Ingenios azucareros y tabacaleros se ven beneficiados por un decreto de Macri que los exime del pago de aportes jubilatorios. Un premio más a los dueños de la provincia, que no dejan de amasar fortunas, bajo el amparo del Estado y la explotación de los trabajadores y sus familias.
Domingo 17 de febrero de 2019 20:59
Con el decreto presidencial N° 128/2019 se sube a $17.509,2 el salario mínimo a partir del cual los empresarios deberían hacer los aportes jubilatorios a los empleados. El beneficio entra en vigencia el 1 de marzo y se prologará hasta diciembre de 2021.
En lo que respecta a la provincia de Jujuy, en el listado de 47 ramas de actividades seleccionadas con esta ventaja para los empresarios, se encuentran el cultivo de la caña de azúcar y la elaboración de azúcar, como también el cultivo de tabaco.
Según el Censo Agropecuario del Indec (2008), azúcar y tabaco, concentran el 99 % de las tierras dedicadas a la producción de cultivos industriales en la provincia. En el caso del azúcar, el principal cultivo, abarca 63.321 hectáreas que equivalen al 81 % de la superficie de los cultivos industriales; por su parte, hay 14.709 hectáreas de cultivo de tabaco (18 %).
De acuerdo a la última paritaria firmada por UATRE y las patronales del tabaco los peones rurales desde febrero percibirán jornales mensuales de $ 16.181,92, o sea, una suma que les permite a las patronales no pagar aportes jubilatorios.
Por otra parte, este beneficio destinado al empresariado rural que concentra los mayores niveles de trabajo en negro, trabajo infantil y de adolescentes, no hace más que ampliar los márgenes de precarización laboral y explotación de las patronales. Cabe aclarar que estas libertades son garantizadas por los funcionarios del Estado que además participan como dueños de las tierras y los cultivos; pero también contribuye el rol de las burocracias sindicales como es el caso de UATRE, cuyo titular llegó a afirmar, ante las denuncias de trabajo infantil, que “eso era cosa del pasado”.
Te puede interesar: El 20,1 % de las niñas y niños del NOA trabajan en el campo
La contracara de las mayores ganancias empresariales es el desfinanciamiento del ANSES que provoca este decreto presidencial. El cual se suma al recorte solo al 13 % del básico que corresponde pagar a los patrones en concepto de aporte a la jubilación de cada trabajador registrado. Una ayuda otorgada a los empresarios por el ministro de Economía, Domingo Cavallo, durante el gobierno de Menem que ha regido hasta nuestros días.
Un “éxito” basado en el trabajo ajeno
Si bien la medida está destinada a actividades del “interior” del país, que según el ministerio de la Producción, se ven afectadas por la caída de la economía, en lo que respecta a la producción de azúcar y tabaco, se trata de dos sectores, no solo de alta concentración económica; sino también que perciben sistemáticamente subsidios -el más reciente una nueva reducción de Ingresos Brutos a 0,75 % -vigente desde enero 2019-.
A esta altura vale señalar que el conjunto de subsidios a las patronales, tiene su origen en el trabajo no pago al obrero (plusvalía/ganancia) redistribuida entre los capitalistas por el Estado. Una forma de realizar un segundo robo a la clase trabajadora, el primero se realiza durante el proceso de producción como develara Marx en su obra El Capital.
En el caso del azúcar, en Jujuy existen tres ingenios, con Ledesma S.A.A.I como el más importante del NOA, aportando el 17 % de la producción nacional de azúcar y que viene de amasar más de $ 277 millones de ganancias. Tanto Ledesma -pese incluso a la causa penal por defraudación a la AFIP- como el ingenio “Rio Grande”, reciben un subsidio del Estado a través del precio del bioetanol que otorga la secretaría de Energía de la Nación y que viene siendo el negocio más rentable de los ingenios. A esto hay que sumarle los beneficios de la devaluación del 100 %, para Ledesma, le permite ampliar sus beneficios a partir de la cuota de exportación que tiene con los Estados Unidos.
Para el caso del tabaco, los grandes productores concentran el 70 % de la producción y sostienen desde hace años una ingeniería de subsidios y apoyo desde el Estado. El Fondo Especial del Tabaco destina una montaña de pesos todos los años, en 2019 solo para Jujuy son $ 3.200 millones, el equivalente al 47 % del presupuesto de salud de este año.
Según el Documento de Trabajo N ° 9-Fac. Cs. Económicas UNJu, realizado por Raúl H. Cabrera, es más rentable la producción de tabaco que la del cultivo más redituable en Argentina en los últimos 15 años, la soja. Este resultado es posible gracias al botín del Fondo Especial del Tabaco, un subsidio nacional, cuya gestión recae en los gobiernos locales, es el caso del actual gobernador Gerardo Morales, como en su momento lo hicieron los gobiernos del PJ, quien actúa como un lobista permanente de los grandes productores, junto a senadores y funcionarios de su gabinete, que también comparten el privilegio de ser productores de tabaco.
Tienen a @MoralesGerardo1 de lobbysta, les dan el FET de $3200 M, rebaja en ingresos brutos, Ley 26.390 para explotar adolescentes. Así los grandes concentran el 70% de la producción y exportan el 80%. Son las y los dueños del tabaco, su "éxito", es nuestra desgracia. No va más! pic.twitter.com/zX9USekCBO
— Gastón Remy (@RemyGaston1) 13 de febrero de 2019
El sector del tabaco exporta el 80 % de la producción y ha recibido el beneficio de la devaluación del peso del 100 % el año pasado y, también lo recibirá este, cuando el BCRA estima un dólar a 48 pesos a fin de año. Otro motivo más que deja en claro que las quejas de los grandes productores de tabaco, son una maña para sacar más y más ganancias.
Esta nueva ayuda del Estado a los los empresarios “exitosos” que venden como ejemplo desde Macri-Morales, el PJ y el kirchnerismo hasta los liberales, son aquellos que amasan su fortuna en base a los beneficios del Estado y la explotación (robo de trabajo no pago) de sus obreros como sucede en toda economía capitalista.
En épocas de crisis, las patronales con la ayuda del Estado, aprovechan para sacar mayores tajadas y, redoblar la miseria del trabajador y sus familias. Pero no es muy distinto en los momentos de auge económico, cuando apenas lo perciben los trabajadores, para quienes el “éxito” del patrón siempre le es ajeno. Son ellos o nosotros, sin afectar sus ganancias, no hay posibilidad de hacer valer nuestras vidas.
Gastón Remy
Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.