16 trabajadores muertos en lo que va del año por malas condiciones laborales. Frente al silencio del gobierno y las empresas, trabajadores y estudiantes debemos organizarnos para dar respuestas a nuestras demandas.
Martes 20 de septiembre de 2016
Por Lorena Gjik, Estudiante de Música de la Universidad de Antofagasta
En lo que va del año hemos visto cómo se ha ingresado el proyecto de ley de la reforma educacional, que fortalece aún más el sistema de financiamiento mixto - que sabemos - es una máscara para fortalecer a los privados de la educación. También hemos visto cómo se retrocede en la legislación de la reforma laboral, cómo debilita a las organizaciones sindicales, cooptando su libertad, permitiendo que personas no participes de los sindicatos reciban los beneficios, prohibiendo la médula de los métodos históricos de lucha de los trabajadores, alentando y permitiendo que trabajadores ingresen a sus fábricas en días de huelga y prohibiendo que se tomen acciones de parte de los sindicatos para realmente salir a actuar con un solo puño en la conquista de sus derechos. Y qué decir de los trabajadores contratistas que se verán sin derecho a huelga, por una legalización de una práctica sindical por parte de este proyecto que es desvincular a los contratistas cuando estén movilizados.
Al mismo tiempo que vemos pasar esta miserable reforma laboral, en lo que va del año nos han quitado a 16 compañeros, que han muerto a causa de las malas condiciones de trabajo, de los bajos presupuestos dedicados a cuidar la vida y salud de los trabajadores. La muerte de estos compañeros no era algo que tenía que pasar, es algo que sucedió a causa de las gestiones empresariales dedicada a proteger única y exclusivamente los intereses patronales por sobre las vidas de las y los trabajadores.
El jueves pasado en Antofagasta, nos hicimos parte de la despedida del compañero caído Miguel Araya, trabajador de Orica fallecido en una explosión en su planta de trabajo. Con todo lo dicho anteriormente este hecho nos toca en profundidad, ya que como estudiantes e hijos, o compañeros, vivimos a diario la incertidumbre de que algún compañero que sube a exponer todos los días su vida, no vuelva a causa de algún accidente como este, más de alguno habrá sentido esta presión en el pecho por su familia. Lo más terrible de toda esta situación es que se enmarca dentro de cientos de accidentes laborales anuales, y aunque las tasas de accidentes dicen bajar, y el gobierno promete mejoras, no es suficiente. El año pasado fueron 12 accidentes con resultado de muerte y el 2013 se llegó a la dura cifra de 223 fallecidos.
Más allá de lo sorprendente de la cifra, no podemos mirar estas pérdidas como simples números, son trabajadores que dan toda una vida para enriquecer los bolsillos de los patrones y que hoy no tienen ninguna garantía de sus seguridad, cada día se enfrentan a sueldos precarios, malas condiciones de trabajo, con ello falta de implementación, acoso laboral, enfermedades ocasionadas por la fatiga y el desgaste. Hace falta repetir que en este marco de muerte y de precariedad la Nueva Mayoría, con Bárbara Figueroa dirigiendo la CUT, hace concesiones con las empresas para dejar sin derecho a huelga a los contratistas y para debilitar la organización sindical.
¿Cuál es nuestro rol como estudiantes?
Cada año como movimiento estudiantil damos la lucha por una educación gratuita y de calidad y cada año nos prometen cosas que no se cumplen. Lo mismo sucede con los trabajadores. Es por esto que es necesario que nos ayudemos entre nosotros mismos, que recordemos que muchos somos hijos de familias obreras y que también vivimos el sistema laboral con los trabajos precarizados, sobre todo cuando llega el momento de pagar nuestros estudios.
Sin embargo, estos no son hechos aislados, ya que tanto la precarización laboral como la educación de mercado son herencias de la dictadura cívico-militar, herencia que nos golpea día a día con la reforma laboral, los derechos sindicales, la penalización del aborto, las pensiones de hambre, a lo que se suman los fatales accidentes vividos en este último tiempo. No podemos seguir permitiendo que estos accidentes pasen y sean cargados hacia los trabajadores, porque si hoy fue Miguel, mañana seremos nosotros o algún amigo, padre, madre que conozcamos. Frente al actuar de la empresa, al querer responsabilizar a los trabajadores por su propia muerte, obreros y estudiantes debemos salir unidos a denunciar que es la empresa la única culpable de sus muertes, al recortar gastos en implementos de seguridad y por el constante miedo que se vive hoy en día frente a la masiva ola de despidos.
Como estudiantes debemos organizarnos y ayudar a que los trabajadores también lo hagan, la unidad es la única respuesta en contra de estos ataques, ya que hemos visto cómo las direcciones de la Nueva Mayoría nos han traicionado continuamente. Tenemos el ejemplo de Camila Vallejos durante el 2011 y de Bárbara Figueroa, que por segunda vez lidera a la CUT, ambas militantes del Partido Comunista. Y lo más probable es que los sigamos viendo si no somos nosotros quienes impongamos nuestras demandas, porque su estrategia para pelear nuestros derechos nunca ha sido ir por todo, siempre ha sido por lo posible dentro de lo que los empresarios dictaminen como real, haciendo concesiones, pactos y cohesiones por arriba.
Cada día se hace más necesario que la clase trabajadora se una a la lucha estudiantil y viceversa, para luchar en contra de esta reforma laboral que ofrece medidas antisindicales a los trabajadores, para luchar en contra de la educación de mercado, contra las AFP y el actual sistema de salud, que también cargan sus muertos por las bajas pensiones y las deudas de implementación al sistema de salud pública.