En la ciudad de Antofagasta son varios los campamentos que se han tomado terrenos a lo largo de la ciudad, siendo esta una vida bastante precaria y de esfuerzo, sin que el Gobierno se siga haciendo cargo de una de las demandas más sentidas como lo es la vivienda propia.
Viernes 14 de mayo de 2021
Fotografía: Aton
El día jueves 13 de mayo, en la mañana, empezó a incendiarse uno de los tantos campamentos que hay en Antofagasta, debido al material por las que son fabricadas las viviendas (material ligero). El fuego fue rápidamente tomando fuerza y quemando más casas, se estiman que fueron más de 50 las viviendas que fueron arrasadas por el fuego.
Los campamentos afectados fueron Futuro Antofagasta, Mujeres Unidas, Fuerza Latina y Villa Esperanza, perjudicando a decenas de familias, las cuales tienen sueldos miserables, muchas viven el desempleo, sus hijos tienen problemas para poder conectarse a clases, porque no tienen los medios o la conectividad, entre otras graves problemáticas. Familias que viven día a día con el miedo al desalojo, hacinados y con lo justo.
Muchas personas luchan por años en comités de viviendas o de forma individual, intentando conseguir un subsidio de vivienda, para cumplir una de las demandas más sentidas como es la casa propia.
El Estado y los gobiernos de turno no tienen un plan concreto para otorgar una vivienda a todo aquel que lo necesite, sin tantas trabas, ni burocracia para poder concretarlo.
Hoy, necesitamos organizarnos para ir en ayuda a estas familias, con pobladores, sindicatos, trabajadores. Unir nuestras fuerzas para poder ayudar a estas familias que hoy quedaron en la calle y tomar medidas urgentes, como utilizar los terrenos que están sin uso- o en manos de instituciones como el Ejército que hacen negocio con inmobiliarias- para la construcción de viviendas, y entregar viviendas no habitadas a las familias que requieren un techo en estos momentos.
Danisa Guerra, profesora de la escuela España nos comenta que "algunos estudiantes de mi colegio fueron afectados con el incendio perdiendo todas sus pertenencias. Como escuela nos organizamos para poder recolectar lo que necesitaban. Las condiciones en las que viven las familias de las tomas son precarias y el Gobierno no se hace responsable, al contrario, cada vez ponen más trabas para llegar al sueño de la casa propia".
Por su parte, Galia Aguilera, delegada en dicha escuela nos expresa que "es urgente un plan de emergencia de vivienda, no es posible que más de 7.000 familias vivan en campamentos y expuestas a experiencias como estas, por el sólo hecho de que en Chile el derecho a la vivienda es un negocio. La especulación de las inmobiliarias con el alto precio del suelo en una región minera, significa grandes ganancias para los grupos económicos, pero importantes miserias para amplias capaz de la población. Hoy, es urgente la ayuda obrera y popular, ya hay varias iniciativas para apoyar a las familias, sin embargo, el problema fondo sigue ahí."
