Megaproyectos. Hallazgos arqueológicos obligan a cambiar ruta del Tren Maya

El megaproyecto impulsado por el gobierno de AMLO ya está en construcción a pesar del impacto ambiental y sociocultural en las regiones por donde pasa. Las obras actuales consisten en la construcción de los primeros cuatro tramos, el mejoramiento de la vía y modernización de estaciones preexistentes.

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Hace unos días, durante las obras de construcción del segundo tramo ubicado entre Escárcega y Calkiní, Campeche, se descubrió un espacio prehispánico que contenía dos altares, un monolito con la forma de un caparazón de tortuga y también una cabeza trabajada en roca.

María de Lourdes Toscano, comisionada de Salvamiento Arqueológico del Tren Maya, aseguró que la ubicación de los monumentos implicó incrementar de 175 a 300 kilómetros la ruta del Tren en los estados de Yucatán y Campeche para cuidar los vestigios, o sea, un mayor impacto ambiental para ambos estados.

No ha sido el único hallazgo

Durante la construcción de dicho proyecto se han encontrado muchos objetos e inmuebles principalmente mayas. De hecho, a inicios de este mes, El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) reportó 16 mil hallazgos arqueológicos que, según el INAH significan un adelanto de alrededor de 100 años. Ahora, tan sólo unos días después del informe del Fonatur, se ha declarado que a lo largo de los mil 500 kilómetro de ruta se han descubierto 18 mil 424 monumentos cronológicamente ubicados antes de la llegada de los españoles.

Tan sólo en el primer tramo se encontraron más de 2 mil vestigios (obsidiana y cerámica del centro de México y piedra verde cuto origen podría ser de Guatemala) en las excavaciones del área de Panjalé. Al sur de Campeche localizaron dos ciudades mayas, las cuales agrupan por lo menos 91 estructuras que, por su morfología y distribución corresponden a edificaciones prehispánicas de tipo monumental.

En el tercer tramo, de Calkiní a Izamal se han descubierto 6 mil 736 monumentos.

Otra razón para no continuar con el Tren

Desde que López Obrador presentó la idea de un tren turístico para “mejorar la calidad de vida de las personas, cuidar el ambiente y detonar el desarrollo sustentable” (según la página oficial de dicho proyecto) se ha advertido que hará más mal que bien. El presidente ha defendido a capa y espada la construcción ignorando las críticas y acusaciones de lo devastador que puede ser.

Por ejemplo, están las afectaciones negativas en 10 Áreas Naturales protegidas, la destrucción de 1,288 sitios arqueológicos sin reparación alguna, la vulnerabilidad de derechos de 146,000 indígenas; además del implemento de trabajos precarios y temporales.

También, la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México aseguró que el Tren Maya provocará afectaciones a la fauna silvestre, pondrá en peligro hasta 18 especies como el puma, el mono aullador, el tlacuache y muchos otros en peligro de extinción.

Además, aumentará la emisión de gases contaminantes, provocará afectaciones a la vegetación y a los cuerpos de agua como cenotes en Yucatán.

Es impresionante que se hayan descubierto tantos vestigios en el proceso de construcción, esto mismo se suma a la enorme lista para cancelar el proyecto antes de que sea demasiado tarde. La respuesta no es simplemente desviar las vías.

Para el 2022 se prevé que habrá un aumento del 67.2% (62,942,1 millones de pesos) del monto asignado durante el 2021 para la continuación de la construcción. Se perfila como la obra de movilidad de mayor gasto para el próximo año.

Con ese dinero, se podrían construir espacios recreativos, culturales y artísticos para todas y todos; podría aumentar el bajísimo presupuesto que ahora cuenta todo el sector cultural, o destinarse a la educación, para que el regreso a clases sea realmente seguro. Podría recuperarse la línea 12 del metro, reconstruir las primarias y secundarias dañadas por el sismo del 2017 o destinarse al sector salud, que tanto ha sido atacado por la crisis sanitaria.

La 4T ha demostrado el poco interés por el pueblo trabajador y las necesidades estructurales que nos rodean. Se ha encargado de construir trenes, refinerías y cuerpos represivos como la Guardia Nacional, encargada de proteger la propiedad privada, los intereses y las ganancias de los capitalistas y del gobierno; en vez de responder a las demandas básicas de las y los trabajadores, de la juventud, de las mujeres.

¡Exigimos el alto a la construcción de proyectos ecocidas, mayor aumento a la cultura, para la conservación de los vestigios arqueológicos que arrasa el Tren Maya y desfinanciamiento de la Guardia Nacional!