A partir del mediodía de este miércoles, vecinos del barrio Dorrego cortaban la Ruta Nacional 3 a la altura del KM 30 ante la falta de suministro eléctrico. Desde La Izquierda Diario entrevistamos a dos de las protagonistas del corte.
Jueves 28 de abril de 2016 13:07
Mientras desde el viernes se suspendían clases por falta de luz en algunas escuelas del barrio Dorrego de González Catán, llegaba a nuestros oídos que las familias de la zona también sufrían el corte de la energía eléctrica.
Este miércoles, el sonido de los bombos se hizo sentir en la sala de profesores: los vecinos se dirigían a cortar la Ruta Nacional 3. La Izquierda Diario se acercó al corte y dialogó con Patricia, maestra de un jardín de infantes de la zona, y Patricia, ama de casa.
¿Por qué están cortando la ruta?
Desde el domingo a las 10 de la noche se cortó la luz. Hoy estamos a miércoles y no hubo respuestas. Están afectados cuatro barrios enteros.
La empresa que está a cargo de esta zona es Edenor. Vinieron algunas cuadrillas, miraron la zona y se retiraron. Llamamos todos los días y siempre dicen algo distinto, que no pueden arreglarlo, que hay que esperar, que no tienen personal, que no hay cables. Ninguno nos dice cuándo lo van a venir a arreglar ni qué es lo que pasa. Llamamos al Enre y después de 24 horas nos dan un resarcimiento económico en la boleta, pero no pueden hacer nada más que tomarte una denuncia.
Es inaguantable, con el frío, y porque todo lo que teníamos en la heladera tuvimos que tirarlo, no podés guardar para el día siguiente. Entonces hoy decidimos que íbamos a cortar la ruta. Los vecinos ayudan, traen comida.
¿Ya se habían producido cortes de luz en otras ocasiones?
Sí, en verano, en los picos de calor. En verano siempre, e hicimos el mismo método: cortamos, como vamos a hacer ahora, hasta que no venga la luz a las casas no nos movemos. Ya pasaron 6 horas desde que estamos cortando la ruta y todavía no hay respuesta. No estamos pagando poco, en mi caso estamos pagando entre $600 y $700. Otros pasaron de $ 50 por bimestre a $ 150.
¿Cómo es la vida de las familias en el barrio Dorrego?
Hay un montón de problemas en Dorrego que habría que arreglar además de la luz. Hay gente que ni siquiera tiene agua. Hay chicos que no van a la escuela porque no tienen ropa limpia, porque no tienen agua. Si vas a la salita porque no podes comprar medicación, nunca tienen médico. Recién ahora están asfaltando. Las calles del fondo están llenas de barro, los chicos van con botas al colegio aunque haya sol.
En los barrios del fondo están peor. Tienen que usar garrafa porque el gas no llega. Ahora aumentó. La última vez pagué $190 una garrafa. Con el aumento de la SUBE, la gente va a trabajar, vuelve, entre el gasto del trabajo, el gasto de la comida, de los nenes, del colegio, se hace imposible. Trabajamos todos. Yo soy profesora de jardín de infantes y laburo todo el día. Y sin embargo me pongo a pensar y me doy cuenta de que no tengo plata para nada.
Las empresas de luz y de gas reciben subsidios millonarios del Estado, ¿qué opinan al respecto?
La empresa no invierte en la zona. Los barrios del fondo, que son nuevos, tienen un solo transformador para muchos hogares, entonces se satura. La empresa saca plata que ya no tenés, ¿para invertir en qué? En nada. Nosotros pensamos que se lo llevan ellos. En cambio a nosotros el subsidio no nos cubre más, sufrimos el aumento…
Los palos que se cayeron en el fondo estaban podridos abajo, porque los ponen en un lugar cerca de la zanja de agua. Y tampoco hay preocupación de decir “los vamos a arreglar antes de que pase eso”. Esperan que un día se le caiga a una persona en la cabeza.
Cortamos la ruta porque ya no hay forma de que nos escuchen. No tenemos voz, no tenemos voto. Seguimos siendo un barrio marginado.
¿Quiénes consideran que son responsables de esta situación?
La empresa Edenor es responsable de no cumplir, con toda la plata que ya cobraron. El Estado tendría que controlar a las empresas para ver qué hacen con la plata que recaudan. En las elecciones se llenó de políticos y ahora vino una camioneta del municipio a ofrecer agua, nada más. Directamente nos dejaron solos. No pedimos galletitas y agua, pedimos luz, algo básico para vivir. Venimos a hacer valer nuestro derecho. Todos tenemos derecho a vivir dignamente.