre sus filas.
Lejos de las trayectorias de semejantes monstruos del fútbol, el Club Loma Negra estaba dando un giro inédito y decisivo en su historia. En un rincón de la provincia de Buenos Aires, la ciudad de Olavarría era testigo del crecimiento súbito de su club, nacido en 1929. Tiempos en que la crisis y la necesidad de evitar conflictos obreros era motivo para que las industrias fomentaran actividades recreativas destinadas a sus empleados. Este era el caso de la enorme cementera ubicada en esta localidad, propiedad de los Fortabat.
La actividad de esta entidad social era modesta hasta que en 1980, su entonces propietaria Amalita, decidió darle un impulso cualitativo en lo deportivo que lo pondría en solamente un año en una situación inesperada para todos.
Mediante una “inyección económica”, la empresaria millonaria puso a disposición del club dinero contante y sonante para contratar a los mejores jugadores del medio local. ¿La estrella? Mario Husillos, llegado del Real Madrid.
Este conjunto desconocido ganó el torneo regional de 1981, desbancando a Olimpo de Bahía Blanca, Douglas Haig de Pergamino, Santamarina de Tandil, Huracán de Tres Arroyos, y consiguió lo impensable: clasificarse al torneo Nacional de ese año. Se codeó con los grandes y tuvo una participación para nada despreciable (se puede decir extraordinaria) en el torneo de AFA: 7 triunfos, 5 empates, 2 derrotas. Sólo por detrás de Ferro y de River en su grupo.
Chanov no puede evitar la arremetida de Orte y Husillos concreta el gol del triunfo de Loma Negra sobre los soviéticos.
¿Que si pasó desapercibido? ¡Para nada! Este sistema novedoso, en que se combinaba a un pequeño club con una inversión monetaria exorbitante, generó la crítica y las quejas del fútbol argentino entero. Pero nadie pudo evitar su ascenso al escenario principal.
Si bien no pudo repetir en 1982, seguía siendo noticia: hizo intentos por contratar ni más ni menos que a Fillol y Maradona, aunque no fueron exitosos. Sí se pudo hacer con los servicios de Félix Orte, delantero goleador proveniente de Rosario Central. Y para el mes de abril, cuando el conjunto comunista se hizo presente en Argentina, no escatimó en gastos para poder llevarlos a Olavarría: 30 mil dólares de pago y los soviéticos se enfrentaron al equipo de “La Fortabat”.
La URSS, por su parte, arrastraba una performance envidiable: 13 triunfos y cuatro empates, en un invicto construido desde el año 1979, cuando perdió por última vez frente a Alemania Federal. La igualdad que obtendría frente a Argentina el día 14 en su condición de visitante alargó esa racha. El palmarés que ostentaban también era muy serio: cuatro veces medallistas olímpicos, una vez campeón de la Eurocopa, otra subcampeón y una edición extra en la que fueron terceros de su continente.
El partido se jugó el día 17, y a pesar de que la calidad de los futbolistas no encajó con la del partido, despertó mucha expectativa: si bien los 12.000 dólares recaudados no alcanzaron para cubrir el gasto, el hecho de ese día sería algo recordado por siempre: los cementeros celestes derrotaron a la selección soviética y la despojaron de su invicto. Aquí, un pequeño recuerdo:
En efecto, Loma Negra le ganó por 1 a 0 a la URSS con gol de Husillos y fue furor nacional, pudiendo decir también mundial. El conjunto ganador alineó a Barbieri; Squeo, Pellegrini, D’Angelo, Cristofanelli; Mazo, Rinaldi, Sosa; Orte, Husillos y Magallanes. Gaitán ingresaría en el complemento.
La URSS no era la de antes: su “integración al mundo” venía en proceso, mucho más palpable que en etapas anteriores. A partir de ahora, una indumentaria internacional como Adidas vestía a sus jugadores, y para jugar este partido cobraron un “billete” de importancia.
Por su parte, Loma Negra, si bien protagonizaría el Nacional 83 sobresaliendo y marcando la diferencia (8 triunfos, 4 empates y 2 derrotas), no pudo sostenerse en el tiempo y la canilla de oro se cerró, por lo menos para el club. En menos de dos años, se vería reducido a la mínima expresión que mostró hasta el año 80, volviendo a disputar solamente los torneos regionales. Al menos en Argentina, el fútbol, si bien hoy recibió al mundo de los sponsors y la televisión, se sostiene más por su gente que por el dinero que pueda llegar del sector empresarial, como ocurrió en este caso.
Aunque sea durante 90 minutos, ver enfrentarse al signo pesos de un lado, y a la hoz y el martillo del otro, provocó no menos que atención, curiosidad y mucho revuelo en la ciudad de Olavarría, que vio ganar a su equipo ante la imponente selección soviética.