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Movimiento Obrero. Gran paro nacional en Argentina: un ejemplo para los trabajadores de Chile y América Latina

El día de ayer, en Argentina, se vivió el primer paro nacional contra el gobierno del derechista Mauricio Macri. Un ejemplo para Chile que debe ser replicado.

Pablo Torres

Pablo Torres Comité de redacción La Izquierda Diario Chile

Viernes 7 de abril de 2017

Masivo y contundente paro nacional contra un gobierno de empresarios

Dos postales cruzaron el día. Por un lado, la contundencia del paro nacional y los “piquetes” del sindicalismo combativo y la izquierda; por otro, 1.200 empresarios, ministros extranjeros y banqueros se reunían junto a Mauricio Macri en la edición latinoamérica del Foro Económico Mundial Davos. "Qué bueno que es estar acá trabajando", señaló el Presidente argentino en el lujoso barrio de Puerto Madero. Sin embargo, la jornada la marcó el contundente paro general.

Convocado por las centrales sindicales CGT (Confederación General de Trabajadores) y CTA (Central de Trabajadores Argentinos), quedaron paralizados todos los medios de transporte: buses, micros y colectivos, metro (subte) y el aeropuerto, que vio cancelado todos los vuelos nacionales e internacionales; bencineras, estaciones de servicio, escuelas, universidades y funcionarios públicos; en hospitales se paralizó garantizando servicios esenciales. Con la gran mayoría del comercio cerrado, en las calles vivían un panorama parecido a feriado, y en diversas fábricas y talleres no se trabajó. Las estaciones de pago de peaje se liberaron. Y así a nivel nacional, en diversas provincias y ciudades del país se vivió la fuerza del paro, en un país con un importante peso de los sindicatos, aunque controlados por la burocracia “peronista”.

Sin embargo: no podía ser un verdadero paro nacional activo sin los “piquetes” (cortes de ruta) que desde temprano se realizaron en casi todas las ciudades del país, convocados no por las cúpulas sindicales, sino por el sindicalismo combativo y la izquierda revolucionaria, buscando transformar la jornada en un gran día de lucha y no un paro pasivo. Como señaló el diario El País: “La ciudad amaneció vacía y con sus ingresos más importantes amenazados por cortes de los movimientos sociales más combativos, que no acataron la decisión sindical de no movilizar.”

El paro nacional no sólo manifestaba una gran demostración de fuerzas ante los ataques económicos y laborales del gobierno (inflación del 40%, despidos y recesión económica), sino además, una pulseada política que se empieza a cruzar en las calles; con un cada vez mayor descontento social en los trabajadores que obligó a las burocracias sindicales a convocar a la medida de fuerza, y con un gobierno que busca imponer ajustes económicos sobre los trabajadores.

Los piquetes de un paro activo, la represión policial y el rol de la izquierda revolucionaria

Desde las primeras horas de la madrugada decenas de cortes se realizaron en todo el país, sostenido en gran parte por el sindicalismo combativo y la izquierda clasista, referenciada en el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) compuesto por las principales organizaciones de la izquierda trotskista. Protocolo "anti-piquete" es el nombre con que el gobierno de Macri ordenó la represión contra manifestantes, y que causó un amplio repudio en sindicatos y organismos de Derechos Humanos.

Con miles de “gendarmes” custodiando las carreteras, se reprimió con gas lacrimógeno, pimienta y con efectivos policiales, como ocurrió en el corte de Panamericana ruta 197 (entrada norte de Buenos Aires) donde cientos de trabajadores que se organizan con el sindicalismo combativo del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), garantizaron el corte y el paro. Sin embargo, la represión que dejó varios detenidos, no pudo impedir decenas de piquetes obreros que cortaron durante horas las principales rutas y avenidas del país garantizando un paro activo y de lucha.

Polemizando contra los llamados “paros pasivos” (sin piquete, corte de ruta ni movilización) de las cúpulas burocráticas de los sindicatos, la izquierda trotskista junto al sindicalismo combativo organizaron los piquetes y cortes, para garantizar un paro nacional “activo y de lucha”.

Como señala esta nota de La Izquierda Diario Argentina, que cubrió toda la jornada de paro nacional, “el piquete es la “fuerza de ley” de la huelga. Precisamente, la huelga es una medida de fuerza que paraliza la producción y circulación de mercancías y es el piquete el que evita que se quiebre la huelga mediante el uso de carneros, y el que garantiza el control de la calle. A lo largo de la historia del movimiento obrero internacional, el piquete se erigió como la organización del activismo para garantizar el derecho de huelga contra la coacción patronal (la “libertad de trabajo”). Para los trabajadores el derecho al piquete es tan sagrado como el derecho de huelga porque son una y la misma cosa. Formas legítimas de lucha de clases contra la explotación y el abuso de los capitalistas y su Estado. El piquete produce la huelga, porque toda huelga auténtica se apoya en los piquetes. Su origen es tan viejo como el movimiento obrero y la huelga.”

“Golpeando juntos” al gobierno pero “marchando separados” de la burocracia, la izquierda clasista que le puso el cuerpo a la represión con cientos de trabajadores, jóvenes y mujeres, con sus referentes sindicales y políticos, como el ex candidato presidencial Nicolás Del Caño, dio a la jornada un método de lucha y exigió de la CGT y CTA un “plan de lucha y movilización” para derrotar el “ajuste” de Macri en las calles, contra cualquier intento de diálogo social con el gobierno.

Un ejemplo para Chile y América Latina

Más de conjunto, este primer paro nacional en Argentina puede ser un ejemplo para todos los trabajadores del continente en un marco de giro a derecha en los gobiernos de la región. En Brasil la reforma neoliberal de las jubilaciones ha sacado a cientos de miles a las calles, y se discute un paro nacional para fines de este mes. En Chile la lucha del movimiento NO+AFP que empieza a debatir las posibilidades de un paro, debe tomar el ejemplo argentino, con un plan de lucha preparado desde las bases, con paro general activo con cortes (“piquetes”) y movilización. De profundizarse este camino puede abrir un nuevo marco de resistencia y movilización de la clase trabajadora del continente, la verdadera fuerza que junto a la juventud y el movimiento de mujeres puede enfrentar estos ataques de los gobiernos derechistas y “progresistas”.

El ejemplo al otro lado de la cordillera, del “paro activo y de lucha” con piquetes, asambleas y movilización, es otra gran lección para construir una fuerza de miles de trabajadores, jóvenes y mujeres que desafíe las medidas de los gobiernos empresariales y se proponga construir una gran alternativa anticapitalista en todo el continente.


Pablo Torres

Dirigente nacional del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR). Autor y editor del libro Rebelión en el Oasis, ensayos sobre la revuelta de octubre de 2019 en Chile, Edición Ideas Socialistas, 2021.

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