Hoy las estaciones y paraderos amanecieron llenas de gente por el toque de queda absurdo que decretó el gobierno. Mientras los jefes están en sus casas y los milicos estorban la calle, miles debemos seguir trabajando arriesgando nuestra salud y la de nuestras familias. Necesitamos #LicenciasLaboralesMasivas para todos los trabajadores de los servicios no esenciales, que sean automáticas y pagadas por los empresarios, asegurando sueldo garantizado para trabajadores informales y cesantes. ¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias!
Lunes 23 de marzo de 2020
Una grave denuncia contra el ministerio de salud encabezado por Jaime Mañalich se viralizó hoy por redes sociales. En una circular dirigida a todas las SEREMI y servicios de salud, estableció una polémica medida en la cual las licencias se otorgarán “solamente en aquellos casos que se pueda determinar la trazabilidad del contagio como de origen del trabajo, estos podrán ser calificados como de origen laboral, con la consiguiente cobertura de las prestaciones del Seguro de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales”. Revisa a continuación la circular emitida por el MINSAL.
La denuncia realizada por un funcionario de atención primaria cuestiona directamente esta situación planteando
“Es escueta la labor del médico de atención primaria... diría yo que casi nada, pero trabajaba feliz porque era mi misión:
Mandar a la gente a la casa, tratar los casos no covid 19 que siguen existiendo y DAR LICENCIAS MEDICAS A LOS CASOS CONTACTOS DIRECTOS DE COVID 19
Por fase 4, en una de sus tantas ocurrentes circulares, el misal indicó solo dar licencia médica a los pacientes con Sars cov 2 +
Ya no se pa que chucha me levanto en la mañana”.
En la misma línea, un funcionario de atención primaria de un servicio distinto, que eligió mantenerse anónimo para evitar represalias, explicó consultado por este medio que “Algunos médicos están recurriendo a otro diagnostico, que es como exposición a riesgo de infección, pero el problema es administrativo, es saber si el COMPIN va a pagar esa licencia o no y eso es político, de eso se encargaran las voluntades de isapres y fonasa de pagar”.
Otro funcionario agregó en la misma línea, que “En el fondo se está orillando al personal sanitario a mentir y dar licencia médica de acuerdo a otros diagnósticos.
En tu posición de médico de atención primaria y con el poder de resguardar la salud da la tentación de repartir depresión, neumonías, influenza, trastornos ansiosos, etc, a diestra y siniestra con tal que los contactos se queden en casa, porque son conocidos los vectores de propagación".
La dialéctica del gobierno: Enfrentar la pandemia mandando a todos a trabajar.
Esta situación revela la contradicción evidente que existe entre el discurso del gobierno y las medidas que realmente toma para detener el contagio, pues esta disposición ministerial, como denuncian los propios funcionarios, hoy está dificultando y obstaculizando sus esfuerzos para evitar la propagación de la infección.
Junto a la denuncia de la poca transparencia del gobierno en los datos, que hace unos días atrás realizó el Colegio Médico, se ha ido trazando mucho más claramente que la verdadera intención del gobierno no es evitar el contagio de la población, sino que mantener la rentabilidad de los negocios de los empresarios.
Es lo único que explica su insistencia en mantener funcionando incluso a sectores no escenciales, sacando a las calles una fuerza militar que no cumple ningún rol en el control de la infección y ahora bloqueando la entrega de licencias médicas a todos los casos con contacto de COVID-19.
Pretenden enfrentar la crisis, que para ellos no es otra cosa que la baja de sus ganancias, sacrificando la vida de los trabajadores y sus familias.
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Enfrentemos la crisis con las y los trabajadores al frente.
Esta situación pone sobre la mesa la necesidad de una respuesta de parte de los trabajadores, especialmente de la salud, independiente de las disposiciones del gobierno y sus evidentes intenciones.
Pues no sólo se hace urgente que la salud privada, incluyendo aquellas destinadas a personal uniformado como el Hospital Militar y el de Carabineros, se ponga a completa disposición de las necesidades del sistema público, y que además se realice una inyección de recursos gravando a las grandes fortunas si es necesario, sino que sean los trabajadores, encabezados por los que se desempeñan en el área de la salud, los que diseñen e implementen las medidas para enfrentar la crisis sanitaria, en base a las necesidades de la población y no de las ganancias empresariales.
Para esto se pueden impulsar comités o comisiones de control de higiene, salud, seguridad y resguardo, como se viene realizando en Antofagasta, que al mismo tiempo de diseñar e implementar medidas de prevención y tratamiento frente al contagio, resguarde la salud de los propios funcionarios.
Especialmente desde la APS, la primera línea de batalla contra el COVID-19, pues tienen una población controlada y a cargo, territorializada y además cuenta con técnicos y profesionales de distintas disciplinas de la salud, pudiendo formar por ejemplo cuadrillas de control y vigilancia de casos sospechosos o contactos de confirmados que dos veces al día hagan seguimiento a su población a cargo y velen por el cumplimiento de las cuarentenas obligatorias con mucha más eficacia que la solución militar dada por el gobierno.
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Es clave que los trabajadores de la salud comiencen a debatir estas posibilidades, pues está claro que el gobierno no está resguardando a la población ni menos a los funcionarios de la salud y sus familias.
¡La verdadera Fuerza Sanitaria somos trabajadores y la comunidad de la salud, no los militares!