La titular de la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) acompañará al ministro de Educación en la lista de candidatos a senadores por la Provincia de Buenos Aires. Aquí, parte de su historia política.
Sábado 24 de junio de 2017
Gladys González es una de las estrellas del PRO de cara a las elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires. Secundará a Esteban Bullrich en la lista de candidatos a senadores nacionales.
González empezó su carrera como directora del Banco Ciudad. En poco más de diez años de carrera su primer salto a la fama fue por tráfico de influencias y sobornos. Quedó en el centro de un escándalo en 2006 cuando la revista Veintitrés denunció que les ofreció pauta del banco a cambio de una entrevista favorable a Horacio Rodríguez Larreta, cuando el actual jefe de Gobierno buscaba una candidatura desde el PRO.
Unos meses más tarde, el entonces legislador Marcos Peña propuso a González para la Auditoría General de la Ciudad, pero fue impugnada en la Junta de Ética de la Legislatura por tener abierta una causa en el juzgado en lo Criminal y Correccional por “malversación de caudales públicos e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
La flamante candidata nació cobijada por el PRO. Fue diputada entre 2009 y 2016, jefa de la campaña a gobernador de Miguel del Sel en Santa Fe en 2011 y también de la de Federico Pinedo a diputado nacional.
Y no pocos la recuerdan también por su rol de interventora del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) que terminó con el sindicalista Omar “Caballo” Suarez preso pero con miles de trabajadores del sector despedidos.
El aterrizaje de González como presidenta de la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) a principios de este año obviamente tuvo más que ver con su carrera política personal que con su (no) especialización en temas ambientales, algo que ya denunciaron los trabajadores de ese organismo oportunamente. Y también a la orientación de la administración PRO de buscar hacer negocios y contrataciones redituables con el abultado presupuesto del organismo.
El inicio de su gestión comenzó con despidos y la agudización del trabajo precarizado, que en Acumar constituye la mitad de la planta.
Mientras tanto la zona más contaminada del conurbano y de mayor pobreza sigue sin recibir el resultado de los “objetivos” que la conducción de Acumar dice tener como prioridad.
Los “tres objetivos simultáneos” de Acumar son “la mejora de la calidad de vida de los habitantes de la cuenca”, “la recomposición del ambiente en la Cuenca en todos sus componentes (agua, aire, y suelos)” y “la prevención de daños con suficiente y razonable grado de predicción”.
Si bien esos objetivos están demasiado lejos de siquiera comenzar a cumplirse, no hay que descartar que para la campaña electoral de Gladys González la ejecución de un mínimo porcentaje de sus obligaciones le permita sostener la “imagen” que busca para ganar votos. En definitiva, eso es lo que más le interesa al macrismo.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario