El documento de despedida de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemal (CICIG) destaca que hay “impunidad del poder, entendida como la creencia y práctica de las elites y la certeza de impunidad”.
Jueves 29 de agosto de 2019 18:30
La CICIG, una forma velada de intervencionismo diplomático de EE.UU. a través de la ONU, concluye su ciclo iniciado en 2007 con un documento fulminante sobre la crisis que persiste en Guatemala persiste en un escenario con nuevo presidente electo mediante los comicios del pasado 11 de agosto, en donde el verdadero ganador fue el abstencionismo.
La semana pasada la CICIG -que tenía como misión oficial desempolvar los hilos de corrupción e impunidad que reinan en el país desde las dictaduras liberales y que además fue vetado por el actual presidente Jimmy Morales- presentó un informe con investigaciones desde hace doce años definiendo que Guatemala se encuentra en una encrucijada.
El informe presentado “Guatemala: Un Estado capturado” denuncia la intervención de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CIACS) en la vida política del Estado-Nación que operan tanto en lo económico como en lo militar de modo ilícito.
Destaca que los CIACS se encuentran incrustados en la clase política, el empresariado y por supuesto en los grupos del crimen organizado, quienes pretenden mantener la situación en la que se encuentra el país para poder seguir obteniendo beneficio de la pobreza extrema que se le impone a los guatemaltecos.
“Un statu quo que significa el mantenimiento de la pobreza, la desigualdad y la exclusión; el secuestro de la institucionalidad democrática; el predominio de algunos grupos privilegiados y el saqueo de los recursos públicos”, señala el documento.
Matías Ponce, portavoz de la comisión, declaró “Un punto central es que las redes político-económico ilícitas no aparecieron de la noche a la mañana sino se trata de un tema estructural del Estado de Guatemala, estas redes tienden a reconvertirse y a parar en nuevas instituciones y lo hacen aprovechando cada periodo electoral. Quedan aún reformas pendientes en materia electoral, sobre todo tratando de fortalecer el sistema de justicia para que no sean los partidos políticos la vía para la captura del Estado y un tercer punto es que se ve que son las élites económicas, los mismos grupos donde se encuentran algunos empresarios y actores políticos como bufetes de abogados quienes han tratado de cooptar el sistema de justicia para poder procurarse impunidad”.
Asimismo, Iván Velásquez, comisionado de la CICIG, publicó un video en el que planteó que se habían dado algunos pasos en la lucha contra la impunidad. Resaltó que más de 660 personas están procesadas, de las cuales aproximadamente el 70 % enfrentan sus procesos en libertad.
También afirma que se identificaron más de 70 estructuras criminales de alta complejidad (CIACS), a su vez plantea los cimientos de nuevas instituciones que velen por el fin de la corrupción y una serie de reformas para regular el Estado. Agradeció a los medios de comunicación, a algunos funcionarios y al pueblo de Guatemala.
El trabajo de la CICIG exhibió la podredumbre de las instituciones guatemaltecas, pero se basa en mantener un estado de derecho intacto. Su alerta es porque la crisis de la democracia burguesa no da garantías suficientes a los negocios de las trasnacionales.
La CICIG afirma que el camino hacia el bienestar es la construcción de la democracia, pero es la forma del conjunto del Estado capitalista la que permite que se desarrollen este tipo de prácticas al beneficiar a empresarios y políticos nacionales e internacionales a costa de los trabajadores, los campesinos y los estudiantes guatemaltecos.
No son los medios de comunicación ni la crisis del acuerdo con Trump los que informaron al pueblo sobre la situación. Es la miseria, los malos trabajos, el abuso y las paupérrimas condiciones de vida las que verdaderamente han puesto al pueblo hoy como un personaje dentro de esta crisis, el pueblo trabajador que tiene que emigrar hacia el norte, sufrir el tortuoso paso por México y finalmente jugarse la vida en el Río Bravo o en el desierto.
Es necesario que los trabajadores y el pueblo guatemalteco vuelva a ponerse de pie ante la ilegal firma de un tratado entre Morales y Trump que los condiciona a Tercer País Seguro y que se organicen para enfrentar los ataques de empresarios, grupos del crimen organizado y el imperialismo estadounidense, que vienen de la mano del presidente electo Alejandro Giammattei.