La Comisión Reguladora de Energía adelantó para el 30 de noviembre la quinta etapa de liberalización de gasolinas. Esperan acelerar la privatización con la llegada de inversiones para el transporte y almacenamiento de gasolinas. Diversos actores temen una alza de precios en combustibles y mayor inflación.
Viernes 17 de noviembre de 2017
El 16 de noviembre la Comisión Reguladora de Energía (CRE) resolvió adelantar la quinta etapa de la liberalización de gasolinas, prevista para el penúltimo día de este año, para el 30 de noviembre. De esta forma el total de los estados del país estaría funcionando bajo este esquema, con lo que esperan incentivar la inversión privada.
Esta liberalización de gasolinas es parte del plan integral del gobierno para privatizar lo que alguna vez fue la empresa más importante del país: Pemex. La Reforma Energética aprobada en el 2013 contemplaba la privatización de toda la cadena de valor de hidrocarburos, desde la exploración, producción, extracción hasta el almacenaje, el transporte y la venta.
Liberalización y privatización
La Comisión Reguladora de Energía afirmó en el comunicado donde adelanta el cronograma de la liberalización que busca un cambio de un “modelo de proveedor único” a un esquema de competencia de mercado con varios participantes. Con la decisión de adelantar la fecha de liberalización de precios de las gasolinas busca incentivar la llegada de inversiones privadas en almacenamiento y transporte.
Esta es una nueva fase que profundiza lo anunciado por el gobierno desde el 20 de diciembre del 2016 cuando se presentó la “Estrategia de flexibilización de mercados de gasolinas y diesel”, en donde se buscaba una “apertura gradual y ordenada” del mercado. En realidad esta apertura representó parte esencial de un proceso inflacionario que el gobierno no ha logrado controlar.
¿Un nuevo gasolinazo en diciembre?
Diversos actores temen que la liberalización de los precios en la mayoría de los estados del centro y sur del país repercuta en un nuevo gasolinazo como ocurrió a inicios del año pasado. Ahora las empresas privadas buscarán hacerse parte de la extracción de ganancias en el transporte, distribución y almacenamiento de gasolinas.
El director general de Pemex, José Antonio González Anaya, sostuvo en diversas entrevistas para medios de comunicación y en sus redes sociales que no habría un nuevo gasolinazo. Sin embargo, esta es una posibilidad latente.
La política energética de los últimos gobiernos ha puesto a México en una posición de dependencia. México importa un gran porcentaje de las gasolinas que consume y su capacidad de refinación va en descenso a cada día fruto del abandono al sector y la corrupción en la que han ahogado a Pemex.
Esta dependencia de la importación de gasolinas se suma a la volatilidad de precios de energéticos en los mercados internacionales, y una posición del peso frente al dólar que no le favorece ante algún importante ajuste económico. Si el peso se devalúa más frente al dólar, esto repercutirá en los precios de las gasolinas.
El afán del gobierno de profundizar en la privatización y el desmantelamiento de Pemex pueden poner en serios riesgos a la economía nacional y a los bolsillos de las familias mexicanas. Diversos economistas críticos a la política entreguista del gobierno coinciden en que si un Estado quiere tener control de una variable tan importante como son los combustibles ninguna solución es más favorable que estatizar y nacionalizar, bajo control y administración de sus trabajadores, toda la cadena de valor de la producción de energéticos.
González Anaya y el gobierno ya nos han mentido antes acerca del aumento sin control del precio de las gasolinas y del efecto inflacionario que ocasionó, imposible creer sus mentiras.