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Red Internacional
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Encuentro. Gente que no: el almuerzo de Alberto con los dueños del poder

El presidente almorzó con varios de los principales empresarios del país. Ellos le pidieron que se termine la doble indemnización y la prohibición de despidos. Alberto les prometió "tranquilidad".

Javier Nuet

Javier Nuet @javier_nuet

Miércoles 13 de octubre de 2021 00:29

Alberto Fernández convocó a ocho de los empresarios más poderosos del país para un almuerzo en el salón Eva Perón de la Casa Rosada. Hablaron de varios temas, entre los que se destacaron la coyuntura internacional, la Argentina post elecciones y el FMI.

En cuanto a las negociaciones con el organismo, distintas versiones periodísticas afirmaron que el Gobierno "transmitió tranquilidad", aunque sostuvo que va a ser un proceso "largo y complejo" que podría cerrarse en el primer trimestre de 2022.

Pero principalmente la preocupación empresarial fue alrededor de la doble indemnización y la prohibición de despidos, dos medidas que, en los hechos, se convirtieron en papel mojado desde el momento de su promulgación. Aunque, si se trata de dejar familias en la calle, para los empresarios siempre es mejor tener el visto bueno del Estado.

En la reunión estuvieron Javier Madanes Quintanilla (Aluar y Fate), Alejandro Simón (Grupo Sancor Seguros), Hugo Eurnekian (Corporación América), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Francisco De Narváez (Grupo De Naváez), Jorge Brito (Banco Macro), Juan Martín de la Serna (Mercado Libre) y Marcos Bulgheroni (Pan American Energy).

De parte del Gobierno también estuvieron el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el Jefe de Gabinete de ministros, Juan Manzur y el Ministro del Interior, Wado de Pedro.

El presidente les planteó a los empresarios que está "preocupado por generar empleo", que es una idea que se incorporó en la agenda en las últimas semanas. De hecho, Massa presentó en Diputados un proyecto de ley, "puente al trabajo", para "transformar planes en empleo genuino". Si se busca bien en el texto, lo que aparecen en realidad son grandes beneficios para los empresarios, como la eximición de las cargas patronales y otros beneficios impositivos.

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En este punto, los empresarios contestaron que le parecen muy bien los acuerdos sectoriales que empezaron a aparecer. Una alusión al convenio firmado en Toyota, donde se avanzó en una reforma laboral de hecho eliminando el sábado de descanso para los trabajadores. En ese sentido elogiaron "la actitud de los gremios", que en este caso se trata del SMATA y fue cómplice desde el minuto cero de un ataque que promete ser el primero de muchos.

De hecho, el propio presidente estuvo en Toyota presentando una ley de "movilidad sustentable", pintando esa flexibilización laboral de verde con la propuesta de producir autos eléctricos, como si en el país no avanzara el extractivismo y la destrucción del ambiente.

Propuestas y políticas que están a un abismo de ser una mejora para la vida de la clase trabajadora. No es casual que mientras la izquierda propone reducir la jornada laboral, el Gobierno y los empresarios avancen en sentido contrario. Es que la resolución de la crisis va a ser en sentido favorable para unos o para otros.

Símbolos

Si bien la reunión no era formal ni estaba pensada para llegar a un acuerdo puntual sobre alguna cuestión urgente, aparece como todo un símbolo del momento político y un gesto hacia el poder.

En las semanas previas, el Gobierno hizo la tarea para llegar bien preparado a la comida: baja de retenciones para las automotrices, beneficios impositivos para los grandes terratenientes y retenciones cero para la exportación en el sector de "Economía del Conocimiento" fueron solo algunas de las medidas que tomó el oficialismo después de la derrota de las PASO. Parece que había que poner "platita en el bolsillo", pero el de los grandes capitalistas. A los sectores populares, que fueron los que expresaron su bronca en las urnas, les ofrecieron migajas. Por ejemplo, el aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que va a llegar a $ 33.000, en cuotas, en febrero.

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Antecedentes

Pero no es la primera vez que el Presidente tiene gestos de este tipo con los grandes empresarios. Recién comenzando el mandato presidencial, se filtró una foto en una mesa redonda en la que se podía ver sonrientes a Alberto Fernández junto con Héctor Magnetto. Incluso, fue invitado a la tercera edición del seminario "Democracia & Desarrollo", que organizó Clarín en el Malba, y allí habló bien del CEO.

Otro revuelo se había generado cuando, para conmemorar el 9 de Julio del 2020, llevó a un acto en la quinta de Olivos al presidente de la UIA, al de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, e incluso a Eurnekian, quien volvió a estar sentado con el presidente este martes.

En aquel momento, sectores del ala "progresista" del Gobierno se habían quejado en distintas tonalidades de las lágrimas de cocodrilo, diciendo con razón que no se podía imaginar una salida a la crisis favorable para las grandes mayorías con esa gente. Sin embargo, nadie dentro del Gobierno dejó de apoyar a rajatabla la política oficial ni mucho menos rompió cuando se profundizaron las políticas de ajuste.

Es que para Alberto Fernández, codearse con los sectores del poder no es ninguna novedad. El elegido de Cristina Fernández en 2019 había sido Superintendente de Seguros de la Nación durante el gobierno de Carlos Menem y después candidato en las listas de Domingo Cavallo. Desde ahí se supo hacer espacios "interesantes", que llevaron a la mismísima Cristina en el 2011 a denunciarlo como "el hombre de Clarín dentro del Gobierno".