Salud Pública. ¿Habrá retroceso en el presupuesto a la salud?

El gobierno de la 4T afirmó que después de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, su administración logró remontar el problema, que se registra crecimiento económico y que no se tiene problemas presupuestales.

Recordemos que la crisis económica y en el sector salud golpeó duramente a la población durante la pandemia, pero antes que esta se diera, ya se presentaba una aguda crisis en clínicas y hospitales. La pandemia demostró el abandono y vaciamiento que había en la salud pública de México y los bajos recursos que se le otorgaban para su funcionamiento.

En días pasados se dio a conocer el proyecto de presupuesto para el 2024 y se observa que en salud será menor en un 55 por ciento, por lo que, si esto se confirma, no se harán esperar las repercusiones, pues la realidad indica que, si con el presupuesto actual ya contamos con un servicio muy deficiente, con esta drástica reducción, rápidamente se verá, en los hechos, que no contamos con un sistema de salud de primera como lo indica el gobierno de la 4T.

Ya hoy, las carencias en este sector son muy evidentes, y si el presupuesto se reduce, en los próximos años será un problema de vida o muerte para la población.

Pero, en verdad, la reducción al presupuesto en salud es aplicada año tras año, por ejemplo, un informe del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) evaluó el comportamiento del sistema de salud pública de México con hallazgos preocupantes: el presupuesto continúa siendo insuficiente para cumplir con la demanda social, pues entre en el 2010 y 2022 apenas se asignó un aumento de entre el 2.5 y el 2.9%, menos de la mitad del porcentaje recomendado a nivel internacional. Y aunque se habría hablado de un incremento del 14.6 para el 2022, en la actualidad, lo cierto es que el porcentaje se acerca solo al 3 por ciento.

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El desmantelamiento de los sistemas de salud no fue generado por este gobierno, es cierto, sabemos bien que viene de décadas atrás, con cada gobierno en turno y la aplicación de políticas neoliberales que han generado esta crisis en beneficio del sector privado, afectando a las y los trabajadores de la salud y a la población en general.

Pero hoy, a 5 años del gobierno de AMLO, todas las familias trabajadoras saben que por no esperar semanas para obtener una cita en el IMSS o el ISSSTE, o por no padecer largas y angustiantes horas en las salas de urgencias cuando surge algún problema de salud en el hogar que no puede esperar, recurrimos a alguna de las cadenas "económicas" de atención médica o a doctor@s que brindan atención particular en nuestras colonias. Pero hay una realidad aun peor, que es la de las familias que ni siquiera tienen seguro.
En este sentido, las declaraciones del gobierno sobre que contamos con una salud de primer nivel, no son ciertas para la vida de la clase trabajadora, y aún menos ciertas en el caso de los más pobres que son las grandes mayorías.

Lamentablemente, solo es un discurso, que a estas alturas ya genera indignación, pues lo que vivimos actualmente en el país es lo contrario, porque millones de familias de la clase trabajadora no alcanzamos a llegar a la quincena con el ingreso que percibimos, que de acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) el salario mínimo en nuestro país es de $207,44 diarios, los ingresos de las mayorías son de 3, 111.60 pesos quincenales en promedio, y todos sabemos que esto no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de la vida mientras existen precios a la alza, rentas cada vez más altas, desempleo y carencias en salud, educación y vivienda.

Pero, si fuera como indica el gobierno, ¿porque año tras año desde que inició el sexenio vemos como salen a luchar por sus derechos l@s enfermer@s, el personal y l@s médic@s?

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Lo innegable es que la salud se está convirtiendo en un privilegio para quienes cuentan con los recursos económicos para pagar y atenderse en el sector privado, mientras a la salud pública a la que accedemos la gran mayoría de la población, no se le invierten los recursos suficientes ni se contrata el personal necesario, mientras las empresas privadas lucran aprovechándose de la necesidad de la población transformándola en un negocio.

Por esta razón, es que vemos urgente que los recursos del erario público se destinen al sector salud y a la educación, en lugar de destinarlos de forma exorbitante a los megaproyectos con los que se enriquecerá el sector turístico, o a la militarización del país que cada año deja más muertos y la violencia del narco sigue escalando en los estados, o a la deuda externa que ningún trabajador ha generado ni se ha beneficiado.
La salud es una necesidad de primer orden para que un pueblo pueda salir adelante y no puede suplirse con encendidos discursos.

Debemos luchar por una salud verdaderamente de primer nivel para quienes movemos realmente al país, y con los y las trabajadoras del sector al frente unidos con todos los sectores de trabajadores que requerimos de ella, podremos conquistarlo.