Ante la crisis sanitaria que el virus COVID 19 está provocando en los centros de salud públicos, empresas privadas responden siguiendo las reglas del mercado, sin importarles nuestra vida.
Miércoles 11 de marzo de 2020
Hospitales privados del grupo HM ya ofrecen pruebas para diagnosticar el coronavirus por 300 euros, unas diez veces más de lo que cuesta el test. También varios laboratorios privados ofertan estas pruebas a domicilio porun “módico” precio de 165 euros.
Ya veíamos hace unas semanas que mascarillas o geles desinfectantes aumentan sus precios sin control mientras se producían desabastecimientos en centros de salud y hospitales. Ahora estos guardan los materiales bajo llave, lo que afecta al buen funcionamiento del servicio, además de poner en riego a los profesionales y personal sanitario.
Está situación extraordinaria no hace más que reflejar lo que supone la privatización de la sanidad pública. En España el 57% de los centros hospitalarios son privados y ante esta crisis muchos de ellos se dedican a evadir responsabilidades y derivar a sus pacientes a la sanidad pública. También los seguros privados declaran no cubrir el virus por considerarlo una pandemia.
Lo que está claro aquí es que se está poniendo en riesgo es la salud de los más vulnerables, tanto de aquellos trabajadores que se exponen día a día a la enfermedad como de aquellos grupos de riesgo que debido al colapso de los hospitales ven peligrar su salud. Es necesaria una gestión pública y bajo control de personal sanitario de los recursos sanitarios privados para poner en marcha una solución real que no deje a la mayoría de la población a expensas de las decisiones interesadas de los grandes propietarios de laboratorios o clínicas privadas. Nuestra salud no es un negocio, nuestras vidas valen más que sus ganancias.
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