Greenpeace viola derechos laborales, sin respetar el horario de sus trabajadores ni siquiera cuando están de licencias médicas, sus trabajadores tienen contratos simulados y viven hostigamiento y despidos injustificados de un día para otro.
Lunes 10 de agosto de 2020
Desde el comienzo de la relación laboral no se da claridad en su contratación y se suele dar contratos de prueba por 3 o 6 meses que se renueva cada vez que se termine, sin ninguna explicación por otro periodo de prueba, dejando sin posibilidad de generar antigüedad, ni de obtener una plaza indefinida para tener estabilidad laboral.
La organización ocupa el método del chantaje o el famoso “ponte la camiseta” para que sus trabajadores laboren fuera de su horario establecido sin pago de horas extras, a esto se suma que a las personas que están de incapacidad o licencia médica se les pide realizar labores desde su hogar aun presentando el comprobante medico donde se menciona que se necesita reposo absoluto.
Tener vacaciones en la organización es un lujo que solo su Director Ejecutivo Gustavo Apugnani quien gana más de 100 mil pesos al mes se puede dar, ya que, al solicitarlas, a cualquier trabajador les son negadas con el pretexto de que hay mucho trabajo, impidiendo que los trabajadores tomen vacaciones durante más de un año, trabajando sin descanso impidiéndoles una prestación que por derecho les corresponde.
El llamado “amiguismo” no solo se da en las instituciones de gobierno si no en las no gubernamentales como Greenpaece pues se han inventado puestos con un sueldo mayor a 50 mil pesos al mes sin una labor clara, mientras los trabajadores en un puesto de recaudador de fondos ganan 5 mil 800 pesos al mes, menos de la mitad de lo equivalente a una canasta básica.
El despotismo y el hostigamiento laboral son la receta que se aplica a cualquiera que se atreva a cuestionar estas prácticas, el acoso comienza desde quitarte la labor que desempeña y desvalorizar el trabajo frente al resto del equipo, hasta marginarlo laboralmente y amenazar con el despido. Ese es un comportamiento que lesiona la dignidad e integridad psíquica del trabajador, degradando aún más sus condiciones de trabajo, produciéndole ansiedad, estrés, pérdida de autoestima y alteraciones psicosomáticas, y determinando en ocasiones el abandono de su empleo por resultarle insoportable la presión a que se encuentra sometido.
Una práctica común de la organización para despedir de manera injustificada a las y los empleados es asegurar que tuvieron una “mala evaluación” y por lo tanto ya no prescinden de sus servicios, sin embargo, no hay parámetro de dicha evaluación es decir se hace de manera subjetiva, nada tiene que ver el desempeño laboral si no, si eres pieza “cómoda” y si le caes bien a los jefes. Aunado a todas estas violaciones a los derechos laborales, se quita el derecho al empleo o su fuente de ingreso de un día para otro, es decir no se respeta los tiempos marcados en la ley para despedir a alguien.
Las y los trabajadores que alzan la voz por la causa de los derechos ambientales y hacen carne las campañas en defensa del medio ambiente -de las cuales tiene el crédito la organización en abstracto- hoy deciden levantar la voz por sus propios derechos, por ello les invitamos a formar parte de los comités de trabajadores del Movimiento Nacional contra la Precarización y los Despidos para conquistar plenos derechos laborales para todas y todos.