La reunión se llevó a cabo el pasado sábado 24, en el Palacio de Miraflores, donde el vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, y más de 500 empresarios e importadores acordaban la implementación de las nuevas medidas establecidas en la Ley de Precios Justos. A seis semanas de las elecciones parlamentarias, la realización de estos encuentros, como es costumbre, solo deja como resultado ajustes en detrimento de las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Humberto Zavala Venezuela | @1987_zavala
Miércoles 28 de octubre de 2015
Fotografía:Flicker
“Medidas implementadas… para consolidar una gran alianza”
Como si se tratara de un “borrón y cuenta nueva”, en el contexto de una crisis económica profunda que golpea duramente el bolsillo de la clase trabajadora, un nuevo encuentro con los empresarios viene a sellar mayores acuerdos para profundizar los ajustes en marcha y afianzar con nuevos incentivos a sectores empresariales el modelo económico (rentista y dependiente) que ha traído la crisis.
En el marco de las medidas anunciadas a mediados de este mes, el gobierno ha querido presentar dicho encuentro como una “campaña de adiestramiento” para que los empresarios cumplan lo establecido por la Ley de precios Justos, pero los empresarios solo han acudido para sellar, en el caso de los importadores, las condiciones que les aseguren ganancias no menores al 20%, y en el caso de los comerciantes ganancias no menores al 30%.
El vicepresidente Jorge Arreaza, se refirió al encuentro en estos términos: “Tuvimos la oportunidad de escuchar caso por caso a cada uno de los empresarios, los cuales aceptaron las nuevas medidas implementadas por el presidente Maduro para consolidar una gran alianza”, además de informar que el sector empresarial recibirá nuevos incentivos para el desarrollo de la producción nacional. A todo esto, el presidente de Fedeindustrias, Miguel Pérez Abad, extendió un caluroso reconocimiento al Gobierno por la “extraordinaria jornada que cumplimos (…) para construir una carta de navegación común para debatir la inflación y la especulación”.
Es que a estas alturas se sigue hablando de “remarcaje”, especulación, acaparamiento, contrabando, y mucho más, sin que por ello hayamos visto siquiera medidas duras contra estos sectores, que no son otros que los mismos empresarios, sino todo lo contrario, lo que vemos es “diálogo y concertación”. Sin embargo, no se ven medidas de emergencia en defensa de la capacidad de consumo del pueblo trabajador, más allá de aumentos paupérrimos al salario mínimo si lo comparamos con la alta escalonada inflacionaria, pero nada de expropiación de los monopolios de alimentos bajo el control de sus trabajadores para todos aquellos que especulen o acaparen, ni hablar de imponer el monopolio estatal de comercio exterior como medida del uso más adecuado de las visas en función de las necesidades más urgentes para el pueblo.
La reunión realizada este pasado fin de semana entre gobierno y empresarios, más bien marca una agenda que es en realidad su contrario: “Cada productor e importador será el encargado de realizar el marcaje o troquelaje de precios en sus productos” aclaró Arreaza. Más incentivos para los capitalistas y “estas mesas técnicas permitirán clarificar que no hay empresas que se queden sin ganar”, en una reunión en la que todos los participantes calificaron como "franca y sincera". Y cómo no, si se ponía un cerrojo para garantizar sacrosantas ganancias, tal como se garantiza la puntualidad en el pago a la deuda externa a los acreedores internacionales.
“Todos los empresarios tendrán un nivel de ganancia óptimo”
En un artículo anterior decíamos que: “no le faltó al gobierno la exhortación al empresariado ‘que necesite apoyo’ en la cancelación del incremento del salario mínimo, para que acuda al financiamiento del estado”, esta vez la bandeja del gobierno al empresariado fue un poco más allá, para ejercer un efecto tranquilizador: “todos los empresarios tendrán un nivel de ganancia óptimo, con nuevos niveles de inversión para garantizar la producción”, aseguró el Vicepresidente Jorge Arreaza.
Para quienes albergaban dudas sobre el papel del Gobierno como garante de lucro de los empresarios, o depositaban esperanzas en un eventual “giro sorpresivo a la izquierda” por parte del gobierno, más que elocuentes han sido las palabras que expresó el vicepresidente: “nuestro mayor capital es la paz social, y eso no lo podemos perder por nada del mundo”.
Pero es el proyecto del gobierno que habla en una sola frase, sobre una “paz social” que desborda inflación, salarios de hambre y desabastecimiento, pero eso sí, una “paz social” capaz de garantizar “ganancias óptimas” al empresariado, una “paz social” del orden explotador, que en tipos de encuentros como éste reafirma su vigencia. “Por nada del mundo”, ni siquiera por la profundización de la crisis, y el golpe duro que cae sobre los hombros del pueblo trabajador, puede el gobierno dejar que se pierda.