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Red Internacional
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Guatemala: bloqueos y protestas contra ataque de la derecha tras triunfo de Bernardo Arévalo

Vuelve la tensión política a Guatemala al cumplirse una semana de bloqueos de carreteras y manifestaciones en muchas ciudades exigiendo la renuncia de la Fiscal General. Luego del triunfo electoral del centroizquierdista Bernardo Arévalo, la derecha volvió al ataque con una nueva embestida del Ministerio Público de allanamientos en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el secuestro de urnas. Buscan evitar que Arévalo asuma su mandato o llegue muy debilitado.

Sábado 7 de octubre de 2023 02:24

Campesinos, indígenas y pobladores sostienen los bloqueos en 39 carreteras, incluyendo tramos estratégicos que conducen a El Salvador, Honduras y México, al mismo tiempo que en Ciudad de Guatemala trabajadores, sectores populares, el movimiento estudiantil y juventud en general, se manifiestan exigiendo respeto del resultado electoral. Además de la renuncia de Consuelo Porras del Ministerio Público, del fiscal Rafael Curruchiche, de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) y del Juez Penal, Fredy Orellana.

Las manifestaciones y bloqueos fueron llamados luego de que el Ministerio Público allanara el 29 de septiembre al TSE secuestrando actas electorales y urnas, en una clara maniobra política judicial para cuestionar el proceso electoral. La convocatoria inicial la realizó la organización indígena 48 cantones, del departamento (provincia) de Totonicapán (oeste del país) y se han sumado otras organizaciones sociales, campesinas, políticas, estudiantes, que fueron potenciando las protestas, siendo este viernes el día más álgido de bloqueos y acciones de calle.

En muchos departamentos, principalmente al oeste del territorio, varios poblados decretaron un paro nacional este viernes hasta que renuncie la fiscal general Consuelo Porras. Las universidades privadas y la Universidad de San Carlos suspendieron clases jueves y viernes para permitir que sus estudiantes salgan a las calles. Así se tensa la situación política en el país, donde los recuerdos de las grandes manifestaciones democráticas de la primavera guatemalteca que terminaron con el gobierno de Otto Pérez Molina en el 2015, aún están frescos.

La derecha continúa contraatacando ante el revés electoral

Golpe de Estado blando, golpe de Estado no tradicional, en cámara lenta, técnico, pero golpe al fin, son los distintos nombres que la población y analistas políticos, llaman a la nueva embestida donde las caras visibles son figuras del Ministerio Público, para diferenciarlo del golpe militar tradicional o a un gobierno en ejercicio.

Pero detrás de estos personajes del Poder punitivo del Estado, está gran parte de la rancia derecha guatemalteca, sus familias y sus partidos que vienen de la herencia de la dictadura y golpes de Estado en una historia no muy lejana, sectores del poder económico, así como el propio partido del presidente Alejandro Giammattei que controla el Congreso nacional. La fiscal general y jefa del Ministerio Público tomó el cargo en 2018, elegida por el expresidente Jimmy Morales (2016-2020), y fue reelecta en 2022 en un oscuro y polémico proceso por el actual presidente Giammattei.

Recordemos que el pasado 20 de agosto se realizó la segunda vuelta de las presidenciales en Guatemala con un amplio triunfo de Bernardo Arévalo quién alcanzó el 58,36% de votos, derrotando a la derecha y los conservadores representados por Sandra Torres, que consiguió el 36,88%. Con este resultado Arévalo rompe la continuidad de los gobiernos de la derecha de hace varias décadas y tendría que asumir el próximo 14 de enero. Pero desde esa fecha, los movimientos políticos vía acciones judiciales buscan, ya sea que no asuma la presidencia o que llegue sumamente debilitado buscando el fracaso rápido de su gobierno, y un rápido retorno.

Se trata de una derecha que se niega a dejar al poder. El presidente derechista Giammattei ha afirmado que entregará el gobierno el próximo 14 de enero, pero el problema es que no ha dicho a quién lo entregaría. De no asumir Arévalo, la presidencia sería ocupada por la presidenta del Congreso de la República, Shirley Rivera, del partido oficialista VAMOS que domina el legislativo, garantizándose la continuidad. Contra esta eventual situación es que campesinos, indígenas, sectores populares, trabajadores y la juventud han salido a las calles a defender el derecho democrático a que se respete el resultado de las urnas.

Guatemala ya viene corroída por una fuerte crisis con un régimen político en franca descomposición, dominado por élites económicas, la corrupción, mafias políticas y sectores reaccionarios instalados en el país centroamericano y que viene de una larga historia de subordinación al imperialismo. Una derecha que quiere mantener la continuidad de ese estatus. El hartazgo de los trabajadores, campesinos, indígenas, los sectores populares y la juventud ya se venía expresando desde antes de las elecciones, y ha sido Bernardo Arévalo el que ha capitalizado con grandes esperanzas de cambio de amplios sectores y que buscan romper el continuismo de los partidos de la derecha.

Es que el régimen imperante es altamente cuestionado por amplios sectores de masas, por los altos niveles de impunidad institucional, así como perpetuar y blindar los intereses de grupos de poder; narcotráfico, empresarial y militares retirados para favorecer sus negocios e intereses a costa del pueblo trabajador y manteniendo en la miseria a millones de guatemaltecos.

A lo que se denomina una tentativa de golpe en sus distintas denominaciones, son acciones judiciales por parte del Ministerio Público (MP) que se sucedieron en medio del proceso electoral y apenas realizada la primera vuelta, empezando por una repentina suspensión del Movimiento Semilla el 12 de julio y pedidos judiciales a que no se declarara oficial el resultado de la primera ronda electoral. Las descaradas maniobras proscriptivas desataron fuertes movilizaciones y protestas exigiendo que respete el resultado, que solo sirvieron para catapultar a Arévalo a su triunfo en el balotaje.

Un continuo accionar por parte de las caras visibles del MP, con continuos allanamientos al Tribunal Supremo Electoral (TSE), llegando al “secuestro” de actas y de urnas, sobre las que solo tiene potestad el propio TSE, Tal como sucedió el pasado 29 y 30 de septiembre. La tentativa, bajo el pretexto de irregularidades del proceso electoral, sería invalidar los comicios recién realizados, generado la nueva ola de protestas en todo el país.

Arévalo llama a la calma mientras el pueblo expresa su rabia en las calles

Ante la irritación de las calles y las crecientes protestas, Bernardo Arévalo llama a la calma, pidió, en conferencia de prensa, que las autoridades correspondientes “favorezcan el diálogo y no la acción violenta” para resolver la situación de bloqueos: “Invitamos al gobierno y a las fuerzas públicas a buscar siempre y en todo momento los medios pacíficos de diálogo para alcanzar esos desbloqueos respetando el derecho pacífico a manifestar y la integridad de las y los manifestantes”, manifestó.

Estas declaraciones las realizaba luego de un viaje a Estados Unidos el 3 de octubre, donde se reunió con varios asesores del presidente Joe Biden, en Washington, más un encuentro con el asesor de Seguridad Nacional del Gobierno estadounidense, Jake Sullivan, y el asesor para Latinoamérica, Juan González, entre otros, informó la Casa Blanca en un comunicado. Durante la reunión, los funcionarios estadounidenses “expresaron el apoyo del gobierno de Estados Unidos al presidente electo Arévalo”, de acuerdo al comunicado de prensa. Esto está en consonancia con el plan de Arévalo de buscar el consenso con Washington y darle continuidad a esa subordinación al imperialismo estadounidense que ha tenido históricamente Guatemala, papel que venía cumpliendo la vieja derecha pero que ya no le es muy funcional, al menos por ahora, a EE. UU.

Durante la campaña presidencial, Arévalo declaraba que de llegar a la presidencia su tarea central sería recuperar la institucionalidad: “pensamos que lo primero es recuperar la confianza en las instituciones. Y segundo, la reconstrucción institucional”. Ha sostenido que gobernará con los empresarios. El apoyo del imperialismo estadounidense y el europeo, es porque consideran que es un político que puede contener la crispación y la rabia del movimiento de masas, hartos de las élites que han venido gobernando el país. No es la cuestión democrática, como muestran en otros países, son sus intereses, donde una Guatemala cundida por la irrupción les hace temer olas de migración. Arévalo es el gobernante de la contención.

A la nueva arremetida de la derecha y de los poderes fácticos se les derrota con la movilización

Pero a esta nueva movida de la derecha y a los empresarios se les derrota en las calles, no con llamados a la calma, como pretende Arévalo. El pueblo trabajador, los campesinos, indígenas, la juventud, tienen el derecho a defender que se respete el sufragio electoral y la asunción de Arévalo, pero sin ninguna confianza en el presidente electo.

Por eso, a pesar de las expectativas de cambio y el genuino hartazgo social y político en la derecha conservadora, políticos corruptos y las grandes patronales, que ha capitalizado Bernardo Arévalo, la clase trabajadora y los sectores populares deben mantener la movilización, luchar por sus derechos y organizarse políticamente en forma independiente. Potenciar las acciones de calle y no los cantos de llamados a la calma y diálogo del Movimiento Semilla.

Pero para eso hay que organizarse y llamar a la unidad de trabajadores, campesinos, indígenas, sindicatos, y movimientos sociales, de mujeres y la comunidad sexogénero diversa, de organizaciones sociales y territoriales, etc., por lo que hoy se movilizan y por el conjunto de sus demandas, confiando únicamente en sus fuerzas.

Es hora de salir a luchar, además del derecho democrático a que se respete el voto popular, por una salida a las demandas contra la corrupción e impunidad del régimen y sus instituciones; para resolver la carestía de la vida, la explotación laboral, el derecho a la vivienda, los derechos de las mujeres y la comunidad lgbt, el derecho al agua, la explotación minera que depreda el medio ambiente, los plenos derechos de los pueblos originarios, la tierra para los campesinos; contra las transnacionales que roban las riquezas, y la política imperialista, así como la pérdida de los derechos democráticos para la gran mayoría de la población.

En las actuales movilizaciones es urgente impulsar ampliamente asambleas y comités de lucha, desarrollando la auto-organización democrática de base para defender todos los derechos elementales y conquistar las demandas planteadas, en una clara perspectiva independiente.