Miguel Pérez Abad, vicepresidente para el Área Económica y Ministro de Industrias y Comercio, anunció este miércoles el nuevo sistema de precios.
Viernes 13 de mayo de 2016
Fotografía: Wikimedia
Pese a la diatriba diaria contra la “guerra económica”, el gobierno no quiere ir a una mayor confrontación con empresarios como el forcejeo con el grupo Mendoza, en torno a la concesión de divisas que llevó a la paralización de la producción de cerveza Polar y otros alimentos como medida de presión. Pero al mismo tiempo, intenta dar respuesta a la crisis de abastecimiento de productos esenciales que ha exasperado al extremo a la sufrida población trabajadora y ha comenzado a provocar protestas, saqueos y bloqueos en diversas ciudades.
En respuesta, el Gobierno acelera sus concesiones a los empresarios, con un aumento de precios para muchos productos de la canasta familiar, como muestra el plan anunciado. Al pie de los 11 convenios firmados con distintos sectores empresariales, figuran firmas de los representantes de Consorcio Oleaginoso Portuguesa Sociedad Anónima, Coposa; Pfizer Venezuela, Canamega (Cámara Nacional de Medicamentos Genéricos y Afines), Procter and Gamble de Venezuela, entre otros grupos capitalistas nacionales y extranjeros. También adherirían cadenas de supermercados como Día.
Se fijarán nuevos precios a unos 50 rubros de la cesta básica y artículos de primera necesidad, entre ellos, carne, pollo, leche, harinas pastas y otros alimentos, además de varios medicamentos y productos de higiene personal.
El Ministro/vicepresidente, Pérez Abad, es un empresario que antes de asumir sus cargos gubernamentales fue presidente de Fedeindustria (que aglutina a empresarios medios y pequeños), explicó que el plan apunta a que los precios sean un “50 a 100% más baratos que los precios del mercado especulativo” y responde al problema de que “el 37% o 40% de manufacturas en el país, terminan en cualquier lado, menos en el detal. No llegan a las redes. Tenemos unas arterias por donde se nos están yendo los productos”. Pero es que los precios en el “mercado especulativo” alcanza niveles incomprables, lo que devela que en los hechos, con esos porcentajes “más barato” que dice el ministro, lo que en verdad está haciendo es legalizándole a los empresarios precios muy altos.
Según él, no se trataría de "colocar precios para que los productos no aparezcan”. Por tanto, es mejor escuchar las demandas de los capitalistas. Pérez Abad afirma que "Necesitamos el reconocimiento de los costos reales de los precios que nos permita el aseguramiento de la producción sostenida, así como también la transparencia en la estructura de costos (...) El pueblo de Venezuela está dispuesto. Nos hemos reunido con los Claps para saber cuáles son los elementos que inciden en el aumento de los precios y los costos de producción".
O sea que confiesa que en el gobierno buscan la solución al brutal desabastecimiento y carestía de la vida en... acercar los precios a los considerados satisfactorios por los capitalistas que fugan capitales, malversan las divisas a precio preferencial, desvían producción al mercado negro, especulan y maniobran de mil formas para esquilmar al pueblo trabajador.
Tan maravillosa solución tendría efecto en unos seis meses, según se nos promete. El ministro no se olvidó de pedir a los empresarios “ser responsables” e “incrementar la producción”, asegurándoles que se propone avanzar a un “modelo participativo” al que se convoca a “empresas nacionales e internacionales en toda su extensión".
En realidad, estos anuncios significan otro duro golpe a la economía de las familias obreras y populares. Demuestran que el gobierno orienta su política económica hacia ajustes mayores y encubren su terminante rechazo, más allá de las frases de discurso, a toda iniciativa de verdadero control obrero y popular sobre precios, producción, distribución y abastecimiento, métodos con los que el pueblo trabajador podría defenderse de las tremendas penurias que la crisis descarga sobre sus espaldas. Por el contrario, la política económica del gobierno, acercándose a las pretensiones empresarias, se propone facilitar los acuerdos estratégicos con la burguesía que viene anunciando el presidente Maduro.

Eduardo Molina
Nació en Temperley en 1955. Militante del PTS e integrante de su Comisión Internacional, es columnista de la sección Internacional de La Izquierda Diario.