Entrevistamos a Hernán Camarero sobre la situación actual y las perspectivas de la izquierda. Camarero es historiador, docente, investigador del Conicet, director de la revista Archivos, y es parte de los más de 400 artistas, intelectuales y científicxs que han firmado la declaración en apoyo a la LISTA 1 A del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad.
Miércoles 8 de septiembre de 2021 14:44
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1) En la declaración se habla de la crisis que atraviesa el país, ¿vos cómo la ubicarías históricamente?
Sí, la crisis que sufre la Argentina no es de ahora, no empezó el año pasado con el COVID. La crisis que consume al país desde hace décadas es la del capitalismo en su propia lógica, es la dinámica que adoptó este régimen social, que no ha hecho más que generar esto: colapso productivo, financiarización y transnacionalización imparable de la economía, crecimiento de la desocupación y la miseria popular, deterioro en el acceso público a la educación, la salud y la vivienda, ampliación de las desigualdades sociales, ciclo recurrente de endeudamiento y fuga masiva de capitales, desastres ambientales derivados del extractivismo. Pero esto no es un fenómeno puramente local, obvio, sino parte de un contexto global, de las tendencias que asumió el capitalismo en todo el mundo. Y la democracia se apresta a cumplir cuatro décadas en las que profundizó estas variables, mostrándose como rehén de las necesidades y dictados del capital. El peronismo, el radicalismo, la centroderecha del PRO, las alternativas de la centroizquierda, el conjunto de las fuerzas políticas viejas y nuevas que gobernaron fueron administradoras de esta crisis. En este último año y medio todo se agravó con la pandemia, que desnudó los ya estrechos límites para gestionar en términos “tolerables” la actual decadencia. El manejo y las especulaciones con la distribución de las vacunas, las patentes, el negocio de los laboratorios, etc., muestra los niveles a los que puede llegar el capitalismo en su tendencia a la maximización de las ganancias. La clase trabajadora, los sectores explotados, los excluidos, nada pueden esperar de este régimen social, pero es evidente que el procesamiento de todo esto en el plano de la conciencia política e ideológica, de la autoorganización, del despliegue de una subjetividad anticapitalista y socialista, está muy por detrás de estas necesidades.
2) Yendo más puntualmente a la situación actual ¿cómo la ves? Y dentro de ella, ¿cómo ves los planteos del gobierno y la oposición patronal?
El gobierno de Fernández asumió tras el colapso del anterior de Macri, canalizando expectativas. Es evidente que hay un desencanto y un desánimo grande en sus votantes, tanto con el manejo de la crisis sanitaria como de la economía. Más allá de la demagogia y las puestas en escena hubo una continuidad en la orientación de las políticas aplicadas durante el macrismo, que se ve en la negociación de la deuda con los fondos buitres y ahora con el FMI, los subsidios al capital (que anulan cualquier maquillaje de “impuesto a las grandes fortunas”), la reproducción de la precarización laboral, el deterioro del salario y del acceso a los servicios públicos, la lista es larga. El kirchnerismo procura mantener sus credenciales “progresistas” en un acuerdo precario y de salvataje en una coalición panperonista inestable y de liderazgo bifronte (Cristina-Alberto). No es descartable que pueda mantenerse a flote, conteniendo la posibilidad del estallido social, con la generalización de los planes y la ayuda social, aunque el panorama sigue abierto, la crisis es muy profunda. Ha habido luchas, siempre las hay, pero no en una generalización desbordante ni en una coordinación nacional, además, con una burocracia sindical que como pocas veces antes fue garante del orden social. Y es cierto, además, que la economía repunta un poco este año, la construcción y la industria, sobre todo, aprovechando sueldos devaluados y capacidad ociosa, y un agro que nunca interrumpió la continuidad de sus negocios, con precios favorables. Claro que todo en relación con la implosión del 2020. La crisis económica sigue siendo brutal y las perspectivas siguen muy inciertas. Ahora conceden algunos aumentos salariales, contienen algo de la inflación con atraso cambiario y postergación de los tarifazos, pero todo está atado con alambre. Cae la figura de Fernández y el Frente de Todos perderá sufragios en una elección legislativa que suele ser momento para cierta dispersión y fuga de votos. Pero me parece que quedará en una paridad con la otra alternativa del “orden”, que es Juntos por el Cambio. Es un verdadero milagro la supervivencia o un posible crecimiento de esta otra coalición, después del desastre del 2015-2019. Aquí también la demagogia e impostura es notable: los que denuncian la “crisis” gestionaron tres de sus cuatro años con recesión económica, tuvieron la más alta inflación en 27 años (48% en 2018 y 54% en 2019), subieron la pobreza, agigantaron el endeudamiento, manipularon la justicia hacia negocios alternativos a los del kirchnerismo. Pero, desplazando algo a la figura desgastada de Macri, y reorientando a una posible proyección de Rodríguez Larreta, y con cierto reanimamiento radical, el “juntismo” parece mantenerse en carrera. El dato aquí, precisamente, es que, en comparación con la implosión, disgregación o crisis del sistema de partidos que experimentaron o aún experimentan buena parte de América Latina (Perú, Chile, Brasil, Chile, Colombia), aquí parece mantenerse un bipartidismo de coaliciones, inestables, esmeriladas, pero que aún contienen la dinámica social y política dentro del sistema. Y mientras no haya grandes luchas, más aún. Puede haber alguna fuga por el lado de la derecha “salvaje” de Milei y Espert, eso es preocupante, es decir, que tenga eventualmente tantos votos una posición tan reaccionaria, y que se acabe capitalizando por derecha la idea de terciar entre las dos grandes coaliciones. Por eso es importante que la izquierda se posicione con todo en el escenario político nacional.
3) La declaración que ya fue firmada por más de 400 artistas, intelectuales y cientificxs plantea apoyo a la lista 1A del FIT-U en estas elecciones, ¿por qué dirías que es importante el apoyo al FITU?
Bueno, yo apoyé al FIT desde su conformación en abril de 2011, como muchos. La idea de un reagrupamiento de toda la izquierda anticapitalista, trabajadora, socialista, feminista, ambientalista, era y sigue siendo clave, por todo lo que decía anteriormente: no hay salidas dentro del capitalismo, ni populares, ni reformistas, ni de “justicia social”, ni éticas, ni republicanas, esto es lo que tiene para ofrecer. La responsabilidad de la izquierda en construir una alternativa socialista es muy grande, participando de todas las luchas, por el salario y el empleo, por la educación pública, la vivienda, la salud, los derechos de las mujeres y contra el patriarcado, la defensa del medio ambiente, promoviendo formas de autoorganización de las masas, reelaborando los programas y las estrategias para salir de este ciclo defensivo y de retroceso, construyendo un instrumento político de los oprimidos. La lógica sectaria no sirve, nunca sirvió, frente a los desafíos que están planteados. Los gestos deben venir de todos. El FITU debería servir como polo de reagrupamiento tras esta perspectiva.