El Consejo Empresarial de Competitividad español (CEC), en el cuál se encuentran las 15 mayores empresas españolas y el Instituto de la Empresa Familiar, han presentado este martes su particular receta para que el Estado Español reduzca su tasa de paro en 13 puntos, que a fecha de hoy se sitúa en un 23,6%.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Miércoles 5 de noviembre de 2014
La propuesta de las grandes fortunas
El discurso de las grandes fortunas se inicia con la esperanzadora premisa de reducir el paro en 13 puntos para el 2018, lo que situaría el paro en cifras cercanas al 11%. Sin lugar a dudas la presentación del plato resulta apetitosa, y más en la situación de profunda crisis que azota al Estado Español y que condena a miles de personas a la pobreza y exclusión social.
No obstante la propuesta de este consejo empresarial guarda ingredientes amargos para la clase trabajadora. La reducción del paro hasta alcanzar la cifra del 11% no sería un camino de rosas ya que los ajustes económicos necesarios en pro de una mayor competitividad de las empresas caerían sobre las espaldas de las clases populares y la destrucción de los servicios públicos.
Se establecen medidas de modificación fiscal que "reduzcan las dificultades" para que aumenten las grandes empresas, se aboga por reformas educativas que incentiven la competitividad a todos los niveles, entre alumnos, profesores y centros, éstos últimos peleándose por las subvenciones públicas. Se incide además en este informe en la necesidad de "medidas adicionales permanentes" que reduzcan el déficit público en 10%. En este apartado apuestan por la unificación de ayuntamientos y una reestructuración de todo el sector público. Señalan en esta línea que la misma privatización de activos públicos supondría un aporte económico de 35.000 millones de euros.
El verdadero impacto de las recetas
El informe presentado por el Consejo Empresarial de Competitividad está rodeado de un aire de poca concreción, algo que no es casualidad.
Según el informe de Intermón Oxfam, las familias españolas pagan 50 veces más impuestos que las grandes empresas. El sistema recaudatorio español es "envidiado" por ser uno de los que menos presión fiscal ejerce sobre las grandes empresas. La recaudación de impuestos que provienen de éstas es 7 puntos menor que la media europea. La presión fiscal sobre el trabajo y la falta de presión sobre el patrimonio o las inversiones son aspectos claves comprender el por qué de este panorama. En definitiva este desajuste configura un mapa contributivo criminal para la clase trabajadora. El 90% de la recaudación cae sobre las familias mientras que tan solo el 10% recae en las empresas.
Estas facilidades no parecen aportar un mayor crecimiento económico ni reducción del paro. Las últimas cifras de Octubre muestran un aumento del desempleo de prácticamente 80 mil personas.
Sin lugar a dudas, un plato de mal gusto para la clase trabajadora y las clases populares que están pagando la crisis.