Un nuevo ataque lesbofóbico conmociona al país, y frente a esto la derecha sale oportunistamente a pronunciarse en supuesto favor a la tolerancia y el respeto, cuando sus precedentes solo hablan de violencia a mujeres y diversidad sexual.
Camila Acuña Trabajadora Social y militante de Pan y Rosas
Lunes 18 de febrero de 2019
Luego del brutal ataque lesbofóbico que ha colmado la prensa, el Gobierno no tardó en pronunciarse y Sebastián Piñera declaró a través de Twitter que perseguirá las agresiones de este tipo, porque “todos merecemos vivir en paz, con dignidad, respeto y tolerancia”. También se sumaron las palabras de Emardo Hantelmann, vocero de Gobierno que visitó este viernes en la tarde a la joven en la ex Posta Central y al salir anunció que durante el primer semestre convocarán a una consulta ciudadana, “la que nos entregará información relevante y actualizada para orientar el nuevo proyecto de ley y las políticas públicas relacionadas con este ámbito”.
Dichas declaraciones abren una importante pregunta: ¿Quiénes son los verdaderos responsables de que sigan ocurriendo estos violentos hechos? Precisamente quienes se han opuesto fervientemente a los derechos que ha reclamado históricamente el movimiento de mujeres y diversidad sexual: el Estado, la Iglesia y los distintos gobiernos de derecha, no sólo en Chile sino a nivel internacional.
El “fenómeno Bolsonaro” es una muestra clara de ello. Hace algunos días salió en distintos medios de comunicación la noticia de que vuelve el electroshock a Brasil, una política de salud mental desechada hace dos décadas. Esto además de dar paso a las “terapias” con internaciones en manicomnios. El Gobierno dice que se tratarán casos de trastornos mentales, sin embargo, frente al carácter que ha tenido el Gobierno desde que fue electo, totalmente misógino, lesbofóbico y transfóbico, organizaciones por los derechos LGTBI temen que estas medidas sean ocupadas para “curar gays y lesbianas”.
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Al mismo tiempo, el gobierno de Piñera se ha mostrado en contra de diversos derechos fundamentales que se han reclamado durante estos años, como el matrimonio homosexual, ley de aborto legal, seguro y gratuito y la ley de identidad de género, y así le sigue una larga lista. Para luego hacer un guiño de inclusión "demostrando interés" ante el caso de Carolina Torres.
De camino al 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora, es importante que exista máxima unidad entre los sectores más duramente oprimidos de esta sociedad: la clase obrera que está compuesta por varones y mujeres (siendo estas quienes sufren mayormente las miserias de un sistema capitalista y patriarcal) y la diversidad sexual. Con una política independiente a la derecha y sus partidos, pero también a los partidos de la Ex Nueva Mayoría, quienes han sido responsables de seguir manteniendo un régimen nacido en dictadura.
