Más de 20 mil cargos públicos en juego. El reagrupamiento de la oposición. El referéndum de AMLO.

Bárbara Funes México D.F | @BrbaraFunes3
Lunes 5 de abril de 2021
A la sombra de la pandemia, bajó la bandera de largada para las campañas electorales en los 32 estados de la república con cruces enardecidos entre partidos, instituciones, precandidatos y candidatos y la histórica proscripción de la izquierda y los trabajadores. Se elegirán 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas en un total de más de 20 mil cargos públicos.
En las últimas semanas, el gobierno de AMLO ha desplegado iniciativas legales que pueden ser vistas como progresivas para amplios sectores: la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, la reforma petrolera -en nombre de la “soberanía energética” pero muy lejos de expropiaciones sin pago- y ahora el acuerdo de reforma al outsourcing, acordada con empresarios y burócratas sindicales y que no revierte la precarización laboral tan cara a los ojos del capital, todas medidas que recortan levemente los ofensivos privilegios de trasnacionales y compañías mexicanas.
Aunque esto es un hándicap a favor del gobierno, la irrupción del movimiento de mujeres el 8 de marzo y la indignación ante el feminicidio de Victoria, la mujer salvadoreña asesinada por policías en Tulum, la erupción a la luz pública de la precarización laboral de académicos de la UNAM y la crisis migratoria -en la cual México sigue jugando el deleznable papel de gendarme del imperialismo estadounidense contradicen su discurso “progresista”.
Los aliados del partido de AMLO, juntos y revueltos: el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México (antes satélite del PRI). Se asociaron en la coalición Juntos haremos historia.
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AMLO vs INE, falso árbitro electoral
En las encuestas, el Morena de AMLO gana. Pero la disputa con el INE por la cancelación de candidaturas en Guerrero y Michoacán, entre otras cincuenta, suena como chirridos de dos metales en fricción.
El caso de Macedonio Salgado, que pretende contender la gubernatura de Guerrero, es uno de los más controvertidos. Su candidatura es cuestionada hasta por militantes del Morena, ya que sobre él pesan acusaciones de violación. Sin embargo, el INE no lo veta por eso: arguye que no presentó la declaración de gastos de la precampaña. Que sí, que no, siguen los jaloneos.
El gobierno de AMLO insinúa que puede desaparecer el organismo, el consejero presidente Lorenzo Córdova acusa intolerancia y que no haya injerencia gubernamental en el proceso electoral. Y la derecha y los medios a su servicio salen a respaldarlo como un solo hombre: que nadie toque al árbitro-marioneta del PRI-PAN, creado para lavarle la cara a procesos electorales cuya marca de fábrica era el fraude. Marca indeleble: ni la existencia del IFE (hoy INE) pudo ocultar las irregularidades en las elecciones de 2006 y de 2012.
El mismo INE que se llena la boca de las bondades de la democracia de los ricos es el garante cancerbero de la proscripción de la izquierda y las organizaciones de los trabajadores, como se evidenció durante esta pandemia cuando mantuvo el requisito de conseguir miles de avales ciudadanos en medio del semáforo rojo de diciembre-febrero para Flora Aco, trabajadora estatal integrante del Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas, aspirante a candidata independiente por el Frente de Izquierda Anticapitalista para una diputación federal del distrito 23 Coyoacán.
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Todos los representantes del neoliberalismo
No los unió el amor sino el espanto al PRI, al PAN y al PRD en la coalición Va por México. Aún no se recuperan de la caída en las elecciones de 2018, cuando el hartazgo popular de su podredumbre tras la masacre de Iguala, la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa y múltiples escándalos de corrupción los privó de los principales puestos de poder.
Su jugada hoy es sugerir que la campaña de vacunación contra el covid-19 -que viene lenta, como en muchos países del mundo- puede servir de herramienta al gobierno del Morena para captar votos. Como si todos ellos no tuvieran una larga trayectoria en compra de votos a cambio de despensas y favores menores.
Y de la mano de eso, buscan posar de ecologistas y defensores de los derechos de las mujeres, cuando los tres tristes socios apoyaron el TLCAN -hoy remasterizado como T-MEC- que legalizó la devastación ambiental en beneficio de las trasnacionales y el PRI y el PAN son enemigos del derecho a decidir y aliados de jerarcas eclesiásticos.
Forjar una alternativa de independencia de clase
Ni las medias tintas de AMLO que aumenta el salario mínimo pero no prohíbe los despidos y los recortes salariales, ni la continuidad neoliberal del PRI-PAN-PRD son la salida que resuelve la degradación de las condiciones de vida de las mayorías, agravadas en tiempos de pandemia. Todos están de acuerdo en apresurar la reapertura y arriesgar a las y los trabajadores en nombre de las ganancias de empresarios y trasnacionales.
Es necesario bregar por poner en pie un partido socialista internacionalista y antiimperialista que luche por los derechos de las y los trabajadores y los sectores populares, que a cada paso enfrente la barbarie capitalista y pelee por terminar con toda forma de explotación y opresión, en la perspectiva de construir un mundo nuevo, donde cada quien trabaje según su capacidad, reciba según su necesidad y la prioridad sea el desarrollo de la humanidad, el comunismo.