×
×
Red Internacional
lid bot

Video. Greenwashing: la hipocrecía del CEO de Starbucks y el capitalismo verde

Brain Nicoll va a usar el jet privado de la empresa para viajar desde su casa hasta la central contaminando más que 230.000 europeos y estalló la polémica porque la cadena empresarial se vende como “verde” con campañas de concientización para reducir impactos ambientales.

Sábado 7 de septiembre de 2024 11:58

El CEO de Starbucks va a contaminar más que 230.000 europeos con consumo medio. Brian Niccol va a usar el jet privado de la empresa para viajar 1600 kms, ida y vuelta, 3 días a la semana desde su casa en California hasta la central en Seattle.

Estalló la polémica porque Starbucks, como muchas otras empresas, hace campañas “verdes” y se subió a la ola de cambiar sorbetes de plástico por los de papel para no contaminar los ecosistemas marinos.

Hace años las organizaciones ambientalistas denuncian que los jets privados llegan a emitir hasta 2 toneladas de CO2 por hora de vuelo. Este dato no es menor en medio de una crisis climática sin precedentes, que amenaza la vida como la conocemos y con millones que viven en la más extrema pobreza.

Las grandes empresas dedican mucho dinero a campañas de “concientización” sobre “mejores” formas de consumo. Te hablan de las tortugas o de las islas de plástico en el Pacífico. ¿Pero por qué no cuestionan la obsolescencia programada? ¿Por qué no cuestionan las guerras que contaminan muchísimo más o la masacre a la población palestina? Sus CEOs tienen consumos desmesurados cuando millones no pueden satisfacer las necesidades más básicas de alimento y acceso a servicios.

Esto no es más que "greenwashing" para que vos pienses que la causa de la crisis ambiental son tus consumos individuales y no el resultado de la forma de producción capitalista donde el beneficio económico de una minoría rica es el principal objetivo.

Starbucks no te va a contar que usa café y aceite de palma producidos a partir de la deforestación de áreas enormes de selva. Esa deforestación incluye incendios intencionales que emiten más CO2, contribuyendo al cambio climático. Tampoco le importa la explotación brutal de sus trabajadores.

Las empresas petroleras y de la energía también hacen campañas sobre “consumo responsable”. Te dicen que uses más la bici, que apagues las luces, que no prendas la estufa en invierno o el aire acondicionado en los veranos calurosos, mientras esconden su propia contaminación bajo la alfombra, que tiene muchísimo más impacto.

Técnicas destructivas como el fracking y la megaminería, tóxicos industriales y enormes basurales generan mucha más contaminación con costos ambientales que terminamos pagando todos nosotros.

Si en cambio desde la propia producción se planificara qué se produce, cómo se produce y para qué se produce, la eficiencia energética y de materiales podrían ponerse en el centro y tener un verdadero impacto, reciclando a escala industrial y no solo de manera individual.

Pero para que esto pase no podemos dejarlo en manos de los empresarios. Los trabajadores no somos solamente consumidores, también somos la clase productora, la que genera la riqueza social y la que puede decidir desde abajo cómo hacerlo de una manera realmente sustentable.

Te puede interesar: Festival en Madygraf a 10 años de lucha y organización


Lihuen Eugenia Antonelli

Redacción Ciencia y Ambiente | @lihuiliyo

X