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Red Internacional
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Grandes empresarios buscan preservar sus negocios en medio de la crisis en Ucrania

Esta semana se conoció la votación del Parlamento ucraniano, que promete autonomía en las regiones rebeldes, a la vez que exige el desarme de los separatistas. Unos días antes se habían reunido un grupo de grandes empresarios de diversos países para hacer una propuesta alrededor del conflicto ucraniano.

Viernes 19 de septiembre de 2014

Por iniciativa del fundador y director del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, el 14 de septiembre tuvo lugar en Ginebra, Suiza, un encuentro de importantes dirigentes empresariales de EE.UU, Alemania, Rusia y Ucrania en el que debatieron cómo resolver la crisis en ese país.

Acordaron allí un programa de diez puntos para una salida negociada a la crisis en Ucrania, preocupados por garantizar la continuidad de sus negocios.

Estuvieron presentes, por Alemania, el jefe de la multinacional Siemens, Joe Kaeser y Kurt Bock, jefe de BASF, el mayor consorcio químico del mundo. Por los EE.UU se contó con la presencia de Indra Nooyi, Directora Ejecutiva de PepsiCo, el jefe de Alcoa, el tercer mayor productor de aluminio del mundo y el Jefe Ejecutivo de la empresa de servicios empresariales Ernst & Young, Mark Weinberger.

Entre los representantes rusos estuvo Anatoli Tschubais, célebre por su responsabilidad en el programa privatizador de las empresas estatales, político y presidente de Rosnano, la empresa estatal rusa dedicada a la comercialización de nanotecnología. También el ruso German Gref, político y presidente de Sberbank, la mayor entidad financiera rusa, junto al banquero y presidente del segundo mayor banco ruso, VTB, Andrej Kostin y Alexej Mordaschow, presidente de Severstal, la mayor compañía acerera rusa.

La oligarquía ucraniana participó por medio del fundador y propietario de la inversora EastOne Group LLC, Viktor Pinchuk y Sergei Taruta, fundador de la Unión Industrial del Donbas y presidente del equipo de fútbol FC Metalurh Donetsk, actualmente en funciones de gobernador de la región de Donetsk.

Por la UE el encuentro contó con la presencia del Presidente del Banco Europeo de Inversiones, Werner Hoyer.

El encuentro se convocó con el nombre de "Iniciativa de Ginebra para Ucrania y se puso como objetivo trazar un plan para la resolución pacífica del conflicto. Para ello los empresarios acordaron un plan de diez puntos. Con muchos puntos similares al que más tarde aprobó el parlamento ucraniano.

Exigieron el inmediato cese del fuego, profundizar el diálogo y la renuncia al "lenguaje provocativo y guerrerista". También se planteó un proceso de descentralización del poder en Ucrania, reconocimiento del autogobierno de las nacionalidades. También se habló de la posibilidad del no alineamiento militar de Ucrania (al estilo de Finlandia, Suecia o Suiza) lo que podría ser el nodo de un posible acuerdo entre las potencias imperialistas y Rusia.

El plan de diez puntos preveía además la libertad de establecer acuerdos comerciales tanto con Rusia como con la Unión Europea, algo que la Rada Suprema de Ucrania ratificó el martes pasado.

Un punto destacado es que plantearon el retiro de las sanciones mutuas, algo muy importante para sus negocios.

Además, los líderes empresariales expresaron su apoyo a la convocatoria de una reunión de jefes de Estado y jefes de gobierno de Rusia, Ucrania, los países de la UE y los EE.UU.

La motivación principal de este encuentro de grandes empresarios fue que existen fuertes lazos comerciales con Rusia.

Así, el Grupo BASF y su filial petrolera y gasífera Wintershall está estrechamente entrelazada con el gigante energético ruso Gazprom. Entre los varios ámbitos de cooperación comercial el más destacado es la construcción del Gasoducto del Mar Báltico, que va desde Víborg en Rusia hasta Greifswald en Alemania.

El grupo Alcoa cuenta con dos plantas metalúrgicas en Rusia, que generan alrededor del tres por ciento del beneficio global del Grupo.

Para PepsiCo, Rusia es el segundo mercado más grande en todo el mundo, donde este consorcio genera alrededor del 7,4 por ciento de sus ganancias globales.
El encuentro mostró la creciente preocupación entre sectores de las patronales imperialistas y las oligarquías rusas y ucranianas por la posibilidad de que el conflicto en el Este de Ucrania adquiera una dinámica propia, imposible de manejar.