El fallecimiento de Hebe de Bonafini y las mil formas de la memoria. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que se emite los jueves de 22 a 24 h por Radio Con Vos, 89.9.
Fernando Rosso @RossoFer
Jueves 24 de noviembre de 2022 23:20
Foto: La Nación
- Cuando una personalidad pública muere, se puede faltar el respeto a su memoria de dos maneras diferentes. Por un lado, a través de la demagogia, es decir, ocultando las contradicciones, las diferencias o las críticas que se tuvieron con esas personas cuando estaban en vida y que fueron públicas. Pero también se puede seguir discutiendo como si todavía estuvieran presentes cuando lo que corresponde —por la simple razón de que la otra persona ya no está— es balancear una trayectoria y poner en valor su legado.
- Estas dos posiciones se expresaron de alguna manera en estos días luego del fallecimiento de Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
- Obvio que la derecha más rancia —expresada hoy (jueves) por José Luis Espert en la cámara de diputados— salió a destilar su odio y en la selva de las redes sociales mandó a sus trolls a “festejar” e insultar a Hebe. Hay que tener en cuenta que ese ataque de la derecha no es sólo contra la personalidad de Hebe de Bonafini, sino también contra todo lo que representaba: la lucha por la memoria, la verdad, la justicia contra los responsables de la dictadura cívico-militar. Entre otras cosas, porque los mal llamados “libertarios” son fanáticos de la dictadura militar y por lo tanto no desaprovechan oportunidad alguna para desprestigiar o ensuciar al movimiento que combatió a la dictadura y que lucho luego por el juicio y castigo a los culpables. No es casualidad porque la dictadura aplicó gran parte del programa económico que los libertarianos reivindican. Y no es un fenómeno exclusivo de nuestro país: en Chile, Milton Friedman uno de los popes referentes de los libertarianos visitó a Augusto Pinochet, elogió su programa económico y hasta le dio consejos.
- Pero además, estuvieron quienes ante el fallecimiento de Hebe —no pocos recién llegados en términos históricos a la lucha por las libertades democráticas— “exigieron” (así porque su tono era imperativo) que no había que marcar ninguna diferencia sobre todo con la última etapa de la vida política de Hebe. Una exigencia que, me atrevo a asegurar, ni la misma Hebe hubiera aceptado.
- Alguien que optó por un camino alternativo y profundamente respetuoso fue Myriam Bregman en el homenaje de hoy en Diputados: rescató su trayectoria de lucha por en los momentos más difíciles bajo dictadura “mientras otros le daban intendentes a la dictadura; las burocracias sindicales se hacían colaboracionistas o la jerarquía eclesiástica apoyaba el genocidio”. También mientras las grandes empresas armaban centros clandestinos de detención en sus propios predios o los medios de comunicación se integraban a ese régimen genocida. En este espacio recordamos alguna vez la “responsabilidad empresarial” (porque no fue simple complicidad con los militares).
- Repasó también las peleas que dio a la salida de la dictadura, su enfrentamiento a la teoría de los dos demonios, a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Hay que recordar —ahora que se vuelve a rememorar aquella década por la película Argentina, 1985— que la idea de la obediencia debida estuvo desde el principio en el proyecto de Raúl Alfonsín, así lo relata por ejemplo, Pablo Gerchunoff en su libro de reciente aparición: “Alfonsín. El planisferio invertido”. Si no se pudo imponer de entrada tuvo que ver con el movimiento de derechos humanos que integraba Hebe de Bonafini.
- Myriam Bregman también habló de cómo enfrentó a los indultos de Menem y llevó adelante las Marchas de la Resistencia. La unidad de la lucha por la memoria y la justicia con la pelea contra el neoliberalismo y su festival de privatizaciones, despidos masivos etc. El apoyo a los levantamientos y rebeliones de los desocupados que estallaban en varias provincias y la denuncia saqueo de la deuda externa. El respaldo a las tomas de fábricas, la ocupación y puesta a producir por parte de los obreros y obreras. Su rol político, físico y simbólico determinante para que se desatasen las jornadas del 2001 cuando el 20 de diciembre fueron las Madres fueron reprimidas en Plaza de Mayo.
- Y acá quiero destacar una cuestión que Myriam Bregman dijo hacia el final sobre la reivindicación de la militancia de los desaparecidos y desaparecidas. Porque Hebe estuvo entre las primeras voces potentes que comenzaron a hacer esa reivindicación en los años 90 y a tratar de romper con esa idea construida como narración de Estado en los años 80 que era presentar a los desaparecidos como meras víctimas. A ver, no es que no fueran víctimas de un genocidio, pero no se las podía reducir solo a víctimas. Esa construcción era interesada e incluso no tenía lugar solo en la Argentina. El historiador Enzo Traverso —con quien voy a tener la oportunidad de dialogar el próximo martes a propósito de la presentación de su libro Revolución. Una historia intelectual— escribió que en el siglo XX la memoria de las víctimas había reemplazado a la memoria de las luchas y el testimonio a las conclusiones políticas. Bueno, Hebe fue en parte contra ese “consenso”.
- Por supuesto que la adhesión política de Hebe al kirchnerismo fue parte de su itinerario. Y esa adhesión la hizo entrar en contradicciones profundas no con la izquierda, con nosotros o con Myriam Bregman, sino con su propia trayectoria: como la foto con Cesar Milani o el apoyo a inefables como Aníbal Fernández que cumplió un papel muy turbio en varias represiones tristemente célebres. La estadolatría y la lucha por las libertades democráticas que el mismo Estado ataca no se llevan bien. Y se puede estar de acuerdo o no, pero lo que no se puede hacer es negar que Hebe tenía esa posición y que otros no estaban de acuerdo, ni antes ni ahora.
- La memoria, como todo, es profundamente política. Y una reivindicación política hace justicia una herencia que ya está entre las mejores tradiciones de lucha que tuvo y tiene nuestro país.
Fernando Rosso
Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.