Hoy, esta corporación ya no sólo legitima la militarización del país por tiempo indefinido, sino que también demuestra su instrumentalización como patrulla fronteriza al servicio de los intereses de Estados Unidos.

La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 20 de junio de 2019
Como parte de las medidas acordadas entre el gobierno de México y el de Estados Unidos para evitar las imposición de aranceles a mercancía mexicana (como represalia por la inconformidad de la Casa Blanca con la política migratoria de AMLO), la Guardia Nacional ha consolidado su despliegue por la frontera sur del país. En coordinación con el Instituto Nacional de Migración, esta corporación participará en operativos de "contención" de migrantes centroamericanos que intenten llegar a Estado Unidos atravesando México desde su frontera sur.
Medios de circulación nacional reportan la presencia de agentes de la Guardia en estados como Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo. A lo largo de 23 municipios, cerca de 6 mil 300 elementos serán coordinados desde 11 regiones prioritarias emergentes señaladas por el gabinete de seguridad como prioritarias para "atender la emergencia" migratoria. Es decir, para detener y reprimir el paso de migrantes que buscan asilo y, por la vía de los hechos, fungir como el primer muro fronterizo de Estados Unidos.
Las actividades de la Guardia Nacional en la frontera sur incluyen la instalación de retener de revisión y operativos en entradas y salidas de las comunidades. De acuerdo con lo reportado por El Universal, agentes de esta corporación -integrada por oficiales de la Policía Militar, la Policía Naval y la Federal- se sumaron a tareas de revisión de documentos, actualmente desempeñadas por 800 agentes del INM.
Según informó Francisco Garduño Yáñez, comisionado del INM, a pesar de que este instituto depende de la Secretaría de Gobernación, los operativos en la frontera están siendo coordinados por la oficina de Marcelo Ebrard.
Ante las críticas que despertó el anuncio de que la Guardia Nacional desempeñaría labores de policía fronteriza, Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, en sintonía con el discurso oficial, ha insistido en defender la participación de la Guardia Nacional en operativos migratorios. Sus argumentos se reducen, sin embargo, a que efectivamente, comprobar la nacionalidad de las personas y realizar detenciones forma parte de las atribuciones de la corporación.
La "meta" de estos funcionarios es la detención de 2 mil 500 migrantes diarios. Autoridades han fijado el límite de migrantes que puede albergar el país entre siete y 10 mil.
Así pues, queda en evidencia que no se trata sólo del uso de la corporación como parte de un programa de control migratorio tan agresivo como el que está implementándose en la frontera sur mexicana, sino de que desde su conformación, la Guardia Nacional legitima la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública. Este uso de la milicia, según han documentado ampliamente organizaciones sociales y defensoras de DDHH, ha sido el detonante de innumerables crímenes y violaciones a los derechos de las personas.
Hoy, esta corporación ya no sólo legitima la militarización del país por tiempo indefinido, sino que también demuestra su instrumentalización como patrulla fronteriza al servicio de los intereses de Estados Unidos.