Tras intensas lluvias del fin de semana provocadas por la tormenta tropical Trudy, en Guerrero se declaró “estado de emergencia” en 36 municipios. Se declararon hasta hora 6 muertos. Mientras tanto, fuerzas federales ocupan 13 municipios de la entidad, cuyas autoridades son sospechosas de estar coludidas con el narco.
Martes 21 de octubre de 2014
El estado de Guerrero, uno de los más pobres del país, se convulsiona ahora con la desaparición de 43 estudiantes normalistas y la devastación y muerte que los desastres naturales dejan a su paso. El gobierno responde mandando militares a las calles, manteniendo fuera de su agenda la prevención de desastres naturales e intimidando a quien osara denunciarlo como responsable.
La desidia del gobernador Ángel Aguirre
En septiembre del 2013, mientras la Policía Federal reprimía al Plantón Nacional Magisterial de la CNTE en el Zócalo, los huracanes Ingrid y Manuel devastaron el Estado de Guerrero. Mientras ocurría esto, el gobernador estaba de fiesta. Estos huracanes dejaron más de 100 muertos y a la fecha las tareas de reconstrucción no llegan ni al 50%.
Ahora, la tormenta tropical Trudy suma ya seis muertos, cinco de ellos Guerrero y uno en el Estado de México, 6 comunidades se encuentran incomunicadas y hasta el domingo por la tarde se reportaban más de 200 deslaves en los caminos y carreteras guerrerenses.
Como siempre, los más afectados por los desastres naturales son los sectores populares, librados a su suerte por los gobernantes de turno.
Frente al descontento Peña Nieto impone más militarización
Enmarcado en la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, desde la capital del país se enviaron fuerzas federales a 13 municipios de la entidad, en donde los policías municipales fueron desarmados y el gobierno federal “asumió la seguridad”.
Desde este fin de semana el ejército aumentó su presencia, patrullando las calles y caminos secundarios del estado sureño de Guerrero. Esto en medio de las protestas más intensas que ha enfrentado el gobierno de Peña Nieto en sus casi dos años gobierno y tras la aprobación de 11 reformas estructurales.
En conferencia de prensa Jesús Murillo Karam, Procurador General de la República dijo: “Para el propósito de recuperar la seguridad y tranquilidad, el gobierno de la República, en el marco de sus atribuciones y en acuerdo con las autoridades estatales, implementó una operación específica en dichas zonas”.
La autoridad asevera que será la Policía Federal, apoyada por el Ejército Mexicano, la que se encargará desde ahora del control militar en estos territorios. Mientras tanto los agentes de seguridad de estos municipios fueron trasladados a la VI Región Militar en Tlaxcala, en donde se les practicarán exámenes de confianza.
El domingo 19 de octubre por la mañana, entraron las fuerzas federales a los municipios Arcelia, Ciudad Altamirano, San Miguel Totolapan, Coyuca de Catalán, Zirándaro y Tlapehuala. Todos estos municipios colindan con Michoacán y el Estado de México, una de las regiones más disputadas entre cárteles del narcotráfico, la cual ha sido desolada por la violencia desde hace años.
El gobierno ha justificado la entrada de las fuerzas armadas con la promesa de tranquilidad y seguridad. Son esas fuerzas las que perpetraron la masacre de Tlatlaya, en el Estado de México. Son esas fuerzas las que pretenden ahogar la justa indignación en Guerrero por la desaparición de los 43 jóvenes que estudiaban para ser maestros.
La indignación recorre el país
La indignación popular en Guerrero y el país entero cada vez se siente más. Las movilizaciones siguen y las acciones de lucha continúan. El pasado viernes 17 de octubre, más de 50 mil personas marcharon por las calles de Acapulco, exigiendo la aparición con vida de los 43 normalistas víctimas de desaparición forzada. A la cabeza de la movilización iban sus familiares y sus compañeros de la Normal Rural “Isidro Burgos”.
Sacuden las palabras de un estudiante normalista entrevistado por el periódico La Jornada: ‘‘Si son capaces de sentir el mismo dolor que sentimos, los consideraremos hermanos. Hermanos que comprenden nuestra lucha y que comprenden que, en México, gobierno y narcotraficantes vienen siendo lo mismo’’.
#43ConVida
En la mañana del 20 de octubre, informa La Jornada un grupo de jóvenes, hartos de que el gobierno no responda por la desaparición de los estudiantes normalistas, incenció las oficinas del programa social del gobernador Ángel Aguirre “Guerrero cumple”.
En Toluca, capital del Estado de México, estudiantes normalistas tomaron las casetas de las autopistas México-Toluca y Atlacomulco-Toluca, en solidaridad con sus compañeros de Ayotzinapa.
En Ciudad Juárez, más de 700 estudiantes bloquearon el paso del puente internacional de Córdoba, que une la ciudad norteña con El Paso, Texas. Se multiplican las marchas, los mítines, las protestas, en Guerrero y en todo el país. El reclamo que los une: “¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!”.