El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué pidió el apoyo de elementos del ejército, de las fuerzas aéreas y armadas en Oaxaca para que patrullen el estado en el marco del regreso a clases, la desaparición del IEEPO y la implementación de la reforma educativa.
Maestra Tania Vonki Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase
Lunes 17 de agosto de 2015
La tensión entre el gobierno y el magisterio en el Estado de Oaxaca va en ascenso después de la reforma al Instituto Estatal de la Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) que, pone al gobierno al control del Instituto y le resta fuerza a la dirigencia de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE). Pues a Oaxaca lo han llenado de militares desde el pasado 7 de junio, día en el que se llevaron a cabo las elecciones.
Ayer se hizo público un documento emitido por el gobernador del Estado de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, en el que solicita a los poderes de la Unión la intervención de las fuerzas armadas, ejército y fuerza aérea para mantener a raya las posibles manifestaciones en la entidad.
Esta medida va en contra de los maestros de la CNTE y busca amedrentar ante la propuesta del paro nacional magisterial para tirar la reforma educativa y después de la destrucción del IEEPO el pasado 20 de julio, que deja fuera a 300 maestros de la sección 22 que tenían puestos de mando en el instituto. Pero también significa un gran golpe en contra del magisterio nacional por la amenaza de imposición de la reforma educativa que mina los derechos laborales de los maestros, y en última instancia es un atropello a los derechos sociales, ya que la reforma educativa es un paso para la privatización de la educación en México.
El rol del ejército y la policía es amedrentar la protesta social y reprimir a los trabajadores y los sectores populares que cuestionan los planes neoliberales del gobierno y el imperialismo estadounidense, cuyo eje lo constituye hoy las reformas estructurales.
Ya desde las marchas en contra de la desaparición del IEEPO, encabezadas por miles de docentes, padres de familia y sociedad en general, varios policías federales y estatales, así como elementos de la gendarmería nacional se encargaban de vigilar la institución y las calles.
El gobierno de Gabino Cué se asocia con Peña Nieto en la militarización, la amedrentación y el ataque contra el magisterio. Ahora muestra, una vez más, que lejos de ser un gobierno, como proponía al principio de su mandato que defendería los intereses de la población, está alineado a los planes contra la educación y se apresta a reprimir la resistencia magisterial contra la reforma educativa.
Al gobierno del priísta Enrique Peña Nieto y del perredista Gabino Cué Monteagudo parecen no importarles en absoluto las recomendaciones y llamadas de atención provenientes de los organismos internacionales de derechos humanos, que colocan a México como uno de los países donde la violación de estos derechos por parte de elementos del ejército y elementos de seguridad pública es inmenso y va en aumento.
La presencia militar en las calles, junto con los casos de tortura, la violencia contra las mujeres, las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas son algunos de los casos más preocupantes dentro de las violaciones a los derechos humanos en México.
El amedrentamiento que el gobierno federal y estatal pretenden imponer con la militarización de Oaxaca es una amenaza contra quienes pretendan movilizarse en repudio de las reformas estructurales, significa un avance del autoritarismo que no acepta la disidencia en contra de las decisiones del gobierno que debería estar al servicio del pueblo.
Varios sectores en lucha y del magisterio se han manifestado en contra de esta medida represiva. Es necesario respaldar el llamado de la CNTE a impulsar la huelga nacional para eliminar las reformas estructurales que ya fueron aprobadas e impedir que continúe la violación a los derechos de la población.
Es imperioso que las organizaciones sindicales, y en primer lugar aquellas que se reclaman opositoras y opositoras, como la Unión Nacional de Trabajadores y la Nueva Central de Trabajadores, se pronuncien contra la militarización de Oaxaca y el ataque que buscan avasallar a la sección 22. Es necesario lleven a cabo medidas efectivas, como movilizaciones y la preparación de un paro nacional en solidaridad con el magisterio -en contra de la reforma educativa y contra la evaluación punitiva- y en particular con la sección 22 que está siendo atacada por el gobierno federal y el gobierno de Gabino Cué.
Con información de la Jornada