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Red Internacional
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POLÍTICA OPINIÓN. Guillier deja dudas sobre el CAE en último debate ARCHI

Aseveraciones desmentidas, inseguridades y confusión han sido la tónica en el tema del CAE con el candidato de la ex Nueva Mayoría.

Sábado 9 de diciembre de 2017

En el último debate ARCHI, el abanderado de Fuerza de Mayoría dejó abiertas varias dudas respecto de puntos de su programa, evidenciando las primeras contradicciones entre sus propuestas de democratización social sin tocar las ganancias de los grandes empresarios y bancos.

Puntualmente sobre la condonación del CAE, dijo que sería “para siempre” si el deudor se encuentra dentro del 40% más vulnerable. Que el estado se haría cargo. Sin embargo más tarde sus palabras fueron desmentidas por Osvaldo Rosales, coordinador programático de Guillier, quien señaló que sólo si la persona se mantenía dentro de ese 40% se sostendría la condonación, y al momento del empleo, se descontará hasta el 10% de los ingresos.

Esta es la primera de sus propuestas que se enfrenta públicamente con el límite del financiamiento que ni siquiera se cuestiona (menos se propone) tocar la propiedad privada, como la del cobre y, por supuesto, cuidando que los grupos del poder económico tengan garantizadas sus ganancias. Como siempre es el estudiante y trabajador quien sostiene el peso de un sistema en el que una carrera universitaria cuesta lo mismo o más que el sueldo mínimo que se recibe por trabajar un mes completo.

La condonación del CAE, en particular, es una propuesta que Guillier toma para dialogar con el Frente Amplio y sus votantes, no para solucionar el problema estructural del financiamiento de la educación. De hecho retrocede en la gratuidad, mientras Bachelet hablaba de cupos de financiamiento para toda la matrícula del porcentaje más vulnerable, Guillier solo lo proyecta para un 70% de las personas categorizadas en esta franja.

Los derechos de los trabajadores no pueden ser asegurados por los partidos tradicionales del régimen (ya sea a su derecha o hacia su izquierda), porque ya no son una herramienta política para nuestra clase y sí lo son para los grandes empresarios dueños de todo el país. No pueden ser asegurados porque la única manera de conseguirlos es atacando la propiedad privada y las ganancias de aquellos que nos explotan, y como lo dice la historia, si los conseguimos será arrebatándolos tras largas luchas.

Alejandro Guillier no representa una salida a los problemas del pueblo pobre y oprimido, más bien hoy es un obstáculo y un límite, incluso para reivindicaciones democráticas mínimas como la condonación del CAE.