Una vez que los nicaragüenses tuvieron conocimiento del proyecto de construcción del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua han sucedido más de 50 manifestaciones en todo el país y se ha convocado a tres Marchas Nacionales. Las más de 20 mil familias campesinas que corren el riesgo de ser despojadas de sus tierras buscan, mediante el Consejo Nacional en defensa de la Tierra, el Lago y la Soberanía, enfrentar y echar atrás a este megaproyecto.
Viernes 30 de octubre de 2015
Desde que se anunció el proyecto de construcción del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua en 2014, que como su nombre lo indica, conectará el Océano Pacífico con el Atlántico partiendo en dos al país; los cuestionamientos, preocupaciones y expectativas de los nicaragüenses no se han hecho esperar.
Esta obra que la Asamblea Nacional de Nicaragua amparó decretando la Ley 840 que otorga la concesión de construcción y administración del proyecto al consorcio chino Hong Kong Nicaragua Canal Development Investment (HKND) cuya inversión será de 50 mil millones de dólares, pretende despojar a miles de campesinos de sus tierras así como modificar a su paso más de 278 kilómetros de territorio en el cual se encuentra inmerso nada menos que la mayor reserva de agua dulce de Centroamérica, el Lago Nicaragua.
Sin duda es un proyecto que conlleva importantes repercusiones sociales, ambientales y económicas y afecta a los sectores populares. Sin embargo, el gobierno de Daniel Ortega ha hecho énfasis, mediante su propaganda oficial, sólo en el aspecto económico y los supuestos beneficios a la población.
Este gobierno ha lanzado recientemente una terrible represión contra los mineros en huelga, mostrando que, a pesar de su declamado “progresismo”, utiliza los mismos métodos que la odiada dictadura somocista, y que defiende los intereses de las trasnacionales contra los trabajadores.
El rector de la Universidad Autónoma de México (UAM), Ernesto Medina ha externado que el proyecto del canal “se presenta como una receta mágica” y que se lo ve “como una posibilidad de transformar la economía del país y acabar con la pobreza de manera casi mágica en un periodo de tiempo relativamente corto”.
Los campesinos y los sectores populares se oponen al megaproyecto
Desde diciembre de 2014 a la fecha diversos sectores de trabajadores, organizaciones civiles agrupadas en Movimiento por Nicaragua, grupos ambientalistas y decenas de miles de campesinos se han movilizado. Congregados en el Consejo Nacional en defensa de la Tierra, el Lago y la Soberanía (Consejo). Han sido parte de 53 manifestaciones en diferentes puntos del país así como de dos marchas nacionales que se llevaron a cabo el 10 de diciembre de 2014 en la capital, Managua y el 13 de junio de este año en Juigalpa.
Una tercer marcha nacional fue convocada por el Consejo para el pasado martes 27 de octubre a las 7 a.m. en la capital, cuyo punto de encuentro fue el Kilometro 4.5 de la Carretera Norte para dirigirse a la Asamblea Nacional en Avenida Bolívar.
Para esta movilización se esperaban más de 20 mil campesinos provenientes de las zonas de “la ruta canalera” y comisiones de los pueblos, que también están luchando contra la represión y el estado de sitio por parte del gobierno como el de la Mina Limón, los de Costa Caribe por la posesión de sus tierras, las mujeres por la igualdad de derechos y oportunidades y los habitantes de Rancho Grande, que recientemente echaron atrás un proyecto de minería que afectaría sus tierras.
El escenario era entusiasmante para aquellos que luchamos contra los megaproyectos y la voracidad de los capitalistas. El objetivo de la gran movilización era demostrar toda la fuerza de los que se oponen al canal interoceánico y exigir a la Asamblea Nacional la derogación de la Ley 840 que ellos mismos aprobaron.
El gobierno sandinista busca intimidar a quienes se organizan
Sin embargo, como táctica del represor gobierno de Daniel Ortega para ese mismo día se convocó a otra marcha con la consigna “Trabajo y Paz, Unida Nicaragua Triunfa” misma que nutrieron simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Como menciona Violeta Granera, coordinadora del Movimiento por Nicaragua, “esto es un comportamiento recurrente del gobierno, cada vez que la ciudadanía se quiere expresar, inmediatamente organizan una contramarcha. Lo que refleja es el miedo que le tienen a la libertad de expresión”.
De este modo el gobierno, que viene de reprimir a los mineros de Mina Limón, buscó sabotear la manifestación así como intimidar a quienes se movilizaron, pues en la mañana del martes se observaron decenas de simpatizantes sandinistas en las rotondas o glorietas de acceso a la capital. Por otra parte, Octavio Ortega, miembro del Consejo, denunció que días previos a la marcha campesinos y transportistas recibieron amenazas de que serían detenidos o incendiarían sus unidades si se dirigían a la capital. Así mismo, externó que los campesinos le han pedido al Consejo una propuesta de “unidad nacional”.
Finalmente, debido al gran despliegue de la policía antidisturbios y simpatizantes sandinistas la concentración no pudo avanzar la ruta prevista. Aun con ello, librando todos los obstáculos puestos se celebró que la mayoría de campesinos que habitan la ruta canalera pudieron llegar hasta Managua.
Frente a la entrega de los recursos naturales, es fundamental la unidad de los trabajadores, los campesinos, y los pueblos originarios, apostando a la movilización y enfrentando a los gobiernos que -como en Nicaragua por parte del “progresista” Daniel Ortega- actúan como representantes de las grandes empresas y trasnacionales.