Según la Dirección General de Relaciones Económicas (DIRECON), las exportaciones chilenas más afectadas son el litio, el cobre y la madera como celulosa, productos esenciales para la industria China, que se han visto gravados con una tasa del 25%, debido a la guerra comercial de EEUU con China. ¿Cómo salvar la economía?
Domingo 23 de junio de 2019
La promesa de los Tiempos Mejores va en caída libre
Cuando todo parece estar mal para el gobierno de Piñera, con su peor nivel de aprobación de apenas un 31% y más de 55% de rechazo según la ultima la CADEM, la situación puede simplemente estar peor y así lo auguran las turbulencias de la economía.
La promesa de los “Tiempos Mejores” va en caída libre, "se siente en el aire", inclusive la percepción popular lo intuye. Según la misma encuesta, un 73% de la población considera que la economía está estancada. No se equivocan, los niveles de crecimiento no pasan el 3%. Pero lo que más llama la atención son las proyecciones que hay a nivel general dentro de la economía, donde la fórmula noventista basada en el esquema neoliberal de las privatizaciones y el boom de los commodities son cosas agotadas. Al contrario, con el gobierno de los gerentes solo se ha permitido el cierre de empresas, el anuncio de recortes, despidos en CODELCO y reformas antipopulares que vienen a cercenar derechos a favor del empresariado.
Guerra Comercial: ¿Huawei, litio y el cobre? Los dolores de cabeza de Sebastián Piñera
El presidente, que ha pretendido ser el paladín de la economía, hoy tiene un gran problema. Mientras políticamente actúa como vocero de EE.UU en la región junto a los demás gobiernos de derecha, poniéndose a la cabeza de las maniobras intervencionistas sobre Venezuela, la guerra comercial le explota en la cara siendo Chile el principal socio comercial de China en el Latinoamérica, con una economía basada en la exportación de materias primas al gigante asiático.
Después de dos décadas de crecimiento neoliberal de una economía globalizada, basada en una nueva división del trabajo mundial, trasladando las industrias de los países centrales a la periferia para abaratar costos, y creando una economía latinoamericana fuertemente dependiente del mercado mundial, basada en la exportación de materias primas, hoy el esquema empieza a quebrarse, nuevamente.
Tras años de acumular una balanza comercial desfavorable, producto de la deslocalización de su propia industria, las políticas soberanistas Norteamericanas lideradas por Donald Trump buscan renegociar los tratados económicos a favor de la economía yanqui, abriendo grietas en toda la estructura.
La Guerra Comercial, que escala entre EE.UU y China, tiene uno de sus centros en latinoamerica. Mientras ambas economías aumentan sus aranceles, EE.UU lanzó la política de Lista Negra sobre ciertas marcas que consideraban que actuaban por fuera de la “libre competencia”, como lo fue el caso de Huawei, que por su enorme expansión hoy está compitiendo con la industria norteamericana de APPLE y que empujo a la Google a romper relaciones con dicha compañía y así boicotear las aplicaciones, generando un problema en los millones de usuarios que posee Huawei en la región.
Hoy los coletazos empiezan a golpear los pilares estructurales de la dependiente economía Chilena, cuyo fuerte es la exportación del Cobre, el Litio y la Celulosa (madera), productos esenciales en la industria China que se utilizan para fabricar productos que han sido encarecidos por la política arancelaria norteamericana con una tasa del 25%. Siendo así, Piñera y la clase dominante tiene un gran dilema ¿Cómo salvar su economía?
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Piñera quiere que los trabajadores paguen los costos de la guerra comercial
Tanto para la Derecha, como para toda la clase empresarial Chilena, recomponer la economía significa preparar un gran ataque sobre las masas. La receta del FMI en el mundo es preparar reformas estructurales a favor de los mercados instalando: reformas previsionales que salvan el negocio financiero de las AFP; reformas laborales que cercenan los derechos de los trabajadores y crean mano de obra barata para explotar; y reformas económicas que disminuyen los impuestos a las grandes empresas y aumentan los gravados a la población trabajadora.
La receta de Piñera busca reprimir a la juventud, a los mineros de Chuquicamata y aplastar la educación pública y con esto al conjunto de trabajadoras y trabajadores de la educación. Finalmente la derecha pretende quebrar cualquier tipo de oposición en las calles, para poder pasar las reformas antipopulares.
Por su parte, el Frente Amplio y el Partido Comunista ponen su confianza en la vía parlamentaria, la exigencia es que puedan poner sus tribunas para: 1.- Preparar un plan de lucha nacional para que no seamos los trabajadores y el pueblo los que paguen los costos del crecimiento, que siempre alcanza para unos pocos. 2.- nacionalizar y terminar con la fuga de todos los recursos naturales, y 3.- Que todas las empresas estratégicas, pasen al servicio de las verdaderas necesidades del pueblo trabajador se vuelve la única salida realista frente a la rapiña imperialista.
Para esto falta una alternativa política de las y los trabajadores, las mujeres y la juventud que se plantee de frente que la crisis la paguen los capitalistas. En esa perspectiva en Valparaíso se avanza a la legalización del Partido de Trabajadores Revolucionarios, en el marco que en el norte del país profesores, estudiantes, ferroviarios y trabajadores de la industria irrumpieron en una asamblea minería con el llamado a levantar la unidad de las luchas contra las reformas de la derecha.