Este domingo la ciudad entrerriana famosa por su carnaval, moviliza por segunda vez contra el cáncer. El ministro Etchevehere y la defensa de las pasteras y el glifosato.
Sábado 9 de diciembre de 2017
Foto: Diario El Día de Gualeguaychú
Cualquiera que haya nacido en la ciudad famosa por el carnaval y sus playas, y que viva en otro lado del país, mantuvo alguna vez la conversación reproducida al comienzo de este artículo. Normalmente la charla continúa con relatos y preguntas del estilo "yo estuve en Gualeguaychú hace unos años", "che, y tendrás lugar para hospedarme esta temporada? Mirá que te caigo...". Para muchos de los argentinos que viven en otros puntos del país, ser oriundo de Gualeguaychú, o en su defecto, tener un amigo o amiga que lo sea, es una suerte.
Gualeguaychú siempre fue tierra de danza, tambores y alegría. Sin embargo, la ciudad hoy está cruzada por un manto de tristeza y preocupación. Gualeguaychú también es la tierra donde se enfermó Antonella González, la nena de nueve años que murió en el Garrahan luchando contra la leucemia.
El cáncer. Ese es el principal problema que preocupa hoy a la población, que está en las sobremesas, en las charlas entre conocidos, que ha aparecido en los medios y que mañana estará nuevamente en las calles. Gualeguaychú también es el pueblo que se puso en pie de lucha contra la instalación de las papeleras en el río Uruguay.
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Es el pueblo que organizó enormes movilizaciones y que protagonizó una lucha de alcance nacional e internacional en defensa de sus recursos naturales. Ese pueblo mañana saldrá por segunda vez a la calle a gritar #StopCancer. El domingo 10 de diciembre un sector de gualeguaychuenses organizados como Ciudadanos Autoconvocados, llama a concentrar a las 17 en la vieja grúa del puerto, para marchar por la costanera hasta los dos obeliscos, donde leerán un documento.
¿La enfermedad es una sensación?
En Gualeguaychú dicen que hay un paciente oncológico por manzana. "¿Viste quién tiene cáncer también?" es un comentario frecuente entre los lugareños desde hace años. Las colectas para juntar fondos para costear tratamientos en hospitales de otros lugares se han convertido en algo común. Laburantes que se ayudan entre sí porque tienen que llevar a sus hijos al Garrahan. La alta desconfianza en el agua de red de la ciudad. Las colas frente al cuartel de bomberos para cargar bidones con agua de las napas. En la ciudad desde hace mucho tiempo existe una sensación, el presentimiento de que algo no está bien.
Finalmente, después de años de un rum rum por abajo, de comentarios y alarma en la población, una investigación periodística tradujo esa sensación en cifras. El periodista Fabián Magnotta nació en la ciudad y reside allí. Es uno de los desconfiados que no consume el agua que sale de la canilla, sino que va con bidones en el auto a cargar agua de pozo a una localidad cercana, llamada Pueblo Belgrano.
"En 2014 hice una nota para la página web de radio Máxima hablando de que existía la sensación de muchos casos de cáncer en Gualeguaychú. Vino un funcionario de Salud y me preguntó qué estadísticas tenía y le dije que no tenía, que tenía observaciones. Después yo me di cuenta de que era al revés, que él tenía que dármelas a mí, pero como no las tenía me dije bueno, las tengo que hacer yo. Me dediqué todo el año 2015 a ver todos los días quién se moría, en los anuncios fúnebres y a ver las causas. Iba todos los viernes al Registro Civil, pedía las actas de defunción", cuenta Magnotta a La Izquierda Diario sobre los inicios de su investigación.
Una de las claves del drama que vive la ciudad, es la ausencia de datos oficiales certeros, sistemáticos, actualizados y públicos. En parte, los reclamos en la movilización de mañana tienen que ver con esto. Los pobladores quieren conocer los alcances del fenómeno y principalmente, qué es lo que los está enfermando. "Vi que a nivel nacional las muertes por cáncer son un 20% y acá me daba más de un 30%. Es mucho, es decir que un tercio de los muertos de acá son por cáncer", aseguró el periodista con respecto a las conclusiones de su investigación. El primer informe que elaboró Magnotta comprende datos sobre el cáncer en la ciudad entre el 10 de diciembre de 2014 y el 10 de diciembre de 2015.
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, (IARC, por sus siglas en inglés) es un órgano intergubernamental que forma parte de la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas. "Ese instituto estableció en el año 2013 que Argentina es un país de cáncer medio-alto, y que cada 100 mil habitantes, corresponde que haya 217 diagnósticos por año. Arocena (Héctor, oncólogo del Registro Provincial de Tumores, NdR) dijo que en el año 2014 hubo 740. Y yo necesitaba saber si ese número era mucho o poco en relación a otras estadísticas. Este es un departamento de 110 mil habitantes, asique en relación con las estadísticas internacionales, correspondería que hubiera aproximadamente 240 diagnósticos. Y tenemos 740 en el año 2014. Es decir, tres o cuatro veces más".
Actualmente Magnotta trabaja sobre el relevamiento de casos de cáncer infantil y juvenil. En los primeros ocho días de convocatoria por Facebook ya había recolectado información sobre alrededor de 30 casos de niños de meses hasta 16 años de edad. "Con los gurises no, ya pasó de castaño a oscuro esto. Algunos se curan y otros mueren", se lamenta el periodista. Como Antonella en la ciudad del carnaval del país hay muchos más. Por ellos, mañana la comunidad guaeguaychuese saldrá a la calle.
Sospechosos
Cuando se intenta hipotetizar sobre el problema, tres factores fundamentales aparecen como los causantes del brote de cáncer que padece Gualeguaychú: La contaminación producida por la pastera Botnia-UPM, contra la que la ciudad tanto peleó. También, la contaminación producida por el parque industrial de la ciudad. Por último, la utilización de pesticidas altamente tóxicos como el glifosato en los sembrados de soja que abundan en el departamento de Gualeguaychú y a nivel provincial. Sin embargo, hasta que no se elaboren estudios serios y a fondo, como sostiene Magnotta, hasta el momento las causas que provocan el cáncer son sospechas.
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"El problema de la contaminación del agua es algo que hay que estudiar y eso no lo puede hacer un periodista. Botnia UPM por ejemplo lleva diez años instalada. Botnia tiene dos principales insumos, la madera y el agua. Toma un millón de litros diarios del río Uruguay. Lo usan y lo tiran y según sus propias cínicas declaraciones, largan el agua mejor de lo que tomaron", sostuvo Magnotta.
Con respecto al parque industrial, un dato no menor es que la actual directora de Medio Ambiente de Gualeguaychú, Susana Villamonte, fue imputada en agosto, no por su rol de funcionaria pública. Los cargos que se le imputan tienen que ver con su desempeño en el cargo de auditora de la Comisión Administradora del Parque Industrial -PIG- en representación del Estado Municipal. El río Gualeguaychú está muy contaminado y siempre se sospechó que parte de esa contaminación tiene que ver con los residuos del parque industrial, que van a parar al río sin el debido tratamiento. Villamonte está acusada del delito de "adulteración y contaminación de aguas", figura contemplada en los artículos 55 y 57 de la Ley 24.051 de Residuos Peligrosos.
Esto explica en parte por qué, muchos pobladores tampoco gustan de bañarse en los ríos entre los que nacieron: En el Río Uruguay, la presencia de las chimeneas de Botnia que amenazan desde la orilla del país vecino, hacen desistir de la idea de nadar en sus aguas. El olor que a veces se siente en la costanera del río Gualeguaychú, también transmite poco entusiasmo. Magnotta también desconfía y por eso, hace muchos años dejó de llevar a sus hijos a la playa.
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Recientemente se conoció que el intendente, Esteban Martín Piaggio (FpV) ordenó la presentación en el concejo deliberante, de un proyecto para prohibir el uso, la venta y el acopio de glifosato en el éjido de Gualeguaychú. Esto habla de que, si bien hasta ahora las causas que explican los niveles de cáncer son solo hipótesis, hay unas más fuertes que otras. Entre Ríos es una provincia atestada de campos de soja y el glifosato, pesticida que se usa comúnmente en estos sembrados, es cancerígeno.
En Entre Ríos se encuentra la localidad de Urdinarrain, la ciudad con mayor concentración de glifosato en el mundo, a aproximadamente 50 kilómetros de Gualeguaychú. ¿Qué impacto puede tener la medida de prohibir el glifosato en el éjido de Gualeguaychú, única área sobre la que puede legislar el Concejo Deliberante, en ese mar de agrotóxicos que constituye la provincia? El área alcanzada por el proyecto, ni siquiera abarca los pocos kilómetros a los que se traslada Magnotta para buscar agua.
En diálogo con revista Anfibia, recientemente el médico pediatra y neonatólogo Medardo Ávila Vázquez, de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, planteó que Gualeguaychú responde a los parámetros que normalmente presentan los pueblos fumigados, en los que hay tres veces más casos de cáncer que en el resto del país.
Ministro defensor
El lector pensará que a esta altura a nadie se le ocurriría afirmar que el glifosato es inofensivo o que las preocupaciones de la población son infundadas. Sin embargo, el flamante ministro de Agroindustria de Cambiemos, Luis Miguel Etchevehere, puede sorprender. Recientemente el funcionario, oriundo de Paraná, capital entrerriana, estuvo en la localidad de Colón. Entonces, con motivo de la celebración del encuentro del Consejo Empresario de Entre Ríos, hizo declaraciones relacionadas a estas cuestiones. En primer lugar sostuvo que la instalación de plantas pasteras que producen celulosa en todo el país no está descartada, genera trabajo y que permitiría producir en el país el papel que se importa.
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“Como son temas tan sensibles hay que ir bien a lo científico, tanto por las pasteras como por el glifosato, si la ciencia dice que los valores de influencia son aceptables o que no contamina, las conjeturas son temerarias. No vemos bien que si el organismo sanitario americano, el organismo sanitario europeo y si el SENASA dice que el glifosato no hace daño a la salud no entiendo cuál es la intención de la gente de estar asustando a la ciudadanía", afirmó Etchevehere a los medios.
Ante las denuncias y la discusión nivel mundial sobre el uso de glifosato, la alarma entre los empresarios del agropower local ya se encendió. El nuevo ministro ya salió al ruedo para llevarles tranquilidad.
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Así como hace pocos años Gualeguaychú enfrentó la instalación de las papeleras, hoy tiene por delante a tarea de defender su pueblo de la enfermedad que empaña la niñez y la vida de muchos. Hoy tiene ante sí la tarea de cuestionar el funcionamiento de su parque industrial y también, el modelo productivo de la provincia, bajo la lógica capitalista donde las vidas valen menos que sus ganancias, apañado como se ve, por las primeras líneas de funcionarios del Gobierno. Gualeguaychú ya demostró que tiene coraje. No cabe dudas, es un pueblo dispuesto a defenderse de esta tristeza.