×
×
Red Internacional
lid bot

CONVENCIÓN CONSTITUYENTE. Gobierno rechaza símbolos indígenas en la convención mientras constituyentes exigen desmilitarizar el Wallmapu

A pesar de que diversos constituyentes de extrema derecha y el gobierno, dejan al descubierto su racismo, y discriminación al negarse a que los pueblos originarios tengan espacio en la ceremonia inaugural de la primera sesión del proceso constituyente y que además se colocasen banderas de todos los pueblos indígenas del país, constituyentes mapuche realizarán un acto en el cerro Huelén y aymaras en el Palacio Pereira. Así mismo, el gobierno se negó a la desmilitarización del Wallmapu como requisito para comenzar la convención.

Sábado 3 de julio de 2021

Finalmente, luego de la polémica generada por la negativa del gobierno y constituyentes de derecha, constituyentes del pueblo Mapuche y Aymara realizarán ceremonias y actos simbólicos este domingo 4 de julio en el marco de la primera sesión de la Convención Constitucional. Sin embargo, no son parte de la ceremonia oficial y los constituyentes mapuche llevarán a cabo ritos en el cerro Huelén (Santa Lucía), mientras que los convencionales Aymara realizarán una ceremonia en el Palacio Pereira. Todo esto a raíz de las solicitudes que hicieron al gobierno las y los constituyentes de los pueblos originarios, Aymara y mapuche para realizar sus ceremonias en el acto inicial de la Convención Constitucional y asistir junto con sus colaboradores, como por ejemplo la Machi Francisca Linconao en compañía de zugumachife (que interpreta lo que dice la machi) y su yankan, (que la ayuda en los asuntos de la ceremonia).

Entre los opositores a la incorporación de los pueblos originarios a la ceremonia inaugural está Eduardo Cretton, constituyente que va por el distrito 22 (distrito del Wallmapu, representando a latifundistas y forestales) alegando que esto no podía ser ya que si se permitía esta situación también se debería autorizar a que todos los constituyentes puedan ejercer sus creencias religiosas, en un acto de racismo y demostración de ignorancia respecto a los tratados internacionales que abordan la situación de los pueblos originarios, tratados que en su grueso el Estado chileno no respetan.

Cabe también mencionar que dentro de las peticiones que fueron rechazadas por el gobierno estaban las siguientes: Incorporar las banderas de los 10 pueblos originarios que estaban representados en la convención y no solo la chilena, traducción a las diferentes lenguas indígenas durante la investidura y en las siguientes sesiones, además de la desmilitarización del Wallmapu.

Reconocimiento y respeto a los pueblos originarios más allá de la ceremonia

Si el Estado de Chile va por una "nueva constitución" y, en el discurso, distintos sectores políticos se han llenado la boca con el reconocimiento a los pueblos originarios y sosteniendo ideas como un "estado plurinacional" En vez de tanta palabra ¿No se debería partir por algo mínimo como es respetar la cultura y cosmovisión de los pueblos, en este primer acercamiento sociopolítico y cultural? La inclusión en la ceremonia es apenas un mínimo gesto de lo que profundamente necesitan los pueblos originarios: desmilitarización del Wallmapu, autodeterminación, restitución de sus tierras ancestrales y liberación de sus presos políticos.

Por lo anterior, es urgente que como exigencia a la convención estén estos puntos, ya que es imposible el “reconocimiento” de los pueblos originarios, que dice el estado tener, mientras existan presos políticos mapuche por luchar por sus derechos, mientras el estado chileno siga invisibilizando, agrediendo, torturando y asesinando a su gente, solo por querer su libertad, reconocimiento y reivindicación territorial. Es por esto que la exigencia a la convención debe ser con el apoyo del pueblo pobre y trabajador, movilizado y organizado, pues este gobierno que ha demostrado su profundo racismo y xenofobia no entregará nada sólo con pedirlo, especialmente si se trata de cambiar la Constitución heredada de Pinochet a favor de los pueblos originarios. Será la exigencia y la lucha en las calles la que imponga a la convención algo tan mínimo como el reconocimiento y el derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas.