El “sufrido” dueño del complejo donde son brutalmente discriminadas las empleadas domésticas, se quejó porque ahora solo es multimillonario. Reveló que en Nordelta entra a trabajar una empleada por cada 4 habitantes. Defendió el acuerdo con el FMI y pidió que el próximo gobierno continúe el camino del ajuste.
Cecilia Rodríguez @cecilia.laura.r
Jueves 22 de noviembre de 2018 00:00
Eduardo Costantini es el presidente de Nordelta Empresa, la compañía detrás del paraíso de 1700 hectáreas preparadas especialmente para que vivan los ricos, los famosos y también algunos narcos… Él, por supuesto, niega que se trate de un “barrio cerrado” y lo llama en cambio “ciudad pueblo”, aunque admite que solo hay “tres o cuatro entradas” y ninguna línea de transporte público.
El complejo de lujo, anclado en el corazón del delta del Paraná, estuvo en los titulares y los canales de televisión durante la última semana porque las empleadas domésticas que allí trabajan se rebelaron contra la brutal discriminación de clase que sufren todos los días.
El caso se viralizó a partir de una serie de notas publicadas en La Izquierda Diario. Allí las trabajadoras denunciaron que la empresa privada de transporte, MaryGo, se negaba a trasladarlas por pedido explícito de los propietarios –o sea, sus patrones. El argumento: que huelen mal, que hablan mucho e incluso lo hacen en guaraní. Es la cheta de Nordelta reloaded.
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En diálogo con Jairo Straccia, para el programa Fuera de agenda, Costantini intentó separarse de la denuncia. Dijo que “no comparte nada con esa gente” –salvo que son sus vecinos y clientes, claro está- y que “me parece un disparate”. No se sabe qué cosa le parece un disparate porque no explicó. Acto seguido pasó a hacer propaganda del complejo.
Prometió que en un tiempo habría transporte público, indicó que los niveles de inseguridad son menores que en cualquier otro lugar (y claro, si no puede entrar en bondi ni la empleada doméstica) y contabilizó unas 450 casas construyéndose al momento en la “ciudad pueblo”.
En medio de esta propaganda, el empresario reveló que para atender las necesidades de los 40 mil habitantes entran diariamente 10 mil trabajadoras y trabajadores desde el conurbano. O sea, la friolera de una empleada cada 4 personas. No extraña entonces que Costantini opine que para sacar el país adelante “hay que trabajar más”, ni que se queje de que “se dan feriados por todos lados”. Claro, no vaya a ser que las señoras y señores de Nordelta se tengan que lavar los platos solos ni un día.
Por otra parte, indicó que en Nordelta “la crisis se siente más leve que en otros lugares, pero se siente” y se quejó porque “muchos dejamos de ser billonarios”. El hombre, condenado por manipular el precio de las acciones de Consultatio S.A. en el año 2008, indicó que el patrimonio que figura en la revista Forbes, de 1.2 mil millones de dólares, “es cierto”. Pero se ubicó a la vez como una víctima más de la crisis económica: “no nos olvidemos que ha habido una enorme pérdida patrimonial” con la devaluación, “las acciones ahora valen el 30% de lo que valían”. O sea que pasó de billonario a multimillonario. Pobrecito. Así no se puede vivir.
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Si bien muchos medios prefirieron destacar las críticas de Costantini a la situación económica, lo cierto es que halagó la política central del gobierno macrista. Dijo que “el lío financiero ya pasó” y que en el marco de la crisis “hay algunos efectos positivos” como que “volvimos a tener superávit comercial” y que “tenemos el apoyo del Fondo (Monetario Internacional). Entonces ahora la Argentina, con una política monetaria más ordenada y una política fiscal más disciplinada tiene una oportunidad de convencer al sector privado de que se le puede prestar a la Argentina de cara al 2020, donde vamos a necesitar 30 mil millones de dólares para pagar la deuda”.
Afirmó que “la Argentina va a tener que hacer los deberes” y atacar “problemas estructurales enormes” como “la carga impositiva muy grande (o sea, pidió menos impuestos para los ricos) y un sector publico gigante” (o sea, pidió más despidos en el Estado).
Consultado sobre qué le parecería una candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, afirmó “me gustaría escuchar que haría ella hacia adelante, hay un tema que es muy central que es que actitud va a tomar frente al FMI y la deuda externa. Yo no creo que quiera patear el tablero ni dejar de pagar la deuda, porque la persona que le toque ser presidente va a tener que gobernar 4 años. Hay que escuchar y leer entre líneas lo que dicen los candidatos”.
Para finalizar la entrevista, le preguntaron cómo vive personalmente la crisis económica y ahí Costantini volvió a hacer un intento de mostrarse sufrido: “Cuando ocurren estas crisis hay un trauma fuerte en mis empresas, y bueno, aparte uno vive de proyectos, de ilusiones, de trabajos que ya comenzaron y cuando viene la crisis uno tiene que armarse psicológicamente para enfrentar eso. Yo necesito el tiempo para adecuarme psicológicamente a un cambio violento de situación, y bueno, hay que tener coraje en todo sentido”. Conmovedor.
Cecilia Rodríguez
Militante del PTS-Frente de Izquierda. Escritora y parte del staff de La Izquierda Diario desde su fundación. Es autora de la novela "El triángulo" (El salmón, 2018) y de Los cuentos de la abuela loba (Hexágono, 2020)