El ministro de Economía en estas semanas se está reuniendo con la misión del Fondo Monetario Internacional para acordar un Programa de Facilidades Extendidas. ¿Giro hacia la ortodoxia “pro mercado” o continuidad de una estrategia de priorización del pago de la deuda externa?
Lucía Ortega @OrtegaLu_
Jueves 12 de noviembre de 2020 11:55
💸 EL EMPLEADO DEL MES DEL FMI | ¿hay un GIRO ORTODOXO de MARTÍN GUZMÁN? - YouTube
Últimamente se viene hablando mucho sobre si hay o no un giro "pro mercado" del ministro de Economía, o mejor dicho, de la orientación económica del gobierno de Fernández.
En estas semanas Martín Guzmán se estará reuniendo con la misión del Fondo Monetario Internacional para acordar un Programa de Facilidades Extendidas, según adelantaron ambas partes. ¿Se trata de efectivamente de una muestra más del giro ortodoxo, “pro mercado”, que se suma al festival de bonos para contener el dólar, la rebaja de retenciones, la suba de tarifas y el impulso de un Presupuesto de ajuste?
¿O estas negociaciones con el FMI son parte de la estrategia con la cual Guzmán asumió su cargo en diciembre y que tenía como norte principal la renegociación y el pago de la deuda?
Los límites entre la “heterodoxia” y la “ortodoxia” en la economía no son tan marcados. Tenemos por ejemplo, el caso de Axel Kicillof quien se graduó con su tesis sobre Keynes y terminó defendiendo los negocios inmobiliarios y rentísticos por sobre el derecho a la vivienda de miles de familias
Pero vayamos a Guzmán. En Ley de Solidaridad y Reactivación Productiva de diciembre pasado ya estaba el germen del rumbo actual. Un ajuste al que ahora le podemos poner valores concretos: miremos por ejemplo el caso de los jubilados.
¿Qué pasó este año después de que suspendieron la movilidad previsional? O sea, la fórmula con la que se actualizan trimestralmente los haberes. Con los aumentos por decreto del Ejecutivo el resultado fue el siguiente:
- Para un haber de $ 14.068 en diciembre, es decir, un haber mínimo, la pérdida acumulada por haberse suspendido la movilidad fue de 4 mil pesos.
- Para un haber de $30.000 en diciembre, la pérdida escala a casi 26 mil pesos.
- Y para un haber máximo, le robaron hasta $126.000 en un año. Eso es un saqueo encubierto bajo el rótulo de “solidaridad”.
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La suspensión de esa ley, en definitiva, garantizó que se cristalice la pérdida de 20 puntos que tuvieron con Macri los jubilados, es decir, que no recuperen en uno de los pocos momentos en que hubiesen podido hacerlo con la fórmula de movilidad de Macri.
Pero no se trata de cual o tal fórmula solamente. Nadie discute que más del 80 % de las jubilaciones son inferiores a la Canasta del Jubilado, que ronda los 45 mil pesos. Nadie discute que la mínima hoy son 18 mil pesos, que no alcanza ni para medio mes. Al menos, dice el defensor de la Tercera Edad, que se recompongan los haberes mínimos a 30 mil pesos.
Cualquier plan con el Fondo implica que haya un excedente fiscal para pagar la deuda. Es una economía que seguirá orientada a eso. No hay ninguna inversión de prioridades.
Renegociar y pagar la deuda es la otra cara de la misma moneda del círculo vicioso de endeudamiento: reducción del gasto, ajuste fiscal, ajuste a los jubilados (ahora van por uno nuevo con otro cambio en la ley de movilidad), recorte a los estatales y docentes, defensa a ultranza de la propiedad privada de los ricos.
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El discurso de Guzmán omite decir “hay que achicar el Gasto” como hacen los economistas más ortodoxos y liberales, pero sí lo deja entrever de una forma refinada: en lugar de ajuste dice que "hay restricciones" y que "hay que mantener un equilibrio", como lo escuchamos ayer precisamente porque afirmó que no habrá cuarta tanda del IFE.
El plan entonces es validar toda la deuda de Macri, los U$S 44.000 millones del stand by y los U$S 5.000 millones de intereses, sin siquiera investigar su fraude. O peor aún, habiendo afirmado que ese dinero financió la fuga de capitales (es decir, le dio dólares baratos a grandes grupos económicos y a cambio dejó una hipoteca para los sectores populares), cuya confirmación la dio el propio informe del Banco Central. Los U$S 86.000 millones que se fugaron del país en cuatro años salieron de la mano de Lagarde y Trump.
Recordemos lo que implica un acuerdo de facilidades extendidas: extender los plazos a cambio de mayores condicionalidades y reformas estructurales.
En este último año vimos totalmente una economía orientada a garantizar la reestructuración y el pago de la deuda externa a toda costa, y no hubo pandemia que modifique ese rumbo.
Las conversaciones con el Fondo iniciaron desde antes de la asunción de Alberto Fernández. El Fondo apoyó todas las reestructuraciones con los privados porque se cumplían los preceptos indicados: ninguna investigación de la deuda, rentabilidad a los especuladores, ajuste fiscal.
Guzmán nos quiere hacer creer que hay un nuevo Fondo, que el acuerdo con el Fondo, un acuerdo de facilidades extendidas, no va a implicar un ajuste ni reformas estructurales. No solo eso, dice que no hace falta, ¡porque acá ya se aplicaron varias! ¿Cuáles son? ¿Por qué no buscamos revertirlas entonces? ¿Se refiere al robo a los jubilados que explicamos más arriba?
Todo el arco del establishment, los economistas del régimen repiten a voces que la única que queda es acordar con el Fondo.
Pero el Fondo no es una salida. Sus recetas son siempre las mismas, no cambiaron. En el Documental “Fondo”, de Alejandro Bercovich, Roberto Lavagna afirmaba que "ellos [el capital financiero y el organismo] no quieren que les devuelvan el capital, quieren que paguen intereses siempre".
Lavagna no es un economista de izquierda, sino el funcionario de Duhalde y de Nestor Kirchner que hizo algo similar a lo que esta haciendo ahora Guzmán, convalidando y pagando la deuda. Conoce bien los objetivos del FMI.
Acordar con el Fondo es profundizar la dependencia y la decadencia del país. Es seguir garantizando los negocios de unos pocos a cambio de mayor explotación laboral, más precarización, extender la edad jubilatoria, menos derechos.
Que nadie se ilusione con que se sale de la deuda pagando. El Fondo vino para no irse más.
Lucía Ortega
Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.