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Red Internacional
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Jazz. "Hay un montón de gente que quiere escuchar jazz"

Entrevistamos al bajista Guillermo Roldán, quien acaba de editar junto a Tatiana Castro Mejía, Enrique Norris y Francisco Salgado, "Temporal", primer disco del Cuarteto Instantáneo.

Sábado 3 de diciembre de 2016

LID: Hace un par de años nomás salía Nuclear, con el trío y ahora Temporal, con otro formato. ¿De qué se trata el cuarteto y cómo llegás vos y los otros miembros a conformarlo?

GR: El cuarteto ya va cumplir dos años. Es un cuarteto de improvisación, y surgió a raíz de una invitación del programa Radio Montaje, que hace 16 años que está en el aire, por FM La Tribu todos lunes a las 10 de la noche. Venía improvisando yo en una jam session en un lugar en Villa Ortuzar, llamado “Un lugar en Ortuzar”. Y yo tenía ganas de incursionar en la improvisación libre o free jazz (cosas que algunos distinguen, pero bueno…).

Tapa de "Temporal". Ilustración de Ivana Roitberg.
Tapa de "Temporal". Ilustración de Ivana Roitberg.

El cuarteto es de improvisación absoluta. No hay música escrita, no hay nada, todo pasa en el concierto.

¿Qué referencias, para quienes quisieran acercarse por primera vez, podrías darnos sobre ese estilo?

Hay de todo. lo primero que podrías tomar para un punto de partida muy fuerte es la música de Ornette Coleman. Muy prolífico el… pero su cuarteto, yo diría “arrancá por ahí”, que el encare compositivo que él tenía era justamente con este concepto. El era compositor, y llevaba esbozos o composiciones, pero que tenían mucho abierto a lo que pasaba en el momento más allá de la melodía o a partir de la melodía. Digamos que el jazz tuvo comienzo de improvisación sobre composiciones y muchas veces sobre los standards propiamente dichos, que son composiciones de autores de comedia musical muchas veces. Sobre esas composiciones se empezó a improvisar, más cuando llegó el movimiento bebop, con sustituciones de acordes, rearmonizaciones muchas veces, o con el standard propiamente dicho pero con toda la inventiva que tenían los improvisadores de esa época: [Charlie] Parker, Dizzie Gillespie, Bud Powell, Monk… aunque ese es un caso aparte, porque es compositor fuete desde el cuarenta y pico, y Monk fue un paradigma un ícono donde todos fueron a aprender la música de Monk con él, porque decían “¿cómo se come esto?”. Coltrane, Sonny Rollins, y el que se te ocurra fue a lo de Monk a estudiar, propiamente dicho. Era un tipo de pocas palabras, y de orejas abiertas, que de eso se trata en definitiva… "escuchá lo que estoy tocando, profundizá la oreja más que lo intelectual. Vamos a ir por un lugar inocente, o de más percepción de lo que está pasando", así era como lo encaraba Monk, lo cual a mi me parece genial… Eso digamos que sería un hilo conductivo de lo que pasó.

Ornette lo que hizo fue escribir melodías, muchas veces sin armonía, sin compases, y ya era como todo mucho más abierto. Digamos que fue un iconoclasta absoluto, Orenette es como Dalí en eso...

¿Y ustedes se referencian bastante ahí?

No, No… porque el cuarteto es de improvisación absoluta. No hay música escrita, no hay nada, todo pasa en el concierto.

Sí tiene, la música, por más improvisada que sea, cuestiones que dan sentido a la composición que se hace en ese momento. Aparecen temas, motivos, y se trata de escuchar qué forma, qué camino toma la música que se va creando, para poder desarrollarla, y en determinado momento, poder concluirla. ¿Cuánto puede durar una improvisación? No lo sabemos. Hay veces que duran, como escuchaste en el disco, quince minutos, nueve minutos, cinco… Ese el el concepto del cuarteto. La pauta es esa: que no hay ninguna. Funciona de tanto tocar, tanto rodeo, de tanto escuchar, de confiar en las distintas características de cada músico y estar atentos a los registros de orquestación. Todos con mucha conciencia de qué hace falta, a criterio de cada uno… Difiere de improvisaciones a partir de melodías ya escritas.

Esta es una estética que no es la única, como el trío, donde tocamos más a partir de Ornette, Duke Ellington…La música improvisada tiene mil variantes, y no solo jazz: folklore, por ejemplo…

¿Cómo llegan a elegir los temas que componen el disco?

Fueron improvisaciones, y de seis tomas, quedaron cinco. La que no elegí fue porque no me gustó el comienzo ni la dirección que dí. Fue una sesión espectacular con el ingeniero de sonido Hernán Caratozzolo, impresionante... Grabamos como un concierto, como en la vieja época.

Hay un video donde incluso se ve una bailarina durante la grabación…

Sí, Carmen Pereiro Numer… el único que sabía que venía fue [Enrique] Norris. Tatiana leyó un texto suyo, Norris trajo de todo… el factor sorpresa tiene que estar. Y, bueno, el manejo que tiene el de un estudio, es pedagógico, porque supo todo el tiempo cómo jugar con los rebotes del sonido. Fue fantástico.

¿Lo van a presentar al disco?

Lo gracioso es que nunca lo vamos a poder presentar, porque es único. El disco está editado a todo trapo… musicalmente está hecho con todo, y vale la pena para el que hace el esfuerzo de adquirirlo.

Hay ciertos preconceptos sobre el Jazz. ¿Qué opinás sobre eso?

Si, pero hay preconceptos sobre toda la música, y sobre el jazz hay como una cuestión de élite que se quiere hacer sobre la apreciación musical. Como decir que para ver El padrino habría que tener no se que formación… y en realidad lo único necesario es estar permeable. Es como una cuestión medio de poder que se quiere tener con el “yo se de música”, y es una pelotudez… siempre tenés la capacidad perceptiva. Esa cosa de “es una música para músicos o para eruditos”, tiene mucho de chamuyo. Cuando ves un partido con alguien que sabe de fútbol, está bueno a veces lo que dice, pero no quiere decir que no puedas verlo vos o te guste una estética determinada… acá es lo mismo. Hay mucho verso con la apreciación de la música y con el público de jazz. Hay un montón de gente que quiere escuchar jazz o música improvisada. Toneladas. Gente que escucha rock y que cuando va a ver un grupo de jazz se lleva una energía del carajo, porque el músico que tiene pasión deja todo tocando. Pero como en cualquier género. Te impacta.

Pero sí, hay que desmitificar todo eso, porque tiene algo de segregar, de la escucha para el entendido

Hay un montón de gente que quiere escuchar jazz o música improvisada. Toneladas. Gente que escucha rock y que cuando va a ver un grupo de jazz se lleva una energía del carajo, porque el músico que tiene pasión deja todo tocando. Pero como en cualquier género. Te impacta.

¿Cuáles podrían ser otros músicos que tengan una concepción más o menos similar de la música, en sentido autogestivo, a la de ustedes?

Por ejemplo Sun Ra, tremendo compositor, pianista, de muy vieja data, que tocó todo el lenguaje jazzístico… también, estamos hablado de Dalí… el distribuía y cosía las tapas a mano, y las venía puerta a puerta. Esto es autogestivo porque es muy costoso solventar una grabación. Hay pocas disquerías, y es muy difícil costear una grabación.
Asimismo también hay pocos lugares para tocar, pero eso fue siempre bastante así.

¿Están pensando en algún nuevo proyecto?

Por ahora estamos de festejo. Por ahí en algún momento estaría bueno tocar en una orquesta, un grupo más grande de improvisación… que ya se ha hecho, por ejemplo Anthony Braxton, Wadada Smith, gente muy prolífica, a veces con ensambles que son muy grandes, o a veces sumados a grupos de cuerdas. Recomiendo escuchar de Wadada Smith, un disco que se llama Ten freedom summers. Antony Braxton tiene de todo, hasta un proyecto “Charly Parker”, que es a partir de temas de Parker, un sexteto y un septeto, una maravilla… y también el mismo Ellington tocando “Sumertime”, y bastante “free”.
No eran músicos cerrados. Son músicos con la cabeza abierta: Ellington, Mingus, Monk, Ornette. No cerraban puertas, ni decían “esto no es música”.

¿Hay una tradición de músicos de jazz más comprometidos socialmente?

Y, todos los que te nombré… Mingus tenía un tema llamado “Remember Rockefeller at Attica”. Attica era una cárcel, donde hubo un motín, y Rockefeller, que era un gobernador de EEUU, ordenó reprimir e hizo una masacre. Otro que se llama “La fábula de Faubus”. Faubus era un gobernador también que a fines de los 50s mandó a la Guardia Nacional para impedir que nueve niños de color no ingresen en una escuela segregada… Y esos temas tenían letra. Mingus cuando grabó para Columbia, no le dejaron poner la letra, pero cuando grabó para otros sellos ahí puso la letra, que la canta el baterista y él, y es cómo que se van haciendo preguntas y respuestas tipo “¿Quién este Faubus? Es un demente, porque quiere separar a los pibes…” Gente con pelotas y con ovarios, como Nina Simone. Muchos negros, pero también blancos. Dave Brubeck tenía un contrabajista negro. Una vez le dijeron “mirá, tratá de que no se vea mucho el contrabajista”, y él lo puso primero. Bueno, mismo Miles Davis, un tipo muy sufrido y con mucha bronca por sufrió y por lo que vio, con el yanqui blanco racista, pero cuando llegó Bill Evans digo “por mí que sea verde y escupa fuego por la boca. Es un cristal tocando, de lo más amable que conocí”.

Sigue estado, siguen teniendo problemas de racismo los afroamericanos. Wadada Smith tiene que son… “11 de septiembre”, otro que se llama “Dread Scott”... “Ten freedom summers”, ese disco es buenísimo, porque todas las composiciones son referidas a acontecimientos históricos y sociales que ocurrieron en verano en EEUU.

Eso sigue estando allá, está acá… se hacen festivales continuamente, Carlos Lastra y otros, por ejemplo, tocaron varias veces por justicia por Mariano Ferreyra… Enrique [Norris], los que quieras…

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Sí sí, “es una música social”, decía Miles Davis. “No digas jazz –decía–, es una palabra inventada para etiquetar, para una góndola”, que ojo, te puede llegar a ubicar cuando estás buscando, pero son solo posibilidades, las músicas son posibilidades… no es algo mejor que otro. Es la estética de cada uno, cada cual tiene su juego, y si se hace honestamente, todo va a buen barrio. Y en cuanto al compromiso, estamos todos mas o menos en la misma, somos compañeros… sino está eso… sino está en un grupo ya cagaste, imaginate si no está socialmente.

*El cuarteto instantaneo se presenta hoy a las 00:30 en Virasoro Bar de la ciudad de Buenos Aires.


Juan Duarte

Psicólogo y docente universitario en la UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Editó y prologó Genes, células y cerebros (Hilary y Steven Rose), La biología en cuestión (Richard Lewontin y Richard Levins), La ecología de Marx (John Bellamy Foster), El significado histórico de la crisis de la psicología y Lecciones de paidología (Lev Vigotski), La naturaleza contra el capital (Kohei Saito) y León Trotsky y el arte de la insurrección (1905-1917), de Harold Nelson (2017), en Ediciones IPS.

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