Para Jaime Bellolio “demuestra que las instituciones están funcionando y que ese asesinato no queda en la impunidad”. Y funcionan, pero para la derecha y grandes empresarios, con salvatajes, y haciendo la vista gorda. Mientras que a pobladores y trabajadores miseria y castigo.
Sábado 30 de enero de 2021
El asesinato de Camilo Catrillanca en 2018, a manos de la policía chilena, fue un duro golpe al pueblo mapuche, porque además de arrebatarle la vida, nuevamente, a uno de sus comuneros luchadores, fueron víctimas de un montaje brutal, un relato ampliado por la prensa y promovido por los agentes políticos del gobierno.
Luego de más de dos años de controversia por la responsabilidad en la ocultación de información de parte de carabineros, y de agentes en específico, recién hay dos condenados, que serían los autores materiales.
Sin embargo, más allá de la percusión de los disparos que acabaron la vida de Camilo y dejaron, muy probablemente, con un trauma a su compañero menor de edad, todo fue parte de una operación, con gente a cargo, con órdenes, y después, más arriba en los cargos, está la responsabilidad política.
Por una parte es la lógica del estado empresarial, dueños de forestales, patrones de fundo, “agricultores” terroristas, armados hasta las patas, y con un pasado reprochable, usurpadores de territorio ancestral mapuche.
Por otra parte son los políticos y el gobierno que mantiene o profundiza la represión sobre las comunidades mapuche, ya sea dotando de nuevo armamento represivo, como carros lanza agua, anfibios, zorrillos, etc, o bien con preparacion de grupos especiales, como el Comando Jungla preparados en colombia para enfrentar la guerrilla.
Queremos poner en evidencia que las instituciones "sí funcionan". Y es que uno pensaría que las instituciones están hechas para proteger los intereses de la mayoría, de la clase trabajadora, del pueblo, pero no, no es así.
Y es por esto que afirmamos que sí funcionan las instituciones. La justicia, sus tribunales, sus jueces, sus fiscales, etc. están predispuestas de tal modo que los jueces y los tribunales no son de elección pública, sus cargos no son revocables, y la participación de todos nosotros queda relegada a cuando nos toca comparecer.
Sin irnos muy lejos, tenemos los casos de Presos Políticos de la Revuelta, que sin nada o casi sin ninguna prueba, llevan más de un año privados de libertad, sin poder ver a sus familias, mientras que a otros los dejan con arrestos domiciliarios, como es el caso de los grupos de ultraderecha ligados a la compra de fusiles de guerra, ligados a la vez a la fabricación de escudos en una sede de la UDI, impulsores del rechazo y todo esto ligado a la vez a las agresiones en sus marchas, las amenazas a la fiscal Chong, o a Roberto Belmar, el sujeto ligado a Sebastián Izquierdo, que irrumpió a disparos de balines en una manifestación de amigos y familiares de Presos Políticos, Ligado a Kast, ligado finalmente, a la misma derecha que ha sido parte de estos 30 años de mantener los pilares de la dictadura. Unas amenazas andantes y libres.
Pero esto ni siquiera es lo más escandaloso. En términos de justicia son cientos los casos, desde fraudes multimillonarios que terminan con clases de ética hasta penas de cárcel por vender en la calle o plantar marihuana, o vender cds piratas.
Otro caso es el privilegio de quienes pueden optar por bufet de abogados reconocidos defensores de los empresarios, como es el caso del responsable de las fiestas en Cachagua, quien usará al mismo abogado de Piñera. Otro caso es la impunidad en la que quedó el hijo de Larraín, quien debe estar viviendo tranquilo su atormentada vida, luego que quedara en libertad tras haber asesinado, por medio de un atropello, a un trabajador del campo.
Por otra parte, y volviendo al caso de Camilo Catrillanca, no olvidamos que fueron los mismos representantes de la derecha, como Felipe Kast, quienes promovieron las versiones falsas de carabineros, como que se encontraban en un “duro enfrentamiento”, asegurando que había visto imágenes y videos.
Pero sin duda alguna quienes se han salvado hasta ahora son el presidente del país, Sebastián Piñera, que fue promotor del Comando Jungla, y del ministro del interior en ese entonces, su primo, Andrés Chadwick, junto al subsecretario Rodrigo Ubilla, Quienes fueron y son los responsables de la política de guerra instalada en el sur, que crea las condiciones para que las policías se pasen películas, y en el marco de la impunidad, se sientan con el derecho y el deber de arrebatarle la vida al pueblo mapuche.
No fue solamente la muerte de Camilo, fueron las torturas físicas y psicológicas, amenazas, a su compañero menor de edad.
Y es que el manto de impunidad del que disfrutan los empresarios y sus políticos ya raya en lo absurdo. No es sólo la justicia, que funciona perfecto para los mismos de siempre.
Si quieren aumentar sus ganancias, cortan por el hilo más delgado, que son los despidos, las rebajas de sueldo. Esta injusticia, se hizo más evidente en pandemia, no es lo mismo el encierro o el confinamiento, cuando hay hambre que saciar, no es lo mismo en 17 mt2, no es lo mismo cuando hay desempleo y tu única fuente de ingreso es la venta de nuestra fuerza de trabajo, es nuestro tiempo, es vender nuestra vida y arriesgarla, no importa cuanto, para comer, para abrigarse, o para tener queso y huevo para la once.
Es por esto, que sus instituciones funcionan a su medida es que tenemos que darlo vuelta todo, nada funciona para quienes producimos las riquezas del mundo. Mientras unos viven a costa del saqueo de los recursos naturales, otro millones vivimos sin derecho a educación, ni salud, ni vivienda, ni alimentación. Mientras a unos los mandan a clases de ética o les hacen perdonazos, otros vivimos con el celular sonando todo el día por las deudas. Mientras Luksik y Piñera aumentaron sus utilidades, casi al doble, el desempleo no para.
Por eso, te invitamos a conocer la Lista Anticapitalista de Trabajadores Revolucionarios que estamos impulsando en distintas regiones, tenemos la convicción que podemos darlo vuelta todo, para que las instituciones funcionen al servicio de la mayoría y no de una minoría.
Cabe destacar que los gobiernos de la concertación también son responsables políticos de la situación que se vive en la Araucanía, el clima de guerra y sus muertos.